Actualmente se discuten en el Parlamento tres importantes proyectos de ley del sector energético y cuya aprobación parece ser imperiosa durante este año, en virtud de que es sabido que el desarrollo del área es fundamental para el avance del país. Están en esa categoría los proyectos de Carretera Eléctrica, el de Concesiones y Servidumbres y la reforma a la Ley 20.257 de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), todas iniciativas que se vienen discutiendo en el Congreso desde hace ya un tiempo.
La evidente demora en el tratamiento de estos, sabiendo que se trata de normativas esenciales para el desarrollo del mercado y el reforzamiento de la matriz energética, pone una luz de alerta en cómo se vienen tratando estos temas. Y más complejo se hace el escenario para estos proyectos si se considera que este año es electoral, y una vez pasado junio los honorables parlamentarios –quienes van a la reelección y también los que no– estarán abocados a la campaña política de sus respectivos sectores, por lo que la pregunta sobre qué pasará con estos asuntos es absolutamente válida. Y preocupa.
Otra materia clave y que tiene mucha relación con lo anteriormente descrito es la reciente designación de Pablo Longueira como abanderado de la UDI a la Presidencia de la República, para lo cual debió renunciar a su cargo de ministro de Economía. Cabe recordar que fue esta cartera la que organizó a fines de septiembre del año pasado la Cumbre Pro Inversión, a la cual asistieron varios ministerios, además de las asociaciones gremiales; y cabe consignar también que el entonces ministro fue el llamado a involucrarse íntimamente en la tarea de agilizar la Agenda Energética y a ser el encargado del Ejecutivo para destrabar, junto a los parlamentarios, los proyectos de energía en el Congreso, labor que fue complementariamente apoyada desde el Ministerio de Energía. Hoy con Longueira como candidato surge una inquietud en forma natural: ¿quién es el llamado ahora a trabajar en este tema?
La preocupación en torno al futuro energético se mantiene. El sector privado y los inversionistas (nacionales y extranjeros) han manifestado que aguardan la señal precisa para desembarcar con sus proyectos, pero es desde el aparato público y del legislativo que no se están generando los espacios para agilizar las iniciativas que tienen como fin dar un marco normativo más amplio, que permita un mayor desarrollo del mercado. Hoy, con una carrera presidencial que va tomando vuelo, con un ex ministro que tenía una tarea puntual, pero de mucha relevancia para el sector, volcado a su candidatura, y con un Congreso cuyos parlamentarios estarán más pendientes del año electoral que de los temas en cuestión, cabe preguntarse entonces si existe la posibilidad de que estas importantes iniciativas puedan ser ley durante este año. Al menos algunos parlamentarios piensan que la tarea es posible.