(La Tercera) Difíciles son los días para la empresa eléctrica Interchile, subsidiaria de la colombiana ISA. Su proyecto más importante en el país, la línea de transmisión que conectará la subestación Cardones -ubicada al sur de Copiapó-, con la subestación Polpaico -situada al norte de Santiago-, enfrenta una fuerte oposición, especialmente del municipio de Zapallar, por el impacto medioambiental que tendría la línea en la comuna.
[Pacheco se muestra preocupado por tendido de Interchile]
El proyecto tiene una extensión de 753 kilómetros, consta de tres tramos y contempla una inversión de US$ 1.000 millones, y de acuerdo con Jorge Rodríguez, gerente general de Interchile, la iniciativa se podría ver alterada si avanza la judicialización. Advierte que podría haber alzas en los precios e incluso posibles racionamientos.
¿Es efectivo que hay un impacto con la línea de transmisión?
La línea de transmisión es cuestionada por un impacto visual. En los términos que se definen en la licitación con postes, torres y líneas, va a causar un impacto, no puedo negarlo.
¿Hay posibilidad de hacerla subterránea?
Se podría, pero no deja de tener impacto, no tanto visual, pero sería mayor al igual que los costos.
¿Qué tan grande sería ese costo?
Sería unas 10 veces más caro. Una línea de este calibre para transportar 3.400 MW, que es su capacidad, necesitaría de unos cables a 500Kv, que no he visto en el mundo.
¿Cómo toma las críticas desde la alcaldía de Zapallar?
Estuvimos muy pendientes de hacer reuniones con las comunidades. Tuvimos varias con la gente de Zapallar, paralelo a la ejecución de los primeros estudios. Hemos tratado de hacer nuestro mejor esfuerzo. Ahora, cada vez son menos las manifestaciones en contra. Existe conciencia de lo importante que es esta línea para el país, y esperamos rápidamente explicar las bondades del proyecto que puedan compensar esa oposición.
¿Estas acciones pueden ser un freno a la inversión en el sector?
En determinados aspectos sí tiene impactos. En la medida en que no puedas ejecutar las obras en los plazos previstos, estos atrasos causan problemas para las empresas, y algunos pueden tomar la decisión de revisar su inversión.
Si este proyecto se judicializara ¿cuál sería el efecto para el país?
Hoy es noticia la sequía en Chile. Es noticia también el objetivo de alcanzar una generación eléctrica importante de energías renovables. Si la línea de transmisión no está, no se va a poder traer la energía de los lugares de generación a los puntos de consumo. Eso genera escasez, y eso significa precios más altos. Y segundo, se puede llegar en casos extremos a que ni siquiera se tenga energía.
¿Racionamiento?
No digo que habrá racionamiento. Ahora, en determinado momento, si no consigues mantener la demanda con las centrales que tienes, entras a posiciones complicadas.
¿Cuál sería el impacto para la empresa de una eventual judicialización del proyecto?
El proyecto requiere para su construcción cerca de 24 meses. Eso quiere decir que deberíamos estar iniciando obras para el tercer trimestre de este año. Si no conseguimos eso, difícilmente vamos a poder encajar dentro de las fechas de la licitación. No hemos cuantificado las posibles pérdidas, pero además de nuestra inversión, habrá pérdidas para todo el pueblo chileno, que tendrá cuentas de energía más cara por no tener un mecanismo para transportar la energía barata que se está generando.
¿Evaluarán sus inversiones en Chile si esto se judicializa?
Tenemos otro proyecto en el Sing, una línea de 220 Kv, de cerca de 190 kilómetros que va entre Encuentro y Lagunas. Creemos en Chile y seguimos trabajando. Además, estamos preparando oferta para próximas licitaciones.