(El Mercurio) Una visión contundente respecto del escenario eléctrico nacional tiene Jorge Rodríguez, ex ministro de Energía y actual presidente del mayor proyecto hidroeléctrico que se lleva a cabo en el país, Alto Maipo.
La iniciativa de 531 MW presenta un grado de avance de 17,3% en su construcción y si bien se prevé que la primera unidad entre a operar en 2017 y la segunda en 2018, la empresa ha debido realizar importantes esfuerzos para cumplir con los plazos. De hecho, hoy 3.500 personas -665 de San José del Maipo- trabajan en la obra. «Más de lo que se pensó», dice Rodríguez. Pero es parte del acelerador que han debido apretar para paliar el retraso inicial.
Se trata de una hidroeléctrica de pasada y el 90% del proyecto está planeado bajo tierra. El 77% de la energía que consume la Región Metropolitana se produce en otras regiones, pero Alto Maipo permitirá reducir un 13% esa cifra, señala el ejecutivo, quien destaca la activación económica que ha permitido la iniciativa en la zona, pese a la desaceleración que vive el país.
Vuelco en la visión
Rodríguez entiende que el Gobierno ponga especial esfuerzo en apoyar las minihidro: «Porque son chicas, es lo mismo que pasa con las pymes», explica. Y agrega que personalmente no tiene problemas con impulsar las centrales con represas si son bien hechas.
«Uno no puede esperar que los gobiernos se suiciden apoyando cosas que la gente no mira con buenos ojos», advierte, y añade que el problema con las hidro de embalse es político. Indica que la campaña contra HidroAysén le restó demasiado prestigio a este tipo de fuentes, aunque piensa que esta visión se revertirá en el futuro. «Los precios (de la electricidad) que estamos pagando, y que no benefician la competitividad del país, harán que la ciudadanía de a poco se vaya volcando de nuevo a apoyar proyectos hidroeléctricos grandes, siempre y cuando cumplan con todas las normas», sostiene Rodríguez.
Agrega que hoy se da una paradoja donde la gente pide precios más baratos, pero se opone al carbón y a la hidroelectricidad, que son las fuentes de menor costo. Recuerda que los precios que pagan ahora los hogares tienen un rezago porque corresponden a contratos de largo plazo. Por eso, cuando Argentina le cortó el gas a Chile, aumentando con ello fuertemente el precio de la energía, los clientes residenciales casi no lo notaron. «Eso empezó a cambiar. Las cuentas de la luz han ido subiendo y probablemente lo seguirán haciendo, y la gente empezará a reaccionar. Eso, más una actividad económica floja como la que tenemos hoy, va a hacer cambiar la opinión de la gente», puntualiza.
Rodríguez aplaude la gestión de Máximo Pacheco. A su juicio, es el ministro de Energía que más esfuerzo ha hecho para atraer inversiones al país. Y junto al ministro Alberto Arenas, marcaron un cambio al apoyar abiertamente la concreción del proyecto Alto Maipo, lo que les causó algunos problemas con los grupos de oposición.
Respecto del apoyo a las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), dice que son fuentes que tienen futuro, pero «no mucho presente». Eso, porque si están bien ubicadas y cuentan con buenas redes de distribución, pueden ser muy positivas, pero sin eso el efecto puede ser adverso. «Si no son baratas y están obligando a tener centrales eléctricas caras que las complementen para que no haya oscilaciones en el suministro, efectivamente uno puede terminar con un sistema eléctrico más caro que el que tenemos», indica. Aunque añade que mientras existan centrales de bajo costo como Alto Maipo, o que el Gas Natural Licuado (GNL) se mantenga a bajos precios, todavía se puede tener un mix que contenga ERNC al alcance del bolsillo. Pero, reconoce que es fundamental para el país indagar en tecnologías que permitan almacenar energía. Esto podría añadir competitividad a las fuentes intermitentes.
Estado que abra caminos
El ingreso de Enap al área comercial del negocio eléctrico es discutible, dice Rodríguez, y pese a reconocer que no tiene «restricciones ideológicas», prefiere no referirse al proyecto de ley que hoy se tramita en el Congreso. La iniciativa plantea ampliar el giro de la petrolera para que invierta, junto con privados, en proyectos de generación.
No obstante, señala que la empresa estatal debería dedicarse a «abrir caminos», es decir, ingresar en aquellas fuentes energéticas donde los privados no tienen presencia, tal como lo está haciendo con la geotermia, específicamente con el proyecto Cerro Pabellón que desarrolla en conjunto con Enel. El presidente de Alto Maipo sugiere que Enap se involucre en otras fuentes, como la mareomotriz, energía producida por la fuerza de las olas.