Q

(Re) gasificando la matriz energética: Consensos y respuestas

Nov 5, 2012

El Gas Natural Licuado (GNL) se re posiciona a nivel mundial. Prueba de ello es que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) reveló, en un reciente estudio, que la demanda por GNL crecerá del orden de entre 1,7% y 2% hacia 2035. Sólo a nivel global, el GNL representa el 23% del consumo energético, […]

El Gas Natural Licuado (GNL) se re posiciona a nivel mundial. Prueba de ello es que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) reveló, en un reciente estudio, que la demanda por GNL crecerá del orden de entre 1,7% y 2% hacia 2035. Sólo a nivel global, el GNL representa el 23% del consumo energético, mientras que hacia 2035 esa cifra se empina hacia el 28%

Ese análisis permite proyectar que a nivel nacional, a partir de que los últimos tres años en el país han sido de sequía, lo que ha obligado a utilizar un mayor volumen de combustibles fósiles para producir electricidad, generando un alto porcentaje de termoelectricidad en desmedro de la hidroelectricidad y encareciendo –por una parte– los precios de la energía eléctrica, el gas natural se estaría reposicionando como combustible referencial para la industria de la generación eléctrica. Hoy, del amplio espectro de los hidrocarburos presentes en el negocio, los más utilizados para ese fin han sido el carbón y el diésel, pero ciertamente el gas natural está viviendo una etapa de transición, luego de revivir tras los años en que Argentina (único oferente y suministrador hace prácticamente una década) optó por cerrar la válvula hacia nuestro país.

El renacer del gas natural en el país se ha dado tras la construcción y puesta en operación de los dos terminales de regasificación, en Quintero y Mejillones. Su trabajo ha sido fundamental para reinstalar el uso del combustible para la generación de electricidad, pero también para consumo industrial y residencial. Sin embargo, este proceso no ha sido todo lo rápido que se quisiese, a pesar que existe consenso en que se trata de un combustible que presenta ventajas indudables frente al carbón, entre otras, porque se trata de un hidrocarburo con bajos niveles de emisiones. ¿El pero?, el precio con el que el gas compite hoy con el carbón, que es más elevado. Hoy nuestro país compra gas natural en el extranjero por cerca de US8 por MMBTU, mientras que GasAtacama asegura podría importar gas desde Estados Unidos en torno a los US y US2 por MMBTU.

Respecto a esto último, existen diferentes puntos de vista, sobre todo con la irrupción del shale y tight gas (del primero es el que GasAtacama pretende importar desde EE.UU.), y de la intención por parte de dos empresas de generación (Colbún y la propia GasAtacama) y de un conglomerado chileno-estadounidense de instalar tres nuevos terminales de regasificación, uno en Quintero, otro en Mejillones y uno en la Región del Biobío. Por ello es válido preguntarse si al concretarse esta infraestructura la oferta otorgará una competencia de precios, que permita, por ejemplo, a los inversionistas, repensar sus negocios y apuntar a la construcción de ciclos combinados a gas natural en vez de centrales carboneras. A nivel de antecedente, existen del orden de US.500 millones en proyectos eléctricos que respaldarían esta “re gasificación”, tema que fue abordado ampliamente en la reciente X Versión del Foro Eléctrico del SING, que organizó con éxito el Grupo Editorial Editec en Antofagasta, donde se debatió precisamente la importancia de materializar infraestructura en torno al GNL, a precios competitivos.

Lo concreto es que el gas natural ha vuelto a ser un tema a nivel de país, del cual su discusión, debate y conclusiones influirán en cómo veremos la matriz energética en los próximos años. No por nada se presume que el GNL será responsable del 30% de la matriz eléctrica hacia fines de esta década, no descartándose que en 10 años alcance el 40%, alrededor de 1.000 MW a 2.000 MW adicionales. Las dudas que ciertamente hay que despejar se ciernen en torno al precio del combustible que nuestro país pagará, que sin lugar a dudas será mayor que el que paga por el carbón, aunque el gas natural cuenta con la ventaja de tratarse de un combustible más amigable con el medio ambiente, que permitiría a las compañía cumplir con la norma de emisiones y, muy importante, no cuenta con el “desprestigio” que tiene el carbón en la opinión pública.

Lo último
Te recomendamos

REVISTA DIGITAL

Temas relacionados

Suscríbase al Newsletter Revista Electricidad