(Diario Financiero) El país cerró el primer semestre con una sorpresa en términos de crecimiento. El Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) subió 2,7% en junio, comparado con igual lapso de 2014, superando las expectativas de analistas que apuntaban a una cifra de 2,3%.
La serie desestacionalizada, a su vez, mejoró 1,1% respecto a mayo, el mayor ritmo desde enero de 2013.
De acuerdo con la información entregada ayer por el Banco Central, en la cifra influyó un alza de la actividad minera y de la manufactura. Analistas agregaron que también incidió la aceleración que registró el gasto fiscal (9,1%).
Si bien la cifra supera el 0,8% de mayo, no todo es positivo, ya que la actividad acumula una débil expansión de 2,1% en el año, el peor desempeño para un primer semestre desde 2009, cuando la economía se contrajo 3,1%.
Asimismo, el incremento en el segundo trimestre será de apenas 1,7%, lo que se ubica por debajo del resultado obtenido en los dos cuartos previos y «marca un paso atrás respecto a la recuperación que se inició en el último lapso de 2014», como destacó EuroAmerica.
Los resultados serán confirmados en las Cuentas Nacionales que publicará el instituto emisor el próximo 18 de agosto.
Persiste cautela
Pese a la buena noticia de junio, los expertos optaron ayer por la mesura y evitaron repetir el optimismo que se vivió a comienzos del año, tras conocerse el Imacec de enero (3,4%).
En Santander, por ejemplo, calificaron la cifra como positiva, y destacaron la aceleración respecto al mes previo, pero la entidad no ve un cambio de tendencia. El economista de la entidad, Felipe Bravo, señaló que esperan que el segundo trimestre sea el más flojo del año, pero no son categóricos debido a que el clima de inversión y de negocios va de «menos a menos» y la persistente alza del tipo de cambio podría resentir el consumo de bienes durables.
«El tercer trimestre creemos que será mejor por la baja base de comparación, pero no estamos completamente ciertos de que la recuperación hacia fines de año venga con fuerza», explicó Bravo.
Para el economista de Scotiabank, Benjamín Sierra, el deterioro en la confianza empresarial sigue siendo preocupante y es uno de los elementos que podría tener un impacto adverso en el segundo semestre.
«Tenemos hartas cosas que están generando ruido. El cobre, el tipo de cambio y las reformas que no se definen claramente, todos esos son factores que tienes que meter con sesgo bajista en cualquier modelo», afirmó.
Los analistas creen que la mejora en minería y manufactura de junio podría ser puntual. Mario Arend, economista senior de BTG Pactual, no ve una mejora generalizada de los indicadores, sino más bien un rebote de la actividad tras los datos negativos en meses anteriores.
Esta idea es compartida por el economista de EuroAmerica, Felipe Alarcón, quien señaló que hay que tener una nota de cautela con esos dos sectores y recuerda que en el caso de la minería está el tema de las huelgas, que podría arrastrar el Imacec en julio e, incluso, en agosto.
De los dos trimestres que faltan del año, se prevé una mayor debilidad para el último. Cristóbal Gamboni, de BBVA Research, recordó que tendrá una base de comparación algo más exigente que el actual y además, el gasto fiscal no debería tener un impulso tan importante. Para tomar bien el ritmo de la actividad, Alarcón sugirió mirar las cifras desestacionalizadas, mes contra mes. «Cualquier cifra sobre el 0,4% – 0,5% será positiva. A veces, el cambio en las bases de comparación puede llevar a resultados engañosos», concluyó.