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¿Cómo vamos en descentralización?

Nov 28, 2013

La larga lucha de las regiones por tener mayor autonomía en la toma de decisiones y en cómo destina sus recursos parece no tener vuelta atrás. Los poderes que han ido adquiriendo, como la elección directa de consejeros regionales y el aumento de los fondos de libre disposición del FNDR, son hechos concretos de cómo se ha avanzado. Eso sí, aún falta más.

(Pulso) Las regiones y la descentralización del país han sido un tema de moda este último tiempo. Aparte del discurso eleccionario que lo pone en boga, en Chile hay ya una conciencia de que el regionalismo no puede esperar.

Es que el trasfondo de ese tema va mucho más allá de lo que puede ser visto como una simple separación administrativa.

Para ser más precisos, las zonas ajenas a la Región Metropolitana siempre han considerado que la capital se lleva la mayoría de las inversiones, planes de mejoramientos, profesionales y oportunidades de desarrollo, entre otros aspectos.

Un ejemplo claro de ello es que cuando se necesitaron más recursos para el Transantiago, el Congreso debió aprobar también los llamados “recursos espejo”, que en igual cantidad de montos fueron repartidos a las regiones del país.

El modelo de ordenamiento territorial que hoy tiene Chile viene desde 1974 y tuvo como base un proceso de regionalización y desconcentración de la administración pública. Ese fue el marco en el que se inició el proceso de descentralización a comienzo de los años ‘90, “que se desarrolló de manera tímida”, comentan desde la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere).

Según el subsecretario de Desarrollo Regional, Miguel Flores, las relaciones Santiago-regiones están influidas por la estructura económica de Chile: “Santiago, al ser la capital, el principal centro político y económico, influye fuertemente en lo que sucede en país”. Por ello, agrega, las regiones “demandan mayores atribuciones para poder orientar su propio desarrollo”.

Destaca que con el aumento de los recursos de los gobiernos regionales (Gore) y las nuevas competencias de los consejeros regionales (Cores), “nos enfrentamos a un nuevo escenario. Se ha avanzado en una mayor autonomía regional, donde hoy los desafíos son distintos a los de años anteriores, ya que apuntan a lograr mayores niveles de cohesión territorial y social”.

Avances
Flores explica que en la administración Piñera han trabajado en tres líneas de acción, “que manifiestan un fuerte grado de avance en la descentralización”.

Lo primero, comenta, es la elección de los Cores: “Este es el mayor avance en descentralización en los últimos 20 años, desde la creación de los Gore”.

Lo segundo es que han ido reforzando las capacidades y equipos regionales, “pensando siempre en que su rol en el futuro será crucial en el desarrollo de las regiones del país”.

Y tercero, un notorio aumento de los recursos regionales. “En 2013 se destinaron más de $921 mil millones. Eso es más de un 54% superior al promedio del gobierno anterior. Además, el 75% de esos recursos corresponden a fondos de libre disposición, sin ningún tipo de condicionamiento desde el gobierno central”, comenta el subsecretario.

Flores toca de un tema clave, ya que históricamente los fondos de libre disposición del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) no alcanzaban el 50%. De hecho, el senador UDI Jaime Orpis, a través del estudio “Análisis FNDR como instrumento de descentralización” entre 2004-2012, identificó las regiones que tienen más y menos dependencia de sus recursos (ver gráficos).

Según el senador, las regiones más centralizadas en promedio para esos años eran Los Lagos y Biobío, con 54% cada una, la Araucanía (51%) y Coquimbo (50%).

Destacó que “apenas el 56% (promedio) es de libre disponibilidad, es decir, más del 50% de los recursos destinados a las regiones (a invertir) viene predeterminado y, por lo tanto, éstas no pueden decidir libremente sobre el 44% restante”.

Orpis añadió, además, que a partir de 2005 se inicia una etapa importante de descentralización, la cual dura hasta 2007, donde nuevamente se observa un nuevo ciclo de centralización que llega a su peak el año 2010. “Entre los años 2011 y 2012, se vuelve a generar una nueva fase de descentralización”, acotó.

Otra mirada sobre cómo este gobierno ha buscado instalar tanto cambios institucionales como de gestión en el trato con las regiones, es la que da el jefe de la División de Coordinación Interministerial del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, Claudio Seebach.

La autoridad destaca un punto no menor: “Ya el hecho de que los intendentes en muchas de las regiones hayan durado los cuatro años de mandato en este gobierno, es una señal muy significativa, muy potente de más descentralización”.

“Ha habido menor rotación, por tanto, la figura del líder general ha sido un tema central”, añade.

Seebach también destaca la mayor autonomía en los recursos de libre disposición del FNDR. Hace hincapié en que si en 2009 estos fondos tenían un 48% de autonomía para las regiones, en 2013 se llegó a 75%.

“Antes (los recursos) venían con elástico, por así decirlo: yo te paso la plata del FNDR, pero yo decido para que la vas a usar. Hoy con aumento al 75%, la región aumento más del 50% su capacidad de decidir sobre sus recursos regionales”, explica.

Desafíos
Respecto a los desafíos, el subsecretario comenta que son variados. Eso sí, ve uno muy claro: promover el proyecto de ley “Profundizando la descentralización del país”. Esto, porque otorga nuevas responsabilidades a los Gore, crea un sistema de traspaso de competencias de asuntos que hoy están a cargo del gobierno central, e instaura el cargo de presidente del Consejo Regional, entre otros aspectos.

Claudio Seebach también apuesta a que Chile “necesita avanzar a mayor descentralización”, pero esta tiene que ir aparejada en sus tres dimensiones: administrativa, fiscal y política.

“No es posible avanzar en sólo una de ellas, porque si es que lo haces, generarías tensiones con respecto a las atribuciones y funciones que hay. Eso es lo fundamental. Tienen que ser avances simultáneos en esas tres dimensiones, porque Chile tiene que avanzar hacia allá; ser más armónico en su desarrollo”, argumenta.

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