Las ventas de automóviles eléctricos en 2020 superaron todas las expectativas, debido al apoyo político en distintos políticos y a medidas de estímulo adicionales, donde la estimación preliminar de la Agencia Internacional de Energía (AIE) apuntan a un incremento de 40% respecto a 2019, lo que equivale a 3 millones de unidades, versus los 2,1 millones vendidos en 2019.
Así lo indica un análisis realizado por el organismo internacional, en que se estima que actualmente hay 10 millones de automóviles eléctricos circulando en el mundo.
Motivos
De acuerdo con la AIE, el año pasado registró una caída de 15% en las ventas durante la primera mitad del ejercicio, debido a los efectos de la pandemia de Covid-19, lo cual se mejoró en el segundo semestre, con un crecimiento de 55%, debido a los incentivos aplicados en Europa, especialmente en Alemania, a lo que se suman “las continuas disminuciones en los costos de la batería, las ofertas mejoradas del fabricante de equipos originales tanto en la elección del modelo como en el rendimiento”.
“El resultado de todo el año fue que las ventas de automóviles eléctricos en Europa se duplicaron con creces en comparación con los niveles de 2019: muchos de sus grandes mercados, como Francia, Italia, Alemania y el Reino Unido, tuvieron ventas de automóviles eléctricos significativamente más altas que en 2019 durante casi todos los meses. de 2020. En China, las ventas de coches eléctricos aumentaron un 12% interanual. Tanto en Europa como en China, las ventas de automóviles eléctricos alcanzaron aproximadamente 1,3 millones en 2020, lo que se traduce en una participación de los automóviles eléctricos en las ventas totales de aproximadamente el 10% en 2020 en Europa y el 5% en China”, indica el análisis.
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Según la AIE, “el apoyo a las políticas ha sido uno de los principales impulsores del despliegue inicial de vehículos eléctricos , ya que ha dirigido tanto la demanda de los consumidores por un lado, como los esfuerzos de I + D y ampliación de la industria por otro lado. En 2020 hubo un fuerte apoyo político en muchos mercados, principalmente en forma de incentivos de compra e instrumentos regulatorios”.
“Para compensar los impactos de la crisis de Covid-19, varios países clave reafirmaron además su apoyo específico a los vehículos de bajas y cero emisiones para ayudar a la recuperación a corto plazo de la industria automotriz”, se añade.
Dentro de los desafíos mencionados para este año la AIE destaca la necesidad de “continuar implementando y endureciendo los instrumentos regulatorios más amplios y reforzando el ecosistema de vehículos eléctricos (infraestructura de recarga e integración del sistema de energía, baterías sostenibles) que determinará el despliegue a largo plazo de vehículos eléctricos”.
“Los esfuerzos a corto plazo deben continuar respaldando de manera efectiva la competitividad de los vehículos eléctricos mientras se eliminan gradualmente los subsidios a la compra a medida que los volúmenes de ventas continúan expandiéndose. También es imperativo adaptar estos enfoques a la respuesta a la crisis del Covid-19 para estimular el sector de la automoción de acuerdo con los objetivos de descarbonización del transporte a largo plazo”, concluye el análisis.