(La Segunda) El martes pasado fue el debut de Máximo Pacheco como presidente del directorio de la Empresa Nacional del Petróleo (Enap). Su primera jornada partió a las tres de la tarde y se extendió hasta pasadas las ocho de la noche.
Fueron cinco horas de reunión con el directorio de la petrolera estatal que sirvieron de puntapié para el inicio de la transformación que el gobierno de Michelle Bachelet quiere hacer en la compañía, para convertirla en un actor más relevante dentro del escenario energético chileno.
El diagnóstico de la nueva administración es que la compañía presenta una situación crítica «que deberá ser solucionada en los próximos cuatro años», decía el programa de gobierno de Bachelet.
La idea, comentan, es elaborar una estrategia que lleve a incorporar decididamente a Enap en la nueva carta de navegación energética que trazará la nueva administración. Para ello, existe el compromiso de Pacheco de capitalizar la empresa, consensuar un nuevo proyecto de gobierno corporativo -el que presentó Piñera fue retirado del Congreso-, y revisar del modelo de negocios.
Para eso, no descartan, primero, pasar por el Congreso para modificar la ley que rige el funcionamiento de Enap.
El directorio: dos nuevos integrantes esta semana
El primer cambio se espera para esta semana: la renovación parcial del directorio. Deberán dejar la mesa Felipe Morandé y Carlos Díaz, ambos nombrados por el ex Presidente Piñera.
Los nuevos integrantes se sumarán a los representantes de gremios y colegios profesionales ya ratificados, como es el caso de Fernán Gazmuri (Sofofa), Ramón Jara (Sonami) y Fernando Ramírez (Instituto de Ingenieros en Minas). También participan Jorge Fierro (representante de trabajadores), Eduardo Bitran (Corfo) y el propio Pacheco como presidente.
La primera medida del ministro entrante fue la creación de un comité especial del directorio para mejorar la seguridad al interior de la compañía. Será conformado por tres directores, los responsables de «la prioridad uno», a juicio del secretario de Estado.
Asimismo, Pacheco informó la decisión del nuevo Gobierno de mantener el subsidio al gas en Magallanes, permitiendo que la población de Punta Arenas pague menos por el combustible sin que esto afecte a los balances de la estatal.
«Llegó muy ejecutivo, el ministro es una persona con mucho know how, tiene 30 años de administración de grandes empresas internacionales, por lo demás bastante más grandes que Enap. Cambió la dinámica del directorio, mucho más rápidas y comprimidas las informaciones, pero también más exigente con los requerimientos a los gerentes», comenta Jorge Fierro quien, además de director, es presidente de la Federación Nacional de Trabajadores del petróleo (Fenatrapech).
La herramienta para propiciar el aumento de la generación vía GNL
Uno de los objetivos de la compañía será jugar un rol preponderante en asegurar el suministro de gas natural licuado (GNL) del país. El análisis del Ejecutivo es que el uso de este combustible es la única vía al corto plazo para aumentar la capacidad de generación del país, principalmente, reconvirtiendo centrales diesel a gas.
«La señal del ministro es que efectivamente Enap será una herramienta del Estado para poder entrar en el trabajo de políticas energéticas nacionales», sostiene Fierro.
De igual forma, se intensificarán los trabajos de exploración de gas en Magallanes, el que debería tener un agresivo desarrollo en asociación con empresas privadas.
Si bien la producción de hidrocarburos en Chile es marginal, todavía siguen las esperanzas puestas en la Cuenca de Magallanes, mucho más si se consideran nuevas técnicas para la extracción de shale gas -también conocido como no convencional- una de las nuevas prioridades de Enap.
La minuta con «los pedidos» de los trabajadores
Hace algunas semanas el ministro de Energía, Máximo Pacheco, se reunió en Punta Arenas con los trabajadores de Enap.
Fue ahí que la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores del Petróleo (Fenatrapech) entregó a la autoridad con sus peticiones y el análisis de los pendientes que dejó la administración anterior.
Una de las solicitudes es un nuevo gobierno corporativo que sea elaborado en consenso. «El anterior ministro Jorge Bunster dijo que quedaría pendiente el envío del proyecto, pero luego, a cinco días que terminara el gobierno lo mandan entre gallos y medianoche», dice el presidente del sindicato, Jorge Fierro.