En el marco de Cirec Week 2015, Laurie Fitzmaurice, consultora del sector energético, abordó los obstáculos vinculados a la barrera cultural que conlleva ingresar a un nuevo mercado.
Es así como la especialista detalló que las mejoras a nivel tecnológico y técnico han permitido que se aprovechen sitios que antes no hubieran sido viables para el desarrollo de la industria eólica.
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Por otra parte han ido desapareciendo subsidios e incentivos, frente a los cambios en costos de producción de otros combustibles
En ese contexto, Fitzmaurice resaltó que el mercado chileno ofrece retos particulares para las empresas extranjeras, como por ejemplo el hecho que el sistema de comercialización de energía presenta desafíos para las empresas extranjeras acostumbradas a otro tipo de contratos de compra venta de energía.
A ello se suma la complejidad del sistema regulatorio, los cuellos de botella en transmisión, la tramitación ambiental, y el relacionamiento con comunidades, entre otros tópicos, detalló la consultora, que hizo además hincapié en la complejidad de la forma de operación del sistema eléctrico chileno.
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En ese contexto, comentó que una estrategia cultural es imprescindible para asegurar el éxito en el desarrollo de proyectos energéticos, haciendo hincapié en que la clave se encuentra en alcanzar la combinación precisa de experiencia internacional y conocimiento local para asegurar el éxito a largo plazo.
Además advirtió sobre los efectos de las diferencias idiomáticas y culturales, y cómo ello condiciona la forma como se relacionan los diversos actores.
Vinculado a dicho punto, aseguró que es relevante que alguien de la casa matriz de la empresa interesada viaje para entender el sistema regulatorio y el funcionamiento del mercado.
Junto a lo anterior, se refirió a la riqueza que entrega la formación de equipos de trabajo multiculturales y multidisciplinarios, destacando además la importancia de comunicar la realidad de un mercado nuevo de manera clara hacia la casa matriz, junto con fijar expectativas razonables.