Para poner en marcha dos soluciones tecnológicas, acordes a la realidad y necesidad local, el Subsecretario de Energía, Julio Maturana, llegó hasta Mamiña para participar de la puesta en marcha de estos proyectos que responden a la urgencia de adaptación frente a los efectos que conlleva el cambio climático.
Se trata de un biodigestor para producir fertilizante de uso local, que fue realizado en conjunto por la por la Asociación Agrícola Aymara Quechua Termas de Mamiña, y, un sistema de microred solar.
“Los estragos del cambio climático afectan la calidad de vida de toda la población, y la energía tiene un papel importante para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero a través de la masificación de las energías renovables, por lo que iniciativas como las que hoy celebramos junto a la comunidad de Mamiña, nos permite transitar hacia tecnologías energéticas cada vez más limpias, de manera sustentable y coordinación con las comunidades”, explicó el subsecretario de Energía, Julio Maturana.
Por su parte, la seremi de Energía de Tarapacá, Séfora Sidgman, reveló el trabajo colaborativo con la comunidad: “El trabajo con las comunidades debe ser de forma coordinada y colaborativa porque nos permite avanzar como país hacia un modelo de desarrollo sustentable y respetuoso con el territorio, donde la experiencia local es puesta en valor durante la realización de proyectos energéticos que buscan contribuir a mejorar la calidad de vida de los habitantes de nuestra región”.
Iniciativas
Sobre el sistema de biodigestión, se trata de un proyecto a microescala, para la producción de biofertilizantes descompuesto a partir de materia orgánica, como guano de animales o residuos de frutas y verduras, que es utilizado por los agricultores para entregar nutrientes a la tierra.
Respecto al piloto de microred solar fotovoltaica, promueve un intercambio eficiente de energía entre los vecinos, generando beneficios económicos para las familias de la localidad. El proyecto consideró la instalación de veinte sistemas fotovoltaicos de 1 kilo watts de potencia (kWp) para viviendas y uno de 4 kWp en la escuela de Mamiña, que conforman la red.
Cabe señalar que el proyecto Kuskalla es liderado por la empresa EBP Chile, quien junto a profesionales de SER Patrimonio y la visión técnica de Power Ledger, el Instituto de Sustentabilidad Minera de la Universidad de Queensland y SMI-ICE-Chile, asumieron el desafío en Mamiña.