(El Mercurio) La semana pasada, el gerente general de Enersis, Luca D’Agnese, anunció su intención de reducir considerablemente el tamaño de sus proyectos de energía. Según adelantó a «El Mercurio», desarrollarán proyectos de entre 50 MW y 200 MW, y preferentemente hidroeléctricos y de ciclo combinado.
Para algunos operadores del mercado esta nueva orientación en materia de inversiones refleja la mayor dificultad para invertir en iniciativas de gran tamaño, ya sea por la aprobación ambiental o por la oposición de comunidades involucradas.
Al ser consultado por la nueva estrategia de la eléctrica, el ministro de Energía, Máximo Pacheco, comenta: «Lo más importante es que las compañías desarrollen iniciativas con un futuro cierto y concreto». Y agrega: «Si eso significa priorizar centrales de tamaño pequeño y mediano, me parece una opción válida». Lo anterior, dice, contribuye de todas formas a desarrollar infraestructura necesaria para el crecimiento económico.
Por su parte, Sebastián Bernstein, de Synex, afirma que en general los proyectos más grandes, sobre todo las centrales termoeléctricas, tienen economías de escala y, por lo tanto, son más económicos que las iniciativas más pequeñas. Sergio Zapata, de Corpresearch, comenta que el costo de invertir por megawatt es proporcionalmente menor en centrales de mayor potencia.
No obstante, Bernstein advierte que las hidroeléctricas de mayor tamaño no son necesariamente más económicas. «Hay proyectos pequeños muy económicos porque cada proyecto depende de condiciones muy locales: caudal, altura de caída, longitud de canales o túneles, y cercanía a líneas de conexión».
Christian Santana, encargado de energías renovables del Gobierno, afirma que en las iniciativas hidroeléctricas a nivel mundial ya no se están produciendo grandes economías de escala, puesto que el peso económico de las obras civiles es cada vez mayor. Agrega que un obstáculo importante para los proyectos grandes es la permisología. En este sentido, tanto Bernstein como Zapata resaltan que las iniciativas de menor tamaño enfrentan oposiciones menores.
Por eso, la decisión de Enersis refleja una estrategia de desarrollar proyectos de baja oposición social, dice Bernstein. «Pudiera deducirse adicionalmente que refleja el ánimo de disminuir su ritmo de inversión, en valores absolutos», puntualiza. María Isabel González, de Energética, sostiene que esto reflejaría los pocos recursos que la compañía le está destinando a Latinoamérica, aunque reconoce que para el mercado chileno no es un problema, puesto que hay otras empresas interesadas.
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US$ 143 millones registró como provisión Endesa, en total, por el deterioro de su participación en el megaproyecto HidroAysén (US$ 122 millones), y también por su decisión de paralizar su iniciativa termoeléctrica Punta Alcalde (US$ 21 millones).