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Contratos de distribuidoras eléctricas acumulan alza de 20% a seis meses de operación

Jun 29, 2010

Se trata de suministros que fueron adjudicados bajo el mecanismo de licitación al que hoy está amarrado cerca del 70% de los consumos regulados del centro-sur del país.

El Mercurio Los contratos que las distribuidoras eléctricas firmaron con generadoras, bajo el modelo de licitaciones de suministro, llevan seis meses de operación, lapso en que en promedio han subido un 20%.

Así, desde los US$ 70,6 por megawatt hora (MWh) que estas obligaciones exhibían cuando fueron adjudicadas, hoy dicho valor se empina sobre los US$ 90 por MWh (indexados a mayo), lo que debería reflejarse en las cuentas residenciales en el Sistema Interconectado Central (SIC), el mayor del país y que abastece al 94% de la población.

Jorge Moreno, ingeniero de la consultora Systep, explica que este incremento se debe al impacto de los costos marginales a los cuales quedó indexada una parte no menor de los contratos vigentes en 2010 y 2011, frente a una minoría ligada a combustibles (carbón, diésel o GNL), así como al IPC de EE.UU.

«El precio ha subido porque en los últimos tres meses de 2009, el costo marginal promedió US$ 89,6 por MWh, y entre marzo y mayo subió a US$ 136,3 por MWh, un 52% más que se refleja en los contratos», señala.

Este factor considera el costo de operar la unidad de generación menos eficiente del sistema y se incluyó en las licitaciones, para que los años 2010 y 2011, en los que se creía que los combustibles tendrían una alta volatilidad, resultaran atractivos para las generadoras.

Impacto sobre cuentas

Expertos indican que esta alza se reflejará en las cuentas residenciales del SIC.

Sin embargo, advierten que aún no se puede dimensionar la magnitud, porque el proceso tarifario -que mezcla el sistema nuevo de licitaciones y el anterior de fijación- presenta un importante desfase por el trámite en la Contraloría, lo que hace que varios cambios que ha habido este año sigan pendientes.

La intención de las licitaciones era reactivar una oferta eléctrica que estaba paralizada y también ayudar a reducir las cuentas en los hogares. Sin embargo, al comparar el precio actual (que corresponde al fijado en octubre), también se aprecia un alza, porque el precio de nudo vigente para el sistema antiguo es de US$ 70 por MWh, mientras que el promedio de las licitaciones es US$ 90 por MWh.

«En las licitaciones se consideró sólo el precio de la energía, y no los indexadores, y el 100% de las generadoras puso factores que no tienen relación con sus estructuras de costos, como sucede con el IPC de Estados Unidos. Esto asegura alzas constantes de sus contratos», explica Francisco Aguirre, de Electroconsultores.

La diferencia entre los precios promedio de las distribuidoras puede ser de hasta US$ 57 por MWh, pero esta diferencia no se traspasa a los consumidores, porque la norma fija que las tarifas de las distintas empresas no pueden distar más de 5%, y para cumplir con ello la autoridad nivela los distintos precios, con lo cual los clientes de distribuidoras con contratos más bajos compensan a los de firmas que pagan más caro.

RETRASOS

El trámite en la Contraloría de los cambios tarifarios toma meses y explica el desfase en su vigencia.

¿Cómo funcionan los sistemas de cálculo?

El nuevo sistema de precios, vigente desde el 1 de enero de 2010, que está ligado a las licitaciones de suministro de las distribuidoras, activó varios elementos que inciden en la evolución de las tarifas.

Este sistema convive con el antiguo mecanismo tarifario, al que aún están ligados algunos contratos.

El modelo en retirada es la fijación de precios de nudo, en el cual las tarifas se calculan dos veces al año (abril y octubre) a partir de los precios de los grandes consumidores y de un polinomio que incluye el tipo de cambio y otros factores.

Además, considera la existencia esporádica de indexaciones a raíz de cambios bruscos en la citada canasta.

El nuevo sistema asociado a los contratos licitados por las distribuciones (a 15 o 20 años), recién entró en operación a fines de abril, debido al período de toma de razón en la Contraloría.

En este esquema los elementos que pueden detonar cambios se multiplican, porque se consideran los movimientos que pueden sufrir los indexadores de cada uno de los contratos (este año son 47), lo que de suceder obliga a recalcular todo el sistema.

Fuente / El Mercurio

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