(Pulso) Es la mayor baja desde 2008. En enero, los precios al consumidor en EEUU cayeron 0,7%. El índice de inflación subyacente -que excluye los precios de alimentos y la energía- creció 0,2%. Fue la gasolina la que empujó los precios hacia abajo: su valor cayó 18,7%. De esta forma, pareciera que cumplir la meta de inflación de 2% de la Reserva Federal se vuelve cada vez más difícil.
De todas formas, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, dijo en su presentación ante el Congreso esta semana que esperaba que la inflación bajara un poco más antes de repuntar hacia el objetivo de 2%. Yellen aclaró que los factores de la caída de los precios son transitorios: “los precios de las importaciones han caído en parte debido al dólar, y la disminución de los precios del petróleo ha tenido una influencia muy importante”.
Desde Capital Economics comentaron que esta deflación no evitará que la Fed empiece con el alza de tasas en junio. Los economistas Paul Ashworth y Andrew Hunter, aseguraron en un informe que “una vez que el impacto temporal de los menores precios de la energía y la reciente apreciación del dólar pasen, la inflación subyacente debiese volver por sobre la meta de 2% el próximo año”.
El IPC interanual se situó en -0,1% en enero, pero el subyacente creció 1,6%, el mismo porcentaje que en diciembre.
En tanto, las órdenes de bienes durables aumentaron 2,8% y las peticiones de subsidios por desempleo aumentaron en 31.000.