(Diario Financiero) Este año comenzaron a operar los nuevos paneles solares instalados en el campus San Joaquín de la Universidad Católica (UC), los cuales reemplazarán un 0,1% del total del consumo energético de esta sede.
La iniciativa nació de dos proyectos: uno de la Dirección de Infraestructura y otro, de la Escuela de Ingeniería. El primero, buscaba cierta independencia de la red eléctrica y el segundo, venía del interés de los alumnos Andrés Yenes, Daniela Muñoz e Ignacio Carmach por el uso de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC).
Los estudiantes, pertenecientes a la agrupación ISolar -de la Escuela de Ingeniería-, fueron apoyados por académicos en materia técnica y en la ejecución. El proyecto tiene una capacidad instalada de 15,8 kWp (kilowatts peak), lo que aportará el 26% del consumo total del edificio de alumnos, unos 20 MWh al año.
La iniciativa demandó una inversión de $ 30 millones provenientes de la Oficina de Sustentabilidad de la UC, la Escuela de Ingeniería, el Centro de Alumnos de Ingeniería y algunas empresas, y permitió la instalación de dos inversores, que convierten energía continua a alterna, 44 paneles poli cristalinos y 20 paneles monocristalinos.
El segundo proyecto tuvo un costo de $ 15 millones aportados por la universidad. Consta de 45 paneles monocristalinos con una capacidad de 9 kWp, los que aportarán durante los meses de verano un 10% de la energía consumida por el edificio Hall Universitario, (11 MWh al año).
Jorge Valdivia, coordinador de Eficiencia Energética de la Dirección de Infraestructura, comenta “que tenemos un sistema de compraventa de energía en el cual cada unidad compra a la universidad la energía que utiliza y también puede vender a la universidad la energía generada”, explica. Esto implica que el retorno de la inversión será en ocho a nueve años, asevera.
Vartan Ishanoglu, jefe de Proyectos de Sustentabilidad de la Dirección de Responsabilidad Social, señala que planean extenderse en San Joaquín y luego, llegar a otras sedes, en paralelo a un trabajo de gestión energética y un programa interno en colaboración con la Agencia Chilena de Eficiencia Energética. “Probablemente ,y siendo optimistas, puede que el siguiente paso sea ampliarse a uno de los edificios de la escuela de Ingeniería durante el próximo verano”.