(El Mercurio) El salón Montt Varas de La Moneda estaba repleto de personas ligadas a la ciencia y la tecnología. Querían ser partícipes de la concreción de un anhelo por el que batallaron durante años: la creación de un ministerio del área.
Ayer, la Presidenta Michelle Bachelet, junto a varios de sus ministros, firmó el proyecto de ley que crea una nueva institucionalidad para la ciencia. «Si nos tomó más tiempo del que debía, es por que queríamos que fuera consistente y naciera de un diálogo paciente, recogiendo importantes insumos de la OCDE, de la Comisión Asesora Presidencial, de grupos científicos y del Congreso», dijo la Mandataria.
El proyecto de ley contempla una institucionalidad donde el ministerio es el eje: será el encargado de asesorar al Presidente de la República en el diseño, formulación, coordinación, implementación y evaluación de políticas públicas y programas que tengan como fin fortalecer la ciencia.
Según Mario Hamuy, presidente de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), el nuevo ministerio unirá «espacios que ahora están dispersos en distintos estamentos». Por ejemplo, la Iniciativa Científica Milenio, que depende del Ministerio de Economía, pasaría a formar parte del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Otro de sus objetivos será fomentar las relaciones con entidades extranjeras. Además, diseñará programas e instrumentos para entregar becas, préstamos, subvenciones y otras ayudas para el desarrollo de la ciencia y la tecnología.
Sin embargo, será otra institución, la nueva Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, la que se encargará de ejecutar estos planes. Reemplazará al actual Conicyt, y, por tanto, realizará las tareas y funciones que esta actualmente ejecuta.
Según la Presidenta, este diseño se debe a que «el país no quiere que el ministerio se vuelva una simple burocracia al servicio de pequeños grupos… el proyecto que proponemos cuida que su funcionamiento sea transparente y responda a la diversidad de miradas e intereses que conviven en Chile», dijo.
Para Hamuy, «esta institucionalidad crea espacios para diseñar políticas de ciencia y tecnología a largo plazo, con una estrategia que mire más allá de los cuatro años de un gobierno».
El proyecto de ley contempla, además, la creación de un Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, que reportaría directamente a la Presidencia. Algo similar a lo que es el actual Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID), pero su financiamiento dependerá del nuevo ministerio.
Según Gonzalo Rivas, presidente del CNID, esta nueva entidad mantendría el rol de «generar una visión estratégica a mediano y largo plazo, agrupando a gente del mundo de la academia, de la empresa y del sector público. Cada gobierno tomará esta estrategia, y para concretar su ejecución se necesitará un comité de ministros que coordine recursos y acciones».
«Es un paso importante para saldar una deuda que tiene Chile. Acá se ha postergado a la ciencia con un presupuesto miserable. El futuro es la ciencia y los datos, ya no es el petróleo. El ministerio no va a resolver el problema, lo fundamental es el presupuesto, pero valoro que se dé este paso», dice el senador Guido Girardi, presidente de la Comisión del Futuro del Senado. Según el legislador, la comisión que preside invitará a distintos actores del país para fortalecer este proyecto de ley en su trámite legislativo.