(ELECTRICIDAD 193) El proyecto de ley que modifica el sistema de Transmisión comenzó su análisis en el Senado, donde se estableció que los llamados polos de desarrollo tengan un 20% de generación proveniente de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), eliminando la indicación hecha en la Cámara de Diputados, donde se propuso que estas tuvieran hasta 70% de presencia en estas zonas. Esto provocó el rechazo de organizaciones ambientalistas y ciudadanas, pues consideran que se deja la puerta abierta a grandes proyectos de embalses o termoeléctricas, por lo que afirman que los polos de desarrollo serían en realidad “zonas de sacrificio”. Esta idea no es compartida por algunos especialistas del sector.
Sergio Barrientos, gerente general de Surenergía
“No estoy de acuerdo en que se llamen zonas de sacrificio, porque lo más adecuado es definirlo como polos de desarrollo con efectos secundarios”.
1. ¿Está de acuerdo en que el proyecto de transmisión tiene zonas de sacrificio en vez de polos de desarrollo?, ¿Por qué?
No estoy de acuerdo en que se llamen zonas de sacrificio, porque lo más adecuado es definirlo como polos de desarrollo con efectos secundarios. Esto también depende desde la óptica con que se mire el tema, porque la percepción de un propietario de terrenos por donde pasaría una línea de transmisión podría considerarse una zona de sacrificio, si se percibe como algo negativo, pero quienes necesitan de la infraestructura energética como las viviendas, el comercio y las empresas van a estar muy interesados en que sean llamadas zonas de desarrollo. Lo más recomendable sería reconocer que este concepto tiene cosas positivas y negativas, pero lo fundamental es que los sistemas de transmisión son necesarios y el desarrollo, como lo conocemos ahora, no sería posible sin líneas de transmisión.
2. ¿Cree que es perjudicial reducir de 70% a 20% la participación de las ERNC en un polo de desarrollo?
No. Creo que es innecesario ligar sistemas de transmisión con un abastecimiento de energía que tenga una cierta tecnología. Decir que es perjudicial haber bajado la participación de energías renovables en ciertas zonas es la opinión de un grupo con intereses económicos claros. Tampoco sería negativo en términos medioambientales, ya que la instalación de líneas de transmisión tiene un efecto mínimo y circunscrito en la zona en que están presentes. Probablemente esto, si llega a ser ley, tendría que cambiarse en el tiempo debido a que es mejor que las zonas fueran libres, sin designaciones previas: Si una zona es solar que se ocupe el 100% y los mismo sería para una zona hidro. En este contexto no se podría decir que la menor participación de ERNC sería algo perjudicial.
3. ¿Cree que esto sería un subsidio indirecto por parte del Estado a las empresas energéticas?
No lo veo así debido a que, tanto la energía convencional como la renovable siempre es una apuesta sobre cómo se va a desarrollar a futuro. Esto depende no solo de si el Estado sube o baja la participación de las ERNC en ciertas zonas, porque depende de otros factores como la demanda y el precio de los combustibles. Asignarle un efecto positivo o negativo a un sector en particular no se relaciona con ningún tipo de subsidio.
4. ¿Cree que esto provocará un aumento en la conflictividad en torno a proyectos energéticos?
No creo que sea necesariamente conflictivo puesto que esto depende también de la mirada que tengan los desarrolladores de proyectos; de si son buenos negociadores o si se contactan tempranamente con las comunidades para evitar problemas.
Patricio Segura, vocero de Patagonia sin Represas
“Cuando se impone de forma externa un tipo de desarrollo a un territorio, más allá de lo que ha definido esa comunidad, las necesidades de otros sectores productivos o sus estrategias de desarrollo regional, se está efectivamente sacrificando a esas zonas a destinos distintos de los que ellos han definido”.
1. ¿Está de acuerdo en que el proyecto de transmisión tiene zonas de sacrificio en vez de polos de desarrollo?, ¿Por qué?
Sí. Cuando se impone de forma externa un tipo de desarrollo a un territorio, más allá de lo que ha definido esa comunidad, las necesidades de otros sectores productivos o sus estrategias de desarrollo regional, se está efectivamente sacrificando a esas zonas a destinos distintos de los que ellos han definido. Lo hemos visto en Aysén: todos los instrumentos apuntan a ERNC, a autoabastecimiento, y el gobierno insiste en imponer grandes represas para exportación.
2. ¿Cree que es perjudicial reducir de 70% a 20% la participación de las ERNC en un polo de desarrollo?
El ministro Pacheco ha dicho por los medios que esta ley incentiva las ERNC. Entonces, ¿por qué la insistencia en rebajar de un 70% a un 20% la fuente ERNC para que un territorio sea definido como polo de desarrollo energético? En el fondo, cuando deja la puerta abierta a que un tipo de proyecto (grandes represas), que en muchas partes incluso ya no es considerado renovable, se desarrolle y beneficie por esta ley, desincentivará el desarrollo de iniciativas de escala menor. El sentido común lo dice: si queremos incentivar las ERNC, pongamos una cuota que avance a ese fin.
3. ¿Cree que esto sería un subsidio indirecto por parte del Estado a las empresas energéticas?
Si el Estado se encarga de definir trazados, hacer los estudios e incluso asumir los costos de expropiación, para que luego el privado construya y obtenga las utilidades, por cierto que es un subsidio. Si definimos la energía como un servicio público debe dejarse de ver solo como un negocio y avanzar con fuerza en aspectos como la eficiencia y ahorro energético. Lo importante no es que nos convirtamos todos en clientes de las eléctricas, sino cómo nos autoabastecemos para vivir en dignidad. Y en eso, el gobierno falla medio a medio con sus políticas. Por eso podemos decir que sus proyectos benefician, a fin de cuenta, a las grandes empresas de la energía.
4. ¿Cree que esto provocará un aumento en la conflictividad en torno a proyectos energéticos?
Cuando no consideras a la gente, cuando intentas imponer tu mirada, eso indefectiblemente genera conflictos. Es necesario recordar que la Agenda de Energía y la necesidad de una Política Energética no parte motivada por un acto de autoconsciencia del Estado o las empresas, fue una necesidad producto de los procesos de movilización ciudadanos ante proyectos mal concebidos, mal ejecutados e incoherentes con lo que el país y los territorios estaban demandando. Lo que el Ministerio de Energía está proponiendo, con otro nombre y un aura de participación, es más de lo mismo.