Chile se ha fijado la ambiciosa meta de obtener el 80 por ciento de su consumo energético de recursos renovables para 2030, y el almacenamiento de energía es fundamental para alcanzar este objetivo.
El almacenamiento ya es un recurso en rápido crecimiento en Chile. En noviembre de 2023, el país contaba con una capacidad operativa total de 1,3 GW, con 6,4 GW en diversas etapas de desarrollo. Según los pronósticos, Chile está en camino de convertirse en el segundo mercado más grande de almacenamiento de energía en América, después de Estados Unidos. Sin embargo, el código de red del país aún no se ha actualizado para permitir completamente el valor del almacenamiento de energía para el sistema.
Los códigos de red son especificaciones técnicas que definen los parámetros que deben cumplir las instalaciones conectadas a una red eléctrica pública, para garantizar el funcionamiento seguro, fiable y económicamente eficiente del sistema eléctrico.
Dichos códigos abarcan diferentes aspectos del sistema eléctrico, como mercados, operación, planificación y conexión, y buscan garantizar la consistencia en el suministro de electricidad, a través de mantener la disponibilidad, interoperabilidad y el equilibrio en la red. Cuando se revise el código de red de Chile, conocido como NTSyCS, el próximo año, este debería actualizarse para incorporar reglas sobre almacenamiento de energía que impulsen la transición energética del país.
Incluso para los expertos en la materia, los códigos de red no siempre son fáciles de entender. Estos documentos complejos tienen cientos o miles de páginas y no siempre especifican todo lo que los operadores de proyectos necesitan saber para superar con éxito las pruebas de puesta en servicio y la transición a operación comercial. Esto es especialmente cierto en el caso del almacenamiento de energía, ya que sigue siendo un tipo relativamente nuevo de activo energético y sus aplicaciones en el mercado aún se están descubriendo.
Además, el código de red con el que debe cumplir el almacenamiento de energía en Chile, conocido como código de recursos basados en inversores, fue escrito únicamente para la energía solar. Los códigos de red que no especifican completamente todas las acciones de una tecnología específica pueden limitar su capacidad para aportar su valor completo a la red, lo que puede reducir tanto el impacto del almacenamiento en la estabilidad de la red como sus potenciales ingresos por remuneración.
Experiencia australiana
Por ejemplo, el NTSyCS de Chile no reconoce la formación de red en inversores. Este proceso permite que el inversor funcione como un mecanismo de control de frecuencia, lo que habilita al sistema de almacenamiento de energía a realizar otras funciones, como la respuesta rápida de frecuencia (FFR, por sus siglas en inglés). La FFR es la capacidad de las baterías para extraer energía de la red cuando la frecuencia es demasiado alta y reducirla a un nivel de operación normal.
En comparación, el código de red australiano incluye el control de frecuencia como un mecanismo de ingresos establecido, con diez mercados de respuesta de frecuencia actualmente en operación. Esto comprende ocho mercados de respuesta por contingencia (donde las baterías responden automáticamente a la frecuencia de la red) y dos mercados de respuesta regulada…
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