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Se acentúa recorte en pronósticos de PIB 2017 y aparece lejano el techo sobre 2% del Central

Mar 2, 2017

A pesar de un escenario internacional menos desfavorable y un precio del cobre más alto, la visión es negativa.

(Diario Financiero) A la espera del Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de enero, que se conocerá el próximo lunes, el ánimo no es el mejor en el mercado. La caída que registró la producción minera e industrial en el primer mes del año, para muchos confirmó que la partida de año será más débil de lo esperado, lo que ya se está reflejando en las proyecciones para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2017.

De un universo de quince departamentos de Estudio consultados por Diario Financiero, seis entidades ya han recortado sus estimaciones y dos las mantienen en revisión a la espera de nuevos datos (ver tabla).

La mayoría de las proyecciones cuenta con sesgo a la baja y están más cerca del piso que del techo del rango de estimación vigente del Banco Central, entre 1,5% y 2,5%, y que gran parte del mercado espera que se ajuste a la baja en el Informe de Política Monetaria que se publicará el 3 de abril.

Las razones

Uno de los cambios más importantes lo realizó Econsult Capital, desde 2,5% a 1,5%. Como explica el economista de la entidad, Andrés Osorio, a pesar del aumento del precio del cobre y las expectativas de un mayor crecimiento mundial, las señales internas no son las mejores, con expectativas que continúan pesimistas, una destrucción de empleos asalariados y cuatro meses de caídas consecutivas en la actividad del sector construcción.

Otra entidad que aplicó una fuerte corrección a sus estimaciones fue la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), desde 2,3% a 1,7%, principalmente por las perspectivas más negativas para el crecimiento del primer trimestre, que no superaría el 0,5%.

“Eso afecta de inmediato el cálculo para el resto del año”, sostiene el gerente de Estudios de la CCS, George Lever y agrega que el sesgo a la baja se debe a que aún no se puede calcular el impacto total que tendrá la huelga en Escondida en la economía, a lo que se suma un eventual efecto negativo en el comercio internacional del ambiente proteccionista, la implementación de la reforma laboral y el año electoral.

El mismo camino siguió Scotiabank Chile aunque en una magnitud mucho menor, ya que ajustó de 2% a 1,8%, ajuste que más que a las últimas cifras responde a los riesgos políticos tanto internos como externos que enfrenta la economía chilena, como el camino que tomará la política comercial de Estados Unidos, la desaceleración china y el ambiente electoral del país.

“Todo eso depende de decisiones políticas y al ser así, los riesgos son más volátiles”, explica el economista de la entidad, Benjamín Sierra.

El economista de CorpResearch, Sebastián Cerda, optó por recortar su proyección de crecimiento a 2,2%, con sesgo neutral. Destaca que si bien el escenario externo se presenta algo más positivo, principalmente por los mejores de los precios de los commodities, el esperaba un ambiente más favorable y señala que el panorama externo “aún es turbulento”. “Si eventualmente esos mejores precios se consolidan podríamos tener algo de recuperación por esa vía. Pero por más que vayas algo por arriba del 2%, todavía son cifras muy pobres”, asegura.

El economista jefe de Banco Santander, Felipe Bravo, actualmente tiene su proyección de crecimiento de 2% en revisión. Detalla que el ajuste dependerá de si el tibio comienzo del año visto en la minería y manufacturas se repite en otros sectores como el comercio. “El principal riesgo a la baja está en la menor demanda interna debido al menor dinamismo de la masa salarial”, resalta en relación a lo que podría ocurrir en los próximos meses.

CONSEJEROS DEL BC INQUIETOS POR DÉBIL PIB Y EL SESGO DE LA POLÍTICA MONETARIA

A diferencia de lo que sugirieron algunas entidades financieras, la decisión de los consejeros del Banco Central de mantener la tasa de interés en 3,25% en la reunión de febrero fue unánime. Así lo confirmó ayer la minuta que publicó el instituto emisor de dicho encuentro, donde las opciones analizadas fueron precisamente dejar sin cambios el tipo rector o reducirlo a 3%.

Pero hubo otro factor que entró al debate: el sesgo de la política monetaria, es decir, el mensaje que acompaña al comunicado de prensa que emite la entidad luego de adoptada la definición sobre curso futuro de la tasa.

Mantener el tipo rector con un sesgo expansivo se tendió a asumir como una opción que no generaría ruidos. Pero bajarla con un sesgo expansivo podía resultar equívoco respecto de cuánto más se pensaba reducirla en los próximos meses.

Como lo expuso un consero, la opción de mantener la tasa y el sesgo tenía algunas ventajas. «El mercado lo asimilaría bien y no constituiría un desvío respecto de lo esperado. Además, esta opción daba grados de libertad importantes para evaluar la trayectoria futura de la política monetaria», señaló.

El análisis, por lo demás, consideraba que en el mismo banco está elaborándose el Informe de Política Monetaria (IPoM), que será publicado el lunes 3 de abril y no sería extraño un recorte en la estimación de crecimiento para este año de parte de la entidad, según se desprende de la misma minuta.

De hecho, el documento dio cuenta que en la reunión de febrero varios consejeros llamaron la atención sobre la debilidad de la actividad en el país.

Un consejero expresó que el efecto arrastre de la debilidad del último trimestre de 2016 significaría también una corrección a la baja en el crecimiento de este primer trimestre.

Así, se repetiría el pobre registro verificado en octubre-diciembre, que fue la menor expansión anual desde la crisis financiera de 2009.

En el IPoM de diciembre el Banco Central estimó un rango para el avance del Producto Interno Bruto (PIB) de 1,5% a 2,5% para este año.

Un factor fundamental en este marco de bajo crecimiento es el comportamiento de la inversión, que -acotó un consejero- sigue evidenciando variados grados de debilidad en cada una de sus líneas (minera, no minera, inversión pública, servicios empresariales y de ingeniería).

A esto, se se sumaba la posibilidad de un debilitamiento del empleo asalariado y del consumo como consecuencia de la contracción de la construcción.

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