(Pulso) Hoy termina la temporada de reportes de resultados de 2016, por lo que hasta ayer el grueso de las compañías ya había informado sus estados financieros a la SVS. De esta forma, un universo de 484 sociedades anónimas acumuló ganancias por US$18.025 millones el año pasado, lo que significa un alza de 25,47% respecto a 2015.
Aunque las utilidades subieron dos dígitos, los ingresos no: se empinaron sólo un 2,29% a US$213.322 millones.
Continuando con los números azules, una de las mejores apuestas que hicieron las empresas el año pasado se ve reflejada en la rentabildad del patrimonio, ya que aumentó 1,1 puntos porcentuales (pp.) a 6,92%, lo que más que duplica los retornos de un instrumento de renta fija al compararlo con la tasa de 3% que tiene actualmente el Banco Central.
Sin embargo, no todos los números fueron positivos: en 2016 el capital de trabajo de las compañías disminuyó un 25,66% a US$28.089 millones, por lo que también bajó la liquidez corriente: si antes pagaban 1,32 veces lo que debían, el año pasado sólo podían pagar 1,24 veces lo que adeudaban, es decir, tuvieron una caja más restringida en 6,12%.
¿Por qué ocurrió esto? Un cuarto de su capital de trabajo lo han perdido debido a que lo usaron para poder generar recursos, y aunque lo más común es que los capitales de trabajo vayan al alza, los han usado para pagar pasivos corrientes. De esta forma, los pasivos corrientes del año pasado contra el total de la deuda cayeron 1,43 pp. a 16,57%. Es más, la baja en el capital de trabajo y la liquidez, también se produjo para disminuir el endeudamiento de corto plazo, que hoy alcanza 3,16 veces su patrimonio. Esto en un contexto donde el Banco Central el año pasado bajó su tasa, por lo que las empresas renegociaron sus deudas para poder tomar créditos más baratos.