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Estudio muestra bajo impacto de política fiscal contracíclica en países como Chile

Feb 10, 2016

Artículo publicado por el académico de la Universidad Johns Hopkins, Carlos Vegh, muestra que naciones de economía abierta y con tipo de cambio flotante, tienen un multiplicador fiscal cercano a cero.

(Pulso) Pocos efectos tendrían las políticas fiscales de gasto para reactivar la economía en países con tipo de cambio flexible y abiertos al comercio internacional, como es el caso de Chile.

Así lo muestra un estudio publicado recientemente por el economista de la Universidad Johns Hopkins, Carlos Vegh, que estudió cómo actúa el multiplicador fiscal -es decir, cuánto impactan las políticas de gasto fiscal en el crecimiendo de los países- en naciones con distintas políticas macroeconómicas. Tal discusión es clave por estos días en que el Ministerio de Hacienda ha señalado que evalúa moderar el gasto presupuestado originalmente para 2016.

El experto uruguayo sostiene que el mayor efecto del gasto público se da en países con tipo de cambio fijo, más cerrados al comercio exterior y con deuda pública inferior al 60% del PIB. Por el contrario, en países con economías abiertas y flexibilidad cambiaria, tendría un impacto menor.

“En teoría, el multiplicador fiscal con tipo de cambio flexible sería cero y eso es exactamente lo que nos da. El mecanismo es el siguiente: cuando el gasto publico aumenta, el producto en principio sube, sube la demanda por dinero y sube la tasa de interés (la oferta de dinero no cambia en principio). La tasa de interés más alta atrae capitales del exterior, lo que aprecia el tipo de cambio real. Esto baja las exportaciones netas y eso tiende a bajar el producto de manera que, en el neto, el producto no cambia. Es un resultado que sale del modelo de Mundell-Fleming, que es estándar en teoría de economías abierta y pequeñas”, sostiene Vegh en conversación con PULSO.

Dado lo anterior, el experto afirma que no vale la pena esforzarse en tener una política de gasto contracíclica en países como Chile. “Con flotación (cambiaria) relativamente limpia el multiplicador va a ser muy bajo. Entonces, posiblemente no se justifique hacer el esfuerzo financiero de ser contracíclico”, manifiesta. Lo que sí es fundamental, sostiene, “es asegurar que no se es procíclico; es decir, no ajustar en malos tiempos por subidas temporarias del déficit fiscal. Muchos países emergentes hacen eso (muchas veces empujados por el FMI) y es un error. Un país debería ajustar fiscalmente sólo por el componente permanente del déficit, nunca por el temporario”.

Espacio fiscal

En el estudio de Vegh se muestra a Chile en el grupo de los llamados países “graduados” en política fiscal, esto es, entre los que pasaron de tener políticas procíclicas a contracíclicas, en línea con la mayoría de las naciones desarrolladas. Esto fue reforzado por lo ejecutado durante la crisis financiera internacional de 2008, cuando el país trajo recursos de los fondos en el exterior, entre otras medidas, para reactivar la economía. Sin embargo, actualmente la estrechez fiscal y las malas perspectivas para el cobre y el crecimiento económico afectan el espacio para actuar en esa dirección, a lo que se suma que el Banco Central está retirando el estímulo monetario.

Sobre este escenario, Vegh afirma que “hay un equilibrio delicado. En términos de política monetaria el dilema que enfrentan muchos países emergentes es que en los tiempos malos (de recesión) la moneda se deprecia y la inflación sube. Creo que el Banco Central (de Chile) tiene suficiente credibilidad como para estimular la economía monetariamente sin preocuparse demasiado por una suba temporaria de la inflación. Pero es un equilibrio delicado”.

Respecto a la política fiscal, indica que “efectivamente sería más difícil hacer política contracíclica hoy que en el 2008-2009, debido a que la caída del precio del cobre baja ingresos, quizás inclusive en el mediano plazo. Eso disminuye el “espacio fiscal” que se necesita para hacer política contracíclica”.

Vegh asegura que si la política fiscal logra “ser “acíclica” en malos tiempo (es decir tener como objetivo un balance estructural cero), me parecería que es una política fiscal seria dadas las circunstancias”.

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