(El Mercurio) La explotación del shale gas -o gas de esquisto- ha experimentado un boom en Norteamérica en los últimos años, lo que ha generado expectativas en torno a una fuerte reducción de precios del combustible en el mundo y en Chile.
El fenómeno hizo también que Estados Unidos sustituyera a tasas aceleradas el carbón por el gas y, con ello, el precio de ese mineral ha caído de forma importante. Lo anterior se suma a que algunas empresas con presencia mundial han declarado que no invertirán más en carbón por la oposición que genera en las sociedades, implicando una baja en la demanda y, por ende, una caída más profunda de los precios.
Frank Wolak, experto en energía de la Universidad de Stanford, señaló ayer en un seminario organizado por la Cámara Chilena de la Construcción, que la ventaja relativa del carbón no debería desaparecer aun si las exportaciones de shale gas de Estados Unidos hicieran bajar el precio. Estimó que el costo del carbón sería de US$ 3 por millón de BTU, versus los US$ 8 por millón de BTU del gas. El académico recordó que, además, para traer shale gas el país debería pagar el diferencial que significa el transporte.
Wolak advirtió que establecer trabas al carbón en Chile pone suficientes obstáculos a la economía y tiene pocos beneficios ambientales, puesto que el país tiene un menor nivel de emisiones que el Estado de California. Añadió que en Chile hace más sentido económico establecer mecanismos avanzados para medir los gases de efecto invernadero, preparándose así para un futuro con más carbón.
Alexander Galetovic, académico de la Universidad los Andes, advirtió igualmente de la necesidad de invertir en este combustible, y en general en energías convencionales como la hidroelectricidad. «Hacer que las inversiones se hagan más rápido podría ayudar a bajar los costos de inversión», explicó. Agregó que el país podría contar con un precio de energía al menos 20% inferior si elige un mix conveniente de fuentes de energía.