(Pulso) Mientras la caída de los precios de las materias primas complica el escenario internacional, la fuerte caída en particular de los precios del petróleo enreda el desempeño de una economía que hasta hace poco era aplaudida como una de las más fuerte de la región, la de Colombia, perjudicando los niveles de confianza tanto empresariales como del consumidor.
Pese a que en el año 2013 y 2014 el gobierno había realizado presupuestos estimativos con un valor del crudo a US$99 (algo que permitía un equilibrio fiscal), cuando comenzó la caída de los precios globales de las materias primas, el gobierno de Juan Manuel Santos comenzó a recortar de su presupuesto los ingresos petroleros.
En un principio el gobierno recortó el crudo considerando como referencia un valor de US$60 por barril.
Bajo este incierto escenario se han tomado medidas para amortiguar el impacto de una constante caída de los precios de los commodities: el país estima que los ingresos petroleros de la nación se reducirán de US$7.903 millones en 2013 a US$3.162 millones en 2015 y 2016.
“Esto es una preocupación porque Colombia no ha sido ajena a la desaceleración en la región. Aunque los ingresos petroleros no representan un gran porcentaje del total de los ingresos de la nación, si eran considerados un ingreso estable y seguro”, dijo a PULSO Orlando Jacomé, socio de la consultora colombiana Fénix Valor.
De hecho la confianza empresarial del país cayó de 14,7% en junio a 2,6% en julio, una caída de 12,10 puntos porcentuales. Mientras que la confianza empresarial llegó al 0,1% en julio.
La sensación nacional refleja que el descontento empresarial se relaciona con las medidas que ha tomado el gobierno para amortiguar los efectos de un petróleo cotizando cerca de US$40 por barril, referencia Brent.
Para lograrlo, el gobierno colombiano creó un impuesto a las empresas que deben pagar compañías de mayor patrimonio, una medida que ayudó a Santos a solventar cerca de la mitad del vacío fiscal que iba a dejar la renta petrolera en 2014, mientras que la otra mitad la compensó a través de la deuda, con un plan fiscal que se proyecta hacia 2025.
“Hoy se cuestionan esos impuestos a las utilidades porque de pronto Colombia es el único país que cogió al sector empresarial y les quito impuestos para tapar el hueco, algo que ha generado mucho ruido en Colombia”, destaca Jacomé.
Incluso para el próximo año el gobierno espera aprobar la reforma tributaria, aunque al mismo tiempo, y a modo de diálogo, Santos permitirá que un grupo de empresarios participe de la comisión de expertos que formulará recomendaciones para la misma.
Por su parte, la bolsa de Colombia es hoy una de las de peor desempeño en América Latina después de la de Pe
Algo que ha favorecido este complejo escenario es la devaluación del peso colombiano, considerando que lo que la estatal Ecopetrol vende afuera se ve beneficiado por el tipo de cambio.
Para disminuir el impacto del daño producido por la caída de los precios del crudo, el gobierno colombiano ha impulsado un plan de infraestructura que busca recomponer los niveles de inversión del país.
Asimismo, el plan busca fortalecer los niveles de empleo, que se han visto severamente afectados por los masivos despidos de las empresas mineras, otro de los factores que mantiene descontenta a la población.
“El plan de infraestructura viene siendo un sustituto en los últimos años de la renta petrolera y del sector de hidrocarburos, hoy infraestructura está moviendo muchos empleos”, consigna Jacomé.