Una serie de procedimientos innovadores para el mantenimiento de la central fotovoltaica Luz del Norte, de 141 MW de capacidad instalada, propiedad de First Solar, fueron destacados por el Asset manager de la compañía, Gabriel Ortiz, quien abordó dos experiencias en este tema, ocurridas en 2016 y durante el presente año.
Según el ejecutivo, el 26 de abril de 2016 una mini subestación aislada en SF6 que controla uno de los cuatro bloques de generación de la central solar tuvo una falla asociada a un desconectador de línea, por lo que la Gerencia de Operaciones propuso inicialmente enviar este equipo a Estados Unidos para su reparación, considerando se encontraba en garantía.
«Sin embargo, un análisis paralelo del área de gestión de activos determinó que el proceso de enviar a Estados Unidos y su retorno (incluidas aduanas y tiempos de traslado) demoraría más de tres meses y eso implicaría un largo período de indisponibilidad de 12,5% de la producción de Luz del Norte. Ante este escenario, el área de gestión de activos propuso realizar la reparación en Chile con el apoyo del fabricante. De esta forma, la reparación sería más rápida y mantendríamos la garantía del fabricante», relata Ortiz.
El ejecutivo sostiene que este plan funcionó, pues la reparación, realizada en Santiago, se ejecutó en cuatro semanas, mediante una combinación de capacidades locales e internacionales de las empresas IDT (Ahora GE Chile), SF6 Chile, First Solar Chile, Contact Power EEUU y G&W EEUU (el fabricante).
«El resultado fue un éxito e inclusive fue presentado en un evento organizado por el Comité Solar en Fundación Chile, el cual terminó con la frase ‘sí, se puede’, haciendo referencia a la posibilidad de realizar este tipo de trabajos en Chile.
Segunda experiencia
Posteriormente, en febrero de este año, se detectó nuevamente una falla del mismo desconectador pero de otro bloque. Ortiz señala: «Esta vez, la falla no fue total y la mini subestación del bloque de generación continuó funcionando al 100% con el desconectador en posición cerrado. Esta condición nos permitió pensar con mayor calma la nueva estrategia de reparación. La reacción inicial del Área de Gestión de Activos fue, obviamente, repetir la primera experiencia, pero se nos ocurrió otra idea: ¿y si lo hacemos en Luz del Norte y lo hacemos sin traer al fabricante, es decir, con 100% de capacidades locales?»
Y añade: «Esta segunda derivada de la solución del problema nos permitiría reducir aún más los plazos de indisponibilidad y completar la transferencia de conocimientos de Estados Unidos a Chile, así que conversamos con las empresas involucradas en la primera reparación para evaluar la factibilidad de esta idea, llegando a la conclusión de que sí era posible realizar la reparación en Luz del Norte. Pero para lograr el objetivo tendríamos agregar al equipo de especialistas en montaje electromecánico, pruebas eléctricas y manejo del gas SF6, un especialista en corte y soldadura que tuviese certificaciones y muchos años de experiencia. De esta forma, bajo el supuesto de que lo podríamos hacer, decidimos apostar por la reparación en Luz del Norte y conformar el grupo de trabajo».
Es así como el 25 de noviembre se procedió a realizar el desmontaje de la subestación para su reparación, la que se realizó en cinco días, «minimizando con ello las pérdidas de no producción de Luz del Norte, pero lo más importante es que la reparación fue realizada directamente en el taller de Luz del Norte, Región de Atacama y con talento local (Chile)», destaca Ortiz.
A su juicio, la conclusión es que en el país se cuenta con la capacidad para ejecutar trabajos multidisciplinarios de complejidad técnica. «La razón por la cual estos casos no son tan comunes es por la falta de visión para crear la solución local mediante la combinación de distintos agentes o la falta de voluntad para asumir los riesgos de que esto implica, es decir, es una barrera mental la que nos impide promover el desarrollo local», sostiene Ortiz.
