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Descarbonización acelerada: gas natural tendría que triplicar su despacho al sistema eléctrico

May 27, 2021

Este es uno de los aspectos que aborda con ELECTRICIDAD Ana Lía Rojas, socia fundadora de EnerConnex, al revisar el proyecto de ley que la comisión de Medio Ambiente despachó a la Sala de la Cámara de Diputados.

Varios son los desafíos técnicos que advierte Ana Lía Rojas, socia fundadora de EnerConnex, respecto al proyecto de ley de descarbonización acelerada, que plantea el cierre de las centrales a carbón para 2025.

Y es que, a juicio de la economista, uno de los primeros aspectos a considerar es que las centrales a carbón representaron a 2019, un 34% del despacho (26 TWh/año sobre un total generado de 77), por lo que su reemplazo en generación eléctrica plantea triplicar el despacho de este tipo de centrales (14,1 TWh  en 2019), si es que se materializa la iniciativa legal, tal como fue despachada desde la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales a la Sala de la Cámara de Diputados.

Reemplazos

Según la especialista, el reemplazo de la generación a carbón con tecnología eólica y solar supone multiplicar su actual despacho, de 4,8TWh y 6,8 TWh, respectivamente, por 3,5 veces, lo que -en su opinión- «aun así no sería suficiente porque no se tendría suministro 24/7, por lo que se requeriría adaptar el sistema eléctrico para incorporar masivamente sistemas de almacenamiento».

«Considerando entonces la dimensión de los aumentos requeridos para hacer una descarbonización más acelerada, como lo indica el proyecto de ley a 2025, y sólo refiriéndonos al aporte en términos de energía, habría que más que duplicar la generación a gas, solar y eólica, en los próximos cinco años, de forma de reemplazar totalmente la energía del carbón. Este requerimiento, por cierto, relevaría sólo una parte de la problemática, el suministro de energía, sin abordar los requerimientos de la red en cuanto a otros atributos y servicios que las plantas con máquinas rotatorias le aportan al sistema, más comúnmente conocida como inercia», sostiene.

La necesidad de considerar la inercia en la seguridad del sistema eléctrico y la continuidad del suministro, es otro aspecto que menciona Rojas, donde las centrales a carbón aportaron cerca del 40% de este atributo en junio de 2019, especialmente en la zona norte.

Ante ello, advierte que, si bien existe la llamada inercia sintética que entregan las centrales solares y eólicas,  «debemos entender que cualquier otra opción que se deba implementar para la provisión de este atributo, requiere de tiempo para su planificación e implementación, labor que debe compartir el Regulador, el Coordinador Eléctrico y las empresas de generación renovable, gas y transmisión».

ana lia

«Sobre las opciones tecnológicas para que industria renovable aporte inercia sistémica, basadas en sistemas de electrónica de potencia – de forma que sistemas de almacenamiento, plantas fotovoltaicas y eólicas las implementen – requieren de un horizonte de tiempo más amplio que al 2025, por cierto, con modificaciones de incentivos regulatorios», agrega.

De acuerdo con Rojas, si avanza el proyecto de ley, con el retiro total a 2025, «se deberá profundizar y desarrollar con urgencia un plan integral Gobierno-Empresas-Coordinador, que incentive a que los sistemas de almacenamiento, generadoras solares y eólicas, incorporen sistemas de electrónica de potencia. Es necesario una evaluación de costos que demuestre que esta contribución permitirá encontrar alternativas menos costosas y más rápidas de implementar para que el requerimiento de inercia no se transforme en un obstáculo a la descarbonización».

Transmisión

La economista también aborda la arista de la transmisión, planteando la necesidad de considerar «los atrasos de entrada de líneas claves en obras nuevas y en ampliaciones a nivel nacional y zonal, y la ausencia de señales para gestionar con soluciones de operación de líneas existentes que subsanen estos atrasos».

Es así como asegura que el proyecto de la línea HVDC, en corriente continua anunciada para el 2028, «no contribuirá a la aceleración de la descarbonización. En otras palabras, aún cuando se materializara el cierre de todas las carboneras al 2025 y se lograra la realización de significativas inversiones de generación renovables en ese horizonte, no habría una solución de transmisión de gran escalda como es la línea HVDC sino hasta 2028 o incluso más tarde, y por ello la localización de nuevos proyectos de generación renovable deberían concentrarse en la zona central».

«Por ello, en mi opinión técnica y económica, un horizonte que parece ambicioso y posible para la sustitución eficiente del carbón, con la incorporación de tecnologías habilitantes y reglas competitivas, debe apuntar al 2030 y no achicar el cerco de las posibilidades imponiendo una fecha al 2025», concluye.

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