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Abengoa: los bonistas relevan a la banca e inyectarán 100 millones de euros

Ene 19, 2016

Las entidades financieras quieren que corra el turno y apuntan con el dedo a los bonistas –la deuda cotizada de Abengoa ronda los 3.800 millones de euros– con el objetivo de que también pongan de su parte.

(Cincodías.com) Los acreedores de Abengoa se turnarán, si todo sale bien, en la ayuda financiera que el grupo de ingeniería necesita para seguir a flote. Santander, CaixaBank, Bankia, Popular, Sabadell, HSBC y Crédit Agricole –el denominado G7– y el Instituto de Crédito Oficial (ICO) pusieron a finales de diciembre 106 millones para que la compañía que preside José Domínguez Abascal pudiera pagar las nóminas y las extras de la recta final del año.

Pero ahora las entidades financieras quieren que corra el turno y apuntan con el dedo a los bonistas –la deuda cotizada de Abengoa ronda los 3.800 millones de euros– con el objetivo de que también pongan de su parte. Señalan, además, a otros acreedores como eventuales prestatarios de la empresa para futuras inyecciones de liquidez.

Los siete bancos que lideran las negociaciones asumen en conjunto un pasivo –sumando todos los tipos de deuda– con la firma de unos 4.500 millones. Pero hay otras entidades con exposiciones muy relevantes de entre 200 y 450 millones. Son Bankinter, el sudafricano Nedbank, el francés Natixis, Citi, el japonés Sumitomo Mitsui, el brasileño BTG Pascual y la entidad con sede en Dubai (Emiratos Árabes) Mashreq.

Houlihan Lokey ha agrupado a dueños por alrededor del 40% del pasivo cotizado –unos 1.500 millones de euros–, esencialmente gestoras y otros grandes inversores con posiciones de más 100 millones de euros, como BlackRock, AIG, Invesco, D.E. Shaw, Varde y Centerbridge. La buena noticia es que una parte de esos bonistas está dispuesto a inyectar alrededor de 100 millones de liquidez para que Abengoa pueda afrontar sus pagos más acuciantes. Después es posible que los dueños de esta deuda, que confían en la viabilidad de la firma, hagan más desembolsos. Las conversaciones están avanzadas y se espera que la aportación se cierre entre finales de esta semana e inicios de la próxima. Uno de los eventuales obstáculos, que previsiblemente se salvará en esta ocasión, es la participación de Abengoa en Atlantica Yield (hasta el 7 de enero, Abengoa Yield).

Los bonistas son partidarios de que la matriz conserve el 41,5% que controla en la filial. El porcentaje está valorado en unos 640 millones de euros, pero ahora mismo el 39,5% está hipotecado en diversos préstamos con la banca (25,5%) y con el fondo británico The Children’s Investment, que tiene en prenda el 14%. El plan de viabilidad estará listo, salvo sorpresa de última hora, el lunes 25 de enero, día en que Abengoa lo llevará a su consejo de administración.

La hoja de ruta para conseguir la supervivencia de la multinacional andaluza –con más de 24.000 empleados en todo el mundo, de los que más de 5.000 están en España– pasa por quitas en la deuda no sostenible y de una capitalización de créditos.

Los bonistas aliados en torno a Houlihan Lokey no son los únicos que están organizándose. Los que tienen inversiones por menos de 100 millones están asesorados por Brown Rudnick y Talbot Hughes McKillop. Fuentes cercanas a este grupo de bonistas aseguran que no descartan unirse a los de Houlihan, pero advierten que sus intereses tienen que ser defendidos.

[Abengoa revela riesgos de US$11.597 millones adicionales a sus créditos]

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