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Ley permitiría reducir el consumo energético del país hasta en un 15%

May 6, 2019

Expertos desmenuzaron esta iniciativa que ha logrado consenso en el país, en cuanto a lograr mejores usos de la energía.

(Diario El Sur) El Senado acaba de aprobar en general y por unanimidad, con votos de los 35 senadores, el proyecto de ley de eficiencia energética (EE), que tiene entre sus objetivos promover la gestión de energía en grandes consumidores como las empresas mineras, cementeras y forestales, así como la industria agrícola y química, entre otras. Las proyecciones para la implementación de este proyecto apuntan a un menor consumo energético de 5,5% a 2030 y de 7% a 2035, lo que equivale a cerca de US$2.400 y US$3.500 millones.

Al respecto, el seremi de Energía, Mauricio Henríquez, sostuvo que esta normativa establece un monitoreo con los grandes consumidores de energía y un reporte de consumo energético, los que permitirán establecer mecanismos de gestión de energía para hacer más eficiente sus procesos productivos. «Así se puede llegar a reducir en un 15% el consumo energético o más, sin necesidad de aplicar costosas normas como la ISO 50001. Además permitirá proyectar mejor el consumo de cara a establecer una matriz y un sistema mucho más robusto y confiable para satisfacer la demanda de todos los usuarios. Por último, como Gobierno nos permitirá tener mayor conocimiento para poder establecer marcos normativos y desarrollar mejores políticas públicas en materia de eficiencia energética», estimó.

De la mano

A su vez, HéctorArellano, gerente comercial de Efizity, empresa experta en gestión energética, sumó que esto irá de la mano con el nombramiento de un encargado de dicha gestión, quien definirá objetivos, metas e indicadores de cumplimiento. Además, estas empresas deberán informar a la Superintendencia de Electricidad y Combustibles del performance de sus planes anualmente». Se espera que esta ley sea promulgada este año, antes de la realización de la COP25 en diciembre 2019, junto con su reglamento asociado, por lo que las empresas podrían entregar el primer informe a finales del 2020.

Jorge Canals de la Puente, abogado y socio de Moraga y Cia, director del área medioambiente, indicó que el proyecto declara expresamente como uno de sus objetivos el promover la gestión de la energía de los grandes consumidores, requiriendo que estos realicen una gestión activa de su energía. «Por ello la iniciativa establece la obligación de reportar (aquellas empresas con consumo de energía por sobre las 50 teracalorías) su consumo e identidad energética, y diseñar, según corresponda, un Sistema de Gestión de Energía, con planes, metas e indicadores. Para las grandes empresas en general es posible esperar, aplicando estas medias, ahorros realistas entre un 5% a un 10% de su consumo energético actual, con su correlativa disminución de los costos.

Mientras que Juan José Negroni, doctorado en Ingeniería en Electrónica y decano de Ingeniería de la Universidad Santo Tomás, agregó que es importante que poder monitorear los consumos energéticos, tanto zonales como de distribución permiten una mayor y mejor planificación de los consumos energéticos para poder administrar mejor las demandas.

«Esto en términos globales, hasta ahora nuestra variable tiempo ha estado asociada a meses y, por ende, todo lo que está caracterizado en promedio consumo es el promedio mensual. Sin embargo, si se pueden considerar en un tiempo más acotado, como pueden ser días o semanas, más una gran representación de sectores de gastos, se puede planificar mejor algún tipo de modelo de negocio que involucre energías renovables e inclusive redireccionar los esfuerzos de consumo que tengan estos medios», apuntó.

[VEA TAMBIÉN: Senado aprueba en general proyecto de ley de eficiencia energética]

Modelos

Respecto a la seguridad e inversiones, dijo que existen varios modelos, como el Esco, que establece en función del análisis de las medidas de consumo. Se puede planificar ahorro energético, que incluye una depreciación de inversiones en caso que se quiera hacer una para ahorrar, y así captar mejor los recursos.

El secretario regional ministerial indicó, por otra parte, que la seguridad energética está relacionada con que en Chile dos tercios de la energía que se consume son combustibles fósiles importados. A través de la EE «vamos a bajar nuestra dependencia de estos combustibles, tanto por un menor consumo como por una sustitución a energías renovables, lo que va a aumentar nuestra seguridad energética pues vamos a requerir menos combustibles importados».

El profesional de Efizity añadió que entre los pasos a seguir durante los próximos dos años, es prioritario para las empresas diseñar e implementar un sistema de gestión de energía. Esto requiere realizar inicialmente un análisis de diagnóstico que identifique y cuantifique las brechas que la empresa posee hoy para llegar a tener un sistema a futuro. «Es un ejercicio muy práctico y rápido, que permite contar con una carta Gantt para diseñar e implementar un sistema de gestión específico, junto a los costos iniciales y recurrentes de su operación, que puede corresponder a costos de inversión en equipos de medición, recambio de tecnología y horas de trabajo de su equipo gerencial y operativo», apuntó.

Uso racional

En tanto, Canals señaló que la seguridad, en este caso, se vincula al uso racional y eficiente de los recursos energéticos para cubrir las necesidades energéticas cada vez mayores que tiene Chile, pensando en las condiciones hídricas adversas que pueden proyectarse para la generación de la hidroelectricidad, y en el rol de las energías renovables en el suministro. «Se espera además la incorporación de nuevas tecnologías que contribuyan a la seguridad energética, y la creación de un mercado de eficiencia energética, que transaría en su momento, más de US$300 millones al año», estimó.

Respecto al ahorro de 7% pronosticado al 2035, Henríquez cree que es un beneficio directo para las empresas y hogares, que van a dejar de gastar esos recursos en energéticos, pudiendo destinarlos a otros usos. Este ahorro se genera, principalmente, a partir de la implementación de sistemas de gestión de la energía en empresas, uso de vehículos más eficientes y menor gasto en calefacción en los hogares, producto del etiquetado de viviendas.

Canals, a su vez, manifestó que los impactos que se esperan de la implementación de esta ley apuntan a una reducción de un 3% del consumo energético a 2025, cifra que se expande hasta un 7% al 2035. De esta forma, el proyecto busca generar mejoras en la productividad y competitividad en las distintas economías, buscando que los privados tomen mejores decisiones.

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