En el marco de IFT Energy 2015, Fernando Allendes, presidente de la Asociación Chilena de Geotermia (Achegeo), se refirió a las proyecciones que presenta esta energía en Chile, destacando que el potencial del recurso geotérmico se sitúa en un rango que va desde los 3.500 MWe y que podría encumbrarse teóricamente hasta los 16.000 MWe.
La autoridad gremial realizó una revisión histórica del desarrollo geotérmico en Chile, resaltando como uno de los principales hitos la promulgación en 2000 de la ley de concesiones de energía geotérmica.
Además mencionó que el 23 de marzo pasado se inicia el proceso de consulta para un nuevo proyecto de reglamento para la aplicación de la ley N°19.657, indicando que el borrador aumenta las exigencias a los concesionarios para la obtención de nuevas concesiones.
Volumen de la actividad
Allendes ilustró el escenario actual de la industria geotérmica en Chile indicando que a marzo de 2015 se registran 23 concesiones de exploración vigentes; 32 de exploración vencidas con derecho exclusivo; y nueve de explotación.
A ello se suman 43 concesiones de exploración y 25 de explotación en procesos.
Sin embargo, advirtió que todavía no hay proyectos geotérmicos operando, debido a factores como la falta de incentivos y apoyos a este tipo de industria, la escasez de profesionales experimentados en el sector, y el hecho que se requieren montos relevantes de inversión en exploración, sumado a un mercado financiero poco desarrollado para apoyar este tipo de proyectos y la magnitud de los costos de acceso a los puntos de conexión, lo que complejiza el desarrollo de proyectos medianos.
En ese contexto, el presidente de Achegeo recordó que los proyectos geotérmicos son graduales, con costos decrecientes a medida que se expanden, aspecto que no sería reconocido por el mercado eléctrico; ante lo cual insistió en la necesidad de incentivar la formación de profesionales, acelerar la entrega de concesiones de exploración, particularmente las de explotación, y facilitar el acceso a las líneas de transmisión y a financiamiento, considerando por ejemplo instrumentos de mitigación de riesgos.