(La Tercera) El BEI es el brazo financiero de la Unión Europea. Propiedad de los 28 miembros del bloque, actúa apoyándolo en sus objetivos de cooperación ofreciendo financiamiento en términos favorables a proyectos públicos y privados. Su vicepresidenta, la española Magdalena Alvarez, visitó Chile para hacer explícita su intención de tener un mayor protagonismo, reuniéndose con personeros de gobierno, la Asociación de Bancos y la CPC, entre otras instituciones.
El BEI es la mayor institución multilateral de crédito del mundo, con una cartera de préstamos de 75.000 millones de euros (US$ 103.650 millones) en 160 países en 2013. La cifra duplica la actividad crediticia del Banco Mundial y, en palabras de Alvarez, “sólo nuestros préstamos en España superan los del BID en toda América Latina”.
Más del 90% de la actividad se concentra en Europa, pero su apoyo a los objetivos de política exterior de la UE se ha traducido en 3.700 millones de euros (US$ 5.100 millones) en América Latina en siete años. Se trata de préstamos “con intereses y plazos más favorables que los que se encuentran en el mercado”, dice.
En Chile ha financiado un solo proyecto: una central eléctrica de pasada en el Laja, propiedad de GDF Suez, por US$ 82 millones. Ese es uno de los ejemplos típicos de iniciativas en las que participa el BEI: viable técnica y financieramente, sin oposición de comunidades y gobiernos, e idealmente sustentable y que ayude en la lucha contra el cambio climático. Y hay otros cuatro proyectos chilenos en trámite, por un total de 430 millones de euros (US$ 594 millones), todos en el sector de las ERNC.
El motivo del viaje era ganar visibilidad y aumentar esa cifra. El BEI dispone de fondos por 5.000 millones de euros (US$ 6.910 millones) para Latinoamérica.
Los proyectos pequeños, de menos de 50 millones de euros (US$ 69,1 millones), se intermedian con la banca. Por encima de esa cifra, es posible conseguir financiamiento directo. No es necesario que haya empresas europeas involucradas en el proyecto o su ejecución. Además, pueden interactuar con otras entidades y, de hecho, lo hacen con la CAF, el BID, el KfW (Banco Alemán de Desarrollo), entre otras.