(El Mercurio) La utilización de la Investigación y Desarrollo (I+D) como foco de las estrategias de innovación puede generar grandes saltos de competitividad de un país, así lo ha demostrado la experiencia internacional.
Con el objetivo de avanzar en esta materia, en 2012 fue aprobada en el Congreso la nueva Ley de I+D, que flexibiliza trámites y requisitos, y que entre otras cosas triplica el máximo de crédito tributario al que cada empresa tiene derecho, desde 5 mil a 15 mil UTM en un año tributario. A siete meses de su entrada en vigencia, la evaluación es positiva.
Desde septiembre de 2012 a marzo de este año 23 proyectos de I+D han sido certificados por Corfo por un monto total de .015 millones, lo que representa el 70% de lo que se logró con la antigua ley en cuatro años, cuando se certificaron 98 solicitudes por .249 millones.
Se proyecta que en julio de 2013 -antes que se cumpla un año de la entrada en vigencia de la nueva normativa-, los montos de los proyectos certificados lleguen a cerca de .508 millones, superando a los que se certificaron en el antiguo escenario.
El gerente de innovación de Corfo, Conrad von Igel, aseguró que para el Gobierno, una de las prioridades es convertir al país en un polo de innovación en Sudamérica. «Esto lo podemos lograr, entre otras cosas, creando empresas de clase mundial. Para lograrlo, herramientas como la Ley I+D son incentivos reales que aportan a que el sector privado se vuelva protagonista en este desafío», comentó.
Entre los sectores económicos que lideran en cuanto a monto certificado por proyectos de I+D, destaca la industria de alimentos, con el 39%; el sector agropecuario, con un 30%, y en tercer lugar está pesca y acuicultura, con 12%.
El vicepresidente ejecutivo de Corfo, Hernán Cheyre, afirmó que «la ley de incentivo tributario al I+D es una clara muestra del esfuerzo que ha realizado el Gobierno con el propósito de generar un entorno favorable para que el sector privado se atreva a innovar».
Fuente / El Mercurio