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Al shale se le agotan los recursos ante la presión de la OPEP

Dic 29, 2015

La nueva caída del precio del petróleo es un golpe devastador para un sector que ya había realizado profundos recortes.

(Pulso) En 2015, las instalaciones de fracking repartidas por los campos de petróleo de Estados Unidos lo apostaron todo a un barril de crudo en US$50. Para hacer frente a un desplome de los precios del 50%, despidieron a miles de trabajadores y centraron las actividades de sus plataformas en los pozos más importantes, utilizando la tecnología más avanzada.

Esta estrategia dio buenos resultados. Este mes, la producción de petróleo de Estados Unidos estaba cerca de un máximo de 43 años. ¿El problema? El petróleo ahora se cotiza cerca de los US$35.

Para un sector cuya estrategia de recortes estaba casi al límite, la nueva caída del precio del petróleo es un golpe devastador. Las perforadoras “no están preparadas para sobrevivir con un petróleo a US$30”, dijo R.T. Dukes, analista de Wood Mackenzie.

La Administración de Información de la Energía estadounidense prevé un recorte récord de la producción de shale de 570.000 barriles diarios en 2016. Esto es precisamente lo que quiere la OPEP al inundar el mercado con oferta, lo que provoca una caída de los precios y presiona a los productores mundiales con altos costos. Es una estrategia de alto riesgo, cuyo éxito depende de la salida de los productores de shale antes de que las dificultades financieras lleguen a los países de la OPEP.

Empresas perforadoras como Samson Resources Corp. y Magnum Hunter Resources Corp. ya se han declarado en quiebra. Los bonos del sector energético de alto rendimiento por un valor nominal de US$99.000 millones se negocian a unos precios demasiado bajos. El índice energético BofA Merrill Lynch U.S. High Yield Energy casi ha perdido todo lo ganado desde 2001.

“Vamos a ver un aumento de quiebras, así como de ventas de activos y deuda en crisis”, dijo Jeff Jones, director de Blackhill Parnters, empresa de banca de inversión.

Elemento desestabilizador

Cuando entró el shale al mercado, el incremento de la producción coincidió con una desaceleración del ritmo de crecimiento. Con la descompensación de la oferta y la demanda, los precios cayeron desde los US$100 el barril a los US$70 y, tras la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo de mantener la producción a niveles casi récord, se desplomaron a US$30. “El petróleo no convencional es un elemento desestabilizador”, dijo Dukes. “Trajo altos volúmenes en períodos cortos de tiempo y eclipsó el incremento de la demanda”.

[Las recomendaciones del Banco Mundial para la industria del gas]

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