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Seguridad para la línea: Mantenimiento a sistemas de transmisión

Feb 14, 2023

Las empresas operadoras deben realizar actividades preventivas y correctivas de forma periódica, para asegurar la continuidad del servicio de transporte de energía hacia los centros de consumo.

Una línea de transporte de energía eléctrica o línea de alta tensión es el medio físico mediante el cual se realiza la transmisión de la energía eléctrica a grandes distancias. De esta forma, permite transmitir potencia entre dos puntos geográficos, desde una subestación a otra, y conectando las centrales de generación con los centros de consumo.

Según el reglamento de la Ley General de Servicios Eléctricos, este tipo de líneas opera en tensiones superiores a 400 Volts y sus características específicas se definen de acuerdo con su nivel de tensión, la energía que pueden transmitir y los rasgos geográficos y climáticos de los lugares que atraviesan.

Al igual que en la generalidad de las instalaciones industriales, las líneas de alta tensión –o también llamadas de transmisión– requieren de mantenimiento periódico.

Desde la Asociación de Transmisoras de Chile, explican que los mantenimientos a los sistemas de transmisión, considerando líneas eléctricas y subestaciones, constituyen planes fundamentales dentro de las estrategias que cada compañía lleva adelante para asegurar el correcto funcionamiento de las instalaciones en el corto y largo plazo, permitiendo así la seguridad del suministro y la calidad de servicio para los clientes.

“En términos generales, las empresas establecen planes de mantenimiento, ya sea anuales, bienales o trienales, cumpliendo siempre el marco regulatorio que rige a este tipo de sistemas. La periodicidad de los mantenimientos dependerá de una serie de variables, que se analizan y conjugan según cada proyecto en operación y que pueden considerar, por ejemplo, la antigüedad de equipos y su salud, el tipo de instalaciones, sus condiciones de operación y la zona geográfica donde se ubican y sus diversas condiciones climáticas”, señalan en la organización gremial.

Lo importante, eso sí recalcan, es que esos planes consideren acciones de supervisión y ejecución capaces de asegurar la correcta operación durante la vida útil de los activos, con planes predictivos que permitan adelantarse todo lo posible a potenciales problemáticas, gracias a inspecciones y pruebas permanentes. “Todo lo anterior se realiza en coordinación con los entes reguladores, en particular, el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN)”, añaden.

En ese contexto, Transmisoras destaca el trabajo colaborativo desarrollado en conjunto con el CEN, “gracias a lo cual se logró, hace un par de meses, acordar una mejor manera de coordinar los mantenimientos ‘menores’ (es decir, que no están en el plan de mantenimiento preventivo mayor, que abarca más de 24 horas)”.

Acciones preventivas y correctivas

Transelec actualmente opera más de 10 mil kilómetros de líneas de transmisión entre Arica y Chiloé. Sergio Cerón, Jefe de Soporte Técnico Alta Tensión de la empresa, comenta que las estrategias de mantenimiento que la firma implementa y aplica en sus tendidos “buscan administrar el riesgo y el ciclo de vida de estos activos, de tal manera de optimizar la disponibilidad y confiabilidad de las instalaciones”.

A renglón seguido, detalla que las acciones en este ámbito son variadas y que son el resultado del análisis especifico de cada activo y su desempeño, así como también del entorno en el que se emplazan. “Hay acciones de mantenimiento preventivo, como las inspecciones visuales (pedestres o aéreas), las cuales buscan detectar condiciones en cada componente de una línea de transmisión, como también en su entorno y así determinar si corresponden a una desviación de las condiciones de diseño o de incumplimiento normativo”, explica el profesional.

Agrega que dichas inspecciones gatillan acciones concretas de mantenimiento, que se podrían denominar “correctivas”, ya que buscan corregir y por ende normalizar la condición de la línea. Otras actividades de mantenimiento, como la termografía y coronografía, dice Cerón, permiten detectar alguna condición anómala del activo que a simple vista no es posible evaluar. “Al realizar esas acciones mediante cámaras especiales se pueden detectar fallas incipientes, permitiendo que luego se efectúen los mantenimientos correctivos y con ello evitar potenciales fallas”, complementa.

Evitar aparición de fallas

Por otra parte, ISA Interchile cuenta con aproximadamente 1.519 kilómetros de circuito, a 500 Kv, y con 443,5 kilómetros de circuito a 220 kV. Sus instalaciones están enmarcadas dentro de los proyectos Encuentro-Ana María-Lagunas 220 kV y Cardones a Polpaico 500 kV.

Jorge Jaimes, Jefe de Mantenimiento de la compañía, señala que “el mantenimiento procura evitar la aparición de fallas (modos de falla), y si estas aparecen, evitar sus consecuencias”.

Lee este artículo en su versión completa en revista Electricidad N° 270, ingresando desde aquí.

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