En un encuentro organizado por el World Energy Council WEC Chile y la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), destacados expertos abordaron las implicancias de la Ley Marco sobre Ciberseguridad en la industria energética nacional.
Durante el conversatorio, Valentina Muñoz, asociada de Carey Abogados, explicó que dicha norma determina a los operadores de infraestructuras críticas y proveedores de servicios esenciales a cumplir con obligaciones específicas. En tal sentido, detalló la normativa sectorial y protocolos de notificación de incidentes, como también medidas de seguridad tecnológicas, organizacionales, físicas y formativas que deben implementar.
Además, mencionó los plazos para reportar incidentes, que varían de dos horas para el reporte inicial a 15 días para el reporte final.
Por otra parte, Ricardo Seguel, director del magíster en Ciberseguridad de la Universidad Adolfo Ibáñez, enfatizó la importancia de capacitar a los trabajadores del sector eléctrico en la materia. Al respecto, destacó que la seguridad debe gestionarse desde el directorio y sensibilizarse a todos los niveles, considerando aspectos tecnológicos y físicos.
Junto con ello, el académico propuso un enfoque integral que involucre tecnología, procedimientos, protocolos y un cambio cultural para garantizar la seguridad en la industria energética.
Digitalización y nuevas tecnologías
A su vez, Walter Montenegro, gerente regional de Ciberseguridad de Cisco, resaltó el papel de la digitalización y nuevas tecnologías en la implementación de la ley. El ejecutivo señaló que la ciberseguridad debe ser un habilitador en el proceso de digitalización para que Chile avance. Asimismo, destacó la importancia de la tecnología en la detección de vulnerabilidades, alerta temprana y resiliencia de la industria eléctrica ante catástrofes.
Finalmente, el senador Kenneth Pugh subrayó la calidad de los servicios digitales en Chile, mencionando que el país cuenta con una de las fibras ópticas más rápidas del mundo. En esa dirección, enfatizó la complejidad de conectar lo físico con lo digital en la industria eléctrica y la necesidad de adaptar las mejores políticas públicas europeas a la realidad chilena.