(El Economista) Siemens y Gamesa ligarán sus actividades una vez se haya completado la integración de los activos eólicos de la primera en la segunda, porque Siemens se convertirá en el proveedor estratégico de la nueva empresa, en detrimento de los actuales suministradores. En 2015, Gamesa dedicó 3.026 millones de euros a compras, de las que un tercio se quedaron en España.
Gamesa remitió ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la documentación relativa a su acuerdo de fusión, en el que figura que el pasado 17 de junio ambas compañías suscribieron dos acuerdos sobre los que desarrollar su relación una vez se haya completado la operación.
El primero, un contrato de alianza estratégica, sitúa a Siemens como proveedor principal de Gamesa en lo que respecta al aprovisionamiento de determinados productos y servicios del negocio eólico relacionado con Siemens, establece una relación financiera preferente entre Simens Financial Services y Gamesa, fija una relación de negocio entre las dos empresas para el desarrollo de clientes y del mercado, afecta a la I+D intersectorial, vincula Gamesa con las sociedades regionales de Siemens para que éstas le den soporte, y les compromete a colaborar en soluciones de conexión a red de los parques marinos.
El segundo es un contrato de suministro, que convierte a Siemens en proveedor estratégico de Gamesa de engranajes, segmentos y otros productos y servicios ofrecidos por el Grupo Siemens. De este pacto, sólo se han acordado los términos principales y debe concluirse antes del próximo 31 de octubre.
Durante el año pasado, Gamesa contaba con una base de proveedores superior a las 9.500 empresas en todo el mundo, que ahora se ve desplazada por el desembarco del coloso alemán. Durante el año pasado le facturaron 3.026 millones de euros, de los que una cuarta parte, alrededor de 850 millones, se quedaron en España.
Durante la Junta de Accionistas celebrada la semana pasada, el presidente de la compañía, Ignacio Martín, hizo un guiño a sus proveedores en sentido contrario a lo que ahora se ha conocido. Concretamente, dijo que «clientes y proveedores seguirán trabajando con una compañía aún más fuerte, con un alcance más global y con presencia tanto en el negocio onshore como en el offshore, así como con una cartera más extensa de producto y tecnológica».
Empleo garantizado
La documentación remitida ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores incide en que no está previsto que la fusión con Siemens tenga ningún impacto sobre los empleados de Gamesa, algo en lo que la compañía viene insistiendo desde el principio.
También la semana pasada se produjo una reunión entre los representantes de los sindicatos y el departamento de personal de la empresa, a la que asistió Xabier Etxeberría, el director ejecutivo. En ella se volvió a garantizar a los trabajadores que no habrá ajuste -ya hubo uno severo entre 2012 y 2013- y que la fusión proporcionará una carga de trabajo que triplica la actual y llega hasta los 15 años.
En el aire quedan únicamente los 130 trabajadores de Adwen, la empresa conjunta de Gamesa y Areva, cuyo futuro es incierto hasta dentro de tres meses: según lo acordado, puede formar parte de la nueva empresa o puede pasar íntegramente a manos de Areva.
Reordenación
La operación de fusión, por otro lado, podría retrasarse hasta el segundo semestre del año que viene por los procesos de reorganización del negocio eólico de la multinacional alemana, repartido en varias sociedades con activos en más de 35 países de los cinco continentes.
El acuerdo de fusión prevé que la reorganización esté culminada el 31 de diciembre de este año, pero la fecha final para todo el proceso es el 31 de julio de 2017, y Gamesa no tiene la obligación de convocar la Junta General de Accionistas que dé luz verde definitiva a la fusión hasta que se haya firmado la referida reorganización.
Este proceso, por otro lado, es complejo, puesto que las actuales sociedades eólicas de Siemens desarrollan actividades y cuentan con activos y pasivos que no tienen nada que ver con la energía del viento, o tienen como socios a terceros, por lo que tendrán que ser transferidos, terminados, cesados o liquidados, según convenga.
Además, en dos de las filiales eólicas de Siemens, Simenes Nederland NV y Siemens SAS, la transmisión de activos está condicionada a la legislación de protección de los trabajadores -el documento remitido a la CNMV lo denomina la condición suspensiva holandesa- lo que puede complicar el proceso.
Siemens creará sociedades vehiculares para absorber estos activos antes de transferirlos a Gamesa.