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Hacia dónde van los precios (si se pueden proyectar)

May 3, 2013

A principios de abril la Comisión Nacional de Energía (CNE) informó que había concluido el proceso de cálculo de las componentes del Valor Agregado de Distribución (VAD) y que tras el proceso siguiente se había publicado en el Diario Oficial el Decreto Supremo que fija fórmulas tarifarias aplicables a los suministros sujetos a precios regulados, […]

A principios de abril la Comisión Nacional de Energía (CNE) informó que había concluido el proceso de cálculo de las componentes del Valor Agregado de Distribución (VAD) y que tras el proceso siguiente se había publicado en el Diario Oficial el Decreto Supremo que fija fórmulas tarifarias aplicables a los suministros sujetos a precios regulados, efectuados por las empresas concesionarias de distribución, vigentes para el periodo noviembre de 2012 a noviembre de 2016.

Entre otras materias, las cuentas de electricidad para el periodo señalado, en más del 70% del territorio nacional, tenderán a la baja. Entre las regiones que presentarán una mayor rebaja en las boletas están la del Libertador Bernardo O’Higgins, con una caída de 7,7%, la de Antofagasta, con un -3,8%, y la de Coquimbo, con un -3,5%. Estos cambios harán que a nivel país las boletas de luz para los clientes residenciales caigan un 1,5%

Esta es indudablemente una buena noticia, sin embargo, se presenta la duda al hacer un análisis un poco más acabado de lo que ha acontecido en años anteriores y, más importante todavía, en cuánto se fijará el valor de la electricidad tanto para los clientes regulados como los libres. Hacia atrás, la constante ha sido que los precios de la energía (precio de nudo) a partir de abril de 2008 y hasta marzo de 2010 registraron una baja (salvo eventos puntuales en periodos intermedios), momento que se inicia un alza que alcanza su punto máximo en abril de 2010, fecha a partir de la cual se mantienen en un rango alto hasta hoy. Y los expertos coinciden que a partir de 2015 los precios de la energía tendrán un alza explosiva que tiene como fundamento la decisión de la CNE de dividir en dos bloques las nuevas licitaciones de suministro, uno para 2015-2018 y el segundo para 2019-2030. En el primero de los casos, la adquisición de energía por parte de las distribuidoras invariablemente será a un precio más caro (se señala un máximo de US29 por MWh), eso sin contar que –eventualmente– las licitaciones se pueden declarar desiertas al no haber un comprador por estimar que los valores están sobredimensionados.

Hace algunos días la consultora María Isabel González, que estará presente en la próxima versión de la Conferencia ElecGas 2013, señaló en el ensayo “La Compleja Evolución en los Costos de la Energía” que “cabe preguntarse qué nos depara el futuro. Lamentablemente, al menos para el corto plazo la situación no mejorará. La demanda por energía seguirá creciendo y la nueva oferta eficiente estará limitada a proyectos puntuales como Alto Maipo, Campiche y otros más pequeños, que no son capaces de suplir los aumentos de demanda”, fijando sus esperanzas en el gas natural licuado. “Para el largo plazo, tenemos tiempo para enmendar el rumbo, velando por agregar oferta eficiente, convocando a nuevos actores facilitando su ingreso e involucrando a la ciudadanía”.

Si bien el escenario actual se presenta con un respiro para parte de los consumidores, lo concreto es que no es el reflejo de la realidad, de lo que se apresta a ocurrir en el sistema y lo que tiene que ver con infraestructura que no se construirá en este periodo y que deja un vacío desde 2016 en adelante, presentando una situación de especulación sobre cómo y a cuánto las empresas generadoras ofrecerán la energía para las distribuidoras, esto mientras los clientes esperan las boletas de electricidad.

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