Endesa Chile y la empresa alemana Voith Hydro suscribieron un contrato para el suministro, montaje y puesta en marcha del equipamiento electromecánico de la central hidroeléctrica Los Cóndores, proyecto que se construye en la zona cordillerana de la Región del Maule.
La central estará formada por dos unidades de generación Pelton de eje vertical, alojados en una caverna de máquinas, que en conjunto alcanzarán una potencia instalada de aproximadamente 150 MW.
El proyecto Los Cóndores tendrá un factor de planta estimado del 48% y una generación media anual de 642 GWh.
El contrato establece que Voith Hydro será responsable del desarrollo electromecánico, de la ingeniería de equipos, fabricación, montaje, supervisión, servicios de puesta en marcha y gestión del proyecto.
El plazo para llevar a cabo la totalidad de las obras civiles (que contemplan, entre otros, bocatoma, túnel de aducción, pique de presión, caverna de máquinas y canal de descarga) será de cerca de cinco años, y se espera que la central entre en operación comercial el cuarto trimestre de 2018.
En este sentido, los trabajos de las obras civiles, asignados a la empresa Ferrovial Agroman, ya se iniciaron con la construcción de la instalación de faena en la zona de caída, habilitación de los botaderos, polvorín y obras preliminares para el levantamiento de los campamentos y oficinas en el sector Campanario.
Respecto a las obras propias del proyecto, se trabaja en las excavaciones abiertas de los portales de los túneles, construcción del Patio de Mufas y actividades previas para iniciar la excavación subterránea de la caverna de máquinas, lugar donde serán alojados los equipos de generación.
La central, que utilizará las aguas del embalse de la Laguna del Maule, a través de un túnel de aducción de 12 kilómetros, será excavado con máquina tunelera.
Endesa Chile realizó una serie de optimizaciones al diseño de las obras, las que fueron aprobadas por la autoridad ambiental a fines de 2011. Las mejoras modificaron las obras de aducción en el tramo comprendido entre el embalse de la Laguna del Maule y la quebrada de Lo Aguirre Chico y las obras de la zona de caída, pasando a ser completamente subterráneas. Estas optimizaciones permitirán una disminución considerable de la superficie a utilizar, con un beneficio ambiental directo sobre el paisaje, suelo, vegetación y fauna existente en la zona.