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Refracking, la técnica que promete llevar la revolución del gas shale a nuevas alturas

Jul 13, 2015

Con este método, los campos podrían contener suficientes reservas como para durar cerca de 50 años.

(Diario Financiero) Luego de haber impulsado la revolución de la industria energética global de la última década, el fracking podría dar ahora el próximo salto. Una nueva técnica promete extender la vida útil de los pozos desde donde se extrae gas shale y reducir considerablemente los costos de producción.

Se trata del refracking, que consiste en inyectar a alta presión una mezcla de agua, arena y químicos dentro de los pozos que ya fueron fracturados hidráulicamente para crear nuevas fisuras o para reabrir grietas en las rocas que se han cerrado.

El método permite que los operadores maximicen la producción de activos existentes sin tener que perforar nuevas áreas. La producción de un pozo de petróleo no convencional, medida en barriles por día, puede disminuir hasta 70% dentro del primer año luego de la fracturación. Sin embargo, según algunas estimaciones, sólo cerca de 8% del crudo en una reserva es recuperado después de la primera ronda de fracking.

La mayor debilidad de la industria del shale era hasta ahora la corta vida útil de los pozos, algo que podría cambiar con la nueva tecnología. Los primeros estudios sobre los efectos de las reestimulación sugieren que los campos podrían contener suficientes reservas como para durar cerca de 50 años, según datos de Wood Mackenzie e ITG Investment Research.

Además de sacar mayor provecho de los fosos ya excavados, el proceso es relativamente barato. La perforación y la estimulación de un nuevo pozo de crudo de formaciones compactas puede costar cerca de

US$ 8 millones –la excavación representa en torno a 40% del desembolso–, mientras que refracturar un agujero puede significar un gasto de cerca de US$ 2 millones, de acuerdo a Halliburton.

Mayor producción

Un análisis de Bloomberg Intelligence a cerca de 80 fosos de la formación Bakken en Dakota del Norte, que fueron originalmente perforados en 2008 y 2009 y que años después fueron refracturados, reveló un claro repunte en la producción.

Los analistas William Foiles y Peter Pulikkan detallaron que los pozos produjeron en promedio más de 30% más de hidrocarburo en el mes posterior al refracking en comparación a la producción después del término original.

Si bien este tipo de aumentos son importantes para los perforadores tradicionales, estos son cruciales para la industria del shale, donde la producción puede empezar a bajar a los pocos días de la primera fracturación. Empresas como EOG Resources, el mayor productor de petróleo shale, han reconocido que generalmente recuperan sólo una pequeña fracción de los combustibles que están en las reservas más grandes y fértiles.

«Hemos visto grandes cambios en la tecnología de finalización y parece que eso sólo va a continuar», comentó a Bloomberg R.T. Dukes, analista de Wood Mackenzie. Él calcula que existen cerca de 100 mil pozos horizontales que podrían ser reestimulados.

Hasta ahora, sólo se han refracturado unos pocos cientos de pozos shale en Estados Unidos. Mike Vincent, un ingeniero de terminación de pozos quien enseña la técnica a los trabajadores del sector, estima que la cifra crecerá a al menos 3 mil en los próximos dos años. La consultora IHS proyecta que los fosos refracturados representarán hasta 11% de toda la actividad de fracturación hidráulica en dicha nación en 2020.

Riesgos

A pesar de los potenciales beneficios de esta tecnología, algunos no están tan convencidos de sus ventajas.

Bill Thomas, CEO de EOG Resources, admitió que no han utilizado la técnica por ser «realmente técnico».

«Creemos que sólo perforar un nuevo pozo, y empezar de nuevo… es probablemente el camino preferido», citó recientemente Reuters.

Además, al ser un método nuevo, existe un alto riesgo de que las cosas salgan mal. Si la maniobra es ejecutada deficientemente, podría sacar el crudo de las zonas de producción de otros fosos o, peor aún, arruinar una reserva.

«Siempre está el riesgo de que se vaya a dañar la reserva o crear interferencia entre los pozos», aseveró Robin Mann, líder global de evaluación de recursos de Deloitte.

En tanto, algunos analistas temen que el refracking sólo acelere el flujo sin elevar la producción total del pozo.

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