Q

Embalses presentan déficit de hasta 5% respecto del promedio de los últimos 10 años

Feb 25, 2013

El nivel más bajo corresponde al embalse Chapo, en el que opera la central Canutillar (Colbún, 172 MW). No obstante, todas las represas muestran volúmenes inferiores a la media. En el caso de los embalses de regadío, las diferencias se disparan.

(Pulso) Los niveles de los embalses para generación eléctrica de la zona central, ya bien avanzada la época de deshielos, son muy inferiores en todos ellos al promedio de los últimos trece años, como también lo son en relación con igual fecha de 2012.

De acuerdo con información proporcionada por el Centro de Despacho Económico de Carga (CDEC) del SIC, el déficit respecto al promedio del período 2000-2013 de los seis principales embalses para generación eléctrica en el país (salvo en el caso de Ralco, que entró en operaciones en 2004), alcanza hasta el 5% para el caso del embalse Chapo, en el que funciona la central Canutillar, ubicado en la región de Los Ríos, perteneciente a Colbún y que genera a un máximo de 172 MW.

Esta situación es reflejo de la extensa sequía que afecta a la zona central, y que se origina en la persistencia del Fenómeno de “La Niña”, que genera una condición seca, inusual para la zona y que, contra todo pronóstico, alcanzó también a 2013.

La reducción de la cota de los embalses, por tanto, es importante, porque la comparación no se hace en base a un año húmedo, con lo que las diferencias se dispararían, sino que con un promedio de períodos de sequía y alta pluviometría.

En Ralco, el volumen del embalse muestra una diferencia de 2,2% en relación con el promedio histórico, mientras comparando el 22 de febrero de 2013 (último dato disponible) con igual fecha de 2011, la diferencia es de 1,3% en contra del nivel actual.

Colbún muestra también un déficit de 2% versus el promedio histórico, cifra similar a la de La Invernada, y Laguna de Laja. En el caso de Rapel, la diferencia entre el volumen de lo que va de 2013 y la media de los últimos trece años alcanza el 3,2%.

Las situaciones más críticas corresponden a Canutillar, Laja, Ralco y Colbún, que son de origen nival (se llenan con recurso proveniente de deshielo), por lo que alcanzan sus máximos niveles, precisamente, en verano.

Hay más. La Dirección General de Aguas (DGA), elabora mensualmente un reporte que no sólo incorpora a las represas para generación eléctrica, sino que para todo el sistema de acumulación de aguas. De acuerdo con este análisis (reporte de enero, último disponible) los principales embalses del país mostraron una disminución de sus recursos de 7,5% en relación con diciembre, cifra que es aún más grave si se compara con los promedios históricos.

Según lo indicado por la DGA, durante enero se registró un déficit de 51% respecto al promedio histórico y de 17% con relación a enero de 2012. Así también, la disponibilidad representa un 33.5% de la capacidad total de almacenamiento.

Cabe destacar que, al analizar todos los embalses en su conjunto, se generan diferencias dadas porque aquellas estructuras de riego, y que son llenadas con aguas de lluvia, muestran mayor oscilación en sus niveles entre un período y otro.

“En el último mes (enero), los embalses dedicados a la generación disminuyeron 3% sus reservas, quedando con un déficit de 16,4% respecto a 2012 y de un 7,2% con relación al histórico. Por su parte, los dedicados a la generación y riego redujeron 8.6% su disponibilidad y la diferencia con el año pasado alcanzó -21.6%. En cuanto al promedio histórico, el déficit es 62.2%. Los embalses de riego fueron los que más disminuyeron sus reservas, reduciéndolas un 17.7% respecto al mes anterior y quedando con una diferencia de 20% a igual fecha en 2012 y 69% con relación a la media”, explica en su informe el organismo perteneciente al Ministerio de Obras Públicas (MOP).

Además, durante el mes de enero no se presentaron episodios de precipitaciones de importancia. Aún así, en las regiones de la zona central (V, Metropolitana y O’Higgins), los ríos vieron aumentar sus caudales en forma significativa, situación que, por ejemplo, causó la turbiedad del río Maipo que afectó a Aguas Andinas.

CONSECUENCIA

¿Cuál es el impacto de esta situación? Para el sector eléctrico, lo que genera la menor reserva de aguas en los embalses es una disminución de la participación de la hidroelectricidad, que es la energía más barata en el sistema. Por lo tanto, aumenta la participación de la generación termoeléctrica, que es más cara.

En enero, de acuerdo con datos de la consultora Systep, la generación hidroeléctrica alcanzó el 40% del total, mientras que la termoelectricidad, que agrupa la generación con gas natural, diésel y carbón, llegó a un histórico 59,7%.

A modo de comparación, en el mismo mes de 2012 la fuente hídrica tuvo una participación de 45,8%, mientras que la térmica representó el 53,6% del total.

Si bien, esto tiene un impacto en los precios, el Sistema Interconectado Central (SIC) ha visto una disminución de sus costos en los últimos meses. ¿La razón? El menor aporte hídrico ha sido suplido con nueva capacidad a carbón, proveniente de las últimas grandes unidades en entrar al sistema: Santa María (Colbún) y Bocamina (Endesa). Esto permite no sólo suplir el aporte hídrico, sino que también minimizar la acción de las centrales diésel, que son las más caras del sistema y que marcan el costo marginal.

Fuente / Pulso

Lo último
Te recomendamos

REVISTA DIGITAL

Temas relacionados

Suscríbase al Newsletter Revista Electricidad