(El Mercurio) «Bajas tasas de interés, inflación bajo control, bajos niveles de desempleo y un fuerte entorno regulatorio». La frase es de Michael Farr, gerente general de marca y comunicaciones del grupo de hoteles y casinos sudafricano Sun International, al referirse a los indicadores en los que se fijó este conglomerado para asentar su plataforma en Chile.
[El lado negativo de las cifras de inversión extranjera: poca llegada de proyectos nuevos]
Recientemente este grupo anunció una fusión con su par chilena Dreams, ligada al grupo Fischer, con el objetivo de crecer en América Latina.
Esta operación viene a engrosar una larga lista de anuncios de adquisiciones o fusiones entre compañías foráneas y firmas nacionales que se han realizado en el último año. Solo durante los dos meses que van de 2015 figuran la venta del negocio de contenedores de la Compañía Chilena de Navegación Interoceánica (CCNI) a la alemana Hamburg Süd; la fusión entre la salmonera noruega Marine Harvest y Aqua Chile a través de una Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA), y la fusión entre Sun y Dreams.
En cifras, los flujos de capitales extranjeros materializados en Chile llegaron a los US$ 23.302 millones el año pasado, 15% mayores a los de 2013, según el Banco Central. Esto, en un escenario en que a nivel global las inversiones extranjeras bajaron 8% y cayeron 19% en Latinoamérica, destaca Jorge Pizarro Cristi, vicepresidente ejecutivo del Comité de Inversiones Extranjeras.
Fuera de que casi la mitad de los montos invertidos son producto de adquisiciones y fusiones de negocios ya en marcha -«sandías caladas», como les llama un asesor de inversores extranjeros, y no corresponden a la creación de nuevas empresas-, los extranjeros están comenzando a monitorear nuevos elementos que hasta hace un tiempo no estaban en el radar de sus preocupaciones ni consultas cuando sondeaban el mercado chileno.
Varios consultados coinciden en que la coyuntura política, algunas reformas -como la constitucional-, y los recientes casos de posibles irregularidades que la justicia está investigando, están hoy sobre la mesa en las inquietudes de estos inversores.
Factor político toma peso
En la industria concuerdan en la buena posición que sigue teniendo Chile. «Sigue siendo un país muy atractivo para hacer negocios, una plataforma segura, confiable y con potencial», dice Rodolfo Esquivel, socio de consultoría en transacciones de EY.
Sin embargo, inversores que están llegando al país con más negocios hacen ver bemoles. Frank Smet, miembro del directorio ejecutivo de la naviera Hamburg Süd -que comprará activos a la naviera del grupo Urenda, CCNI-, plantea su inquietud por las numerosas huelgas portuarias que ha enfrentado Chile en los últimos años.
«Hoy el mundo es más pequeño. Los productos se pueden comprar en varias partes, no tienen que ser chilenos. Se puede comprar uva en Perú y en otras partes. Entonces a veces esas huelgas, fuera de los problemas puntuales que conllevan, le hacen un daño a la imagen de Chile afuera. Y la destrucción que eso significa es muy difícil de cuantificar», advierte el alto ejecutivo germano.
Un abogado, a condición de reserva -pues representa a una de las empresas extranjeras que ha hecho compras en Chile en el último año-, dice que el grueso de las inquietudes pasa por dos carrilles: el caso Dávalos y el caso Penta.
«Me preguntan si el caso Dávalos es la punta del iceberg y si en nuestro país hay más relación entre política y empresa de la que se cree. Si llegaremos a ser un país como Ecuador, o si es un tema puntual», indica el abogado.
«También me preguntan por el caso Penta, aunque es distinto, porque es percibido como una política corporativa inaceptable de la que las empresas se pueden blindar. Distinto a lo que ocurre con el caso Dávalos», cuenta. Y agrega que también ha recibido consultas sobre SQM, cuál es su negocio, quién es Julio Ponce y por qué las sociedades que controlan la empresa tienen aristas judiciales abiertas.
Otra materia de frecuente consulta es el cambio a la Constitución que ha anunciado el Gobierno, cuenta esta misma fuente. «Cómo cambiarán los derechos y si pagarán los mismos impuestos», son algunas de las consultas de los extranjeros sobre esta materia, señala. «La política está tomando un peso más relevante», advierte.
Otras materias legales y regulatorias también están en el tapete. Un punto que ha acaparado la atención de los extranjeros es cómo se materializará la Consulta Indígena, estipulada en el Convenio 169, que consagró la participación de las comunidades indígenas en proyectos que afecten directamente su entorno.
En noviembre, el Gobierno anunció que pretende hacer cambios al mecanismo como se efectúa este tipo de consultas, y además sacarla del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), para radicarla en una unidad especial a cargo del Ministerio de Desarrollo Social.
Este posible cambio ha generado inquietudes. «El reglamento sobre Consulta Indígena demoró años en salir y una vez que salió, el Gobierno dijo que lo revisará. Eso produce incertidumbre a los extranjeros, que quieren saber qué puntos son los que se van a revisar», señala un actor.
Un frente adicional -dice este mismo actor- son las regulaciones que buscan establecerse en más mercados. «En el tema del gas hay claramente un cambio de mano», señala, en relación al proyecto de ley del gobierno para regular la tarifa del gas natural.
«Es el conjunto de reformas y cambios el que no se entiende desde afuera. Chile no es el mismo que hace cinco años», dice en reserva otro abogado.
Y en este punto plantea una dificultad de más larga data y que tiene que ver con los impactos sociales y la judicialización de proyectos de inversión.
Un estudio de años
Por regla general, las multinacionales estudian al menos cuatro años un destino antes de arribar a este. Primero ven Latinoamérica como un todo, para luego decidirse por Chile, explica un asesor de compañías foráneas.
Sun, que acaba de anunciar su fusión con Dreams, destaca el hecho de que Chile es un país que «entiende» y donde tiene una «trayectoria», en alusión a su casino Monticello, que inauguró en 2008. El ejecutivo de Sun, Michael Farr, agrega que cuando ingresan a una nueva jurisdicción, generalmente se asesoran por consultoras de riesgo independientes, especialistas en entender y manejar los riesgos en el nuevo destino.
Hamburg Süd también reconoce que en la decisión de adquirir el negocio de contenedores de CCNI pesó el conocimiento que tenían del mercado chileno, al que la alemana llegó a través de de sus compañías, The Pacific Steam Navigation Company y Laser Lines. También conocían CCNI y a sus controladores, el grupo Urenda, señala Frank Smet. «Colaboramos muy estrechamente con Interoceánica desde los 90 y mucho más a partir de 2000 en varios servicios», dice (ver nota relacionada).
Los extranjeros vienen con una mirada de hacer inversiones a largo plazo y comparan la realidad chilena con la de la región, la de otros países emergentes y el mundo, dice Jorge Pizarro, y en eso marcan una diferencia con respecto a los empresarios locales. «La gran mayoría de las empresas y los inversores vienen de economías con legislaciones más avanzadas que la nuestra en una diversidad de materias. Por lo tanto, los elementos que para los inversores locales a veces pueden ser percibidos como cambios importantes, ya están asumidos por los extranjeros», señala.
Diagnóstico con el que concuerda Smet. «Chile es un ejemplo de país, que ha tenido un desarrollo impresionante en los últimos decenios, y eso obviamente conlleva un cambio social (…) El país va a tener que lidiar con eso. Chile todavía tiene un problema de distribución de riqueza que lo tiene que atacar. Ahora, es importante mantener el crecimiento y la confiabilidad de las exportaciones de productos chilenos», afirma.
Impuestos y tipo de cambio
Entre los aspectos que son objeto de estudio natural de parte de los extranjeros están los impuestos y el tipo de cambio. «Evalúan cuáles son las tasas de interés que se manejan -comparan las tasas domésticas con las que pueden encontrar afuera-, cuáles son los tipos de impuestos, directos, indirectos, si hay impuestos patrimoniales, y al ingreso y la salida de la inversión. También evalúan las tasas de cambio, el acceso al mercado cambiario y el control sobre este. Si hay que pedir autorizaciones, si hay montos máximos o mínimos y requisitos respecto del tipo cambiario», indica Sandra Benedetto, socia del Departamento Legal y Tributario de PwC, compañía que ha participado en operaciones de inversores americanos, europeos y asiáticos en Chile.
Recientemente se sumó el interés por la reforma tributaria, agrega. «Han puesto especial atención para entender y conocer cuáles son los cambios que se han introducido y cómo van a operar las modificaciones legales», señala.
También hay interés por la concentración de los mercados, indica un asesor: «La promoción de la delación compensada hace pensar a algunos extranjeros que se está destapando la olla y que podría haber mucha colusión».
Proyecto sobre inversión extranjera enciende el debate
El 30 de enero el Gobierno envió al Congreso un proyecto que establece una nueva institucionalidad para la inversión extranjera directa en Chile. Crea un Comité de Ministros que actuará como asesor del Presidente de la República en la formulación de políticas, y una Agencia de Promoción de la Inversión Extranjera, encargada de implementarlas. Todo esto, a propósito de la derogación del DL 600, que establecía la invariabilidad tributaria para los inversionistas extranjeros.
El proyecto, que recoge las propuestas de una Comisión Asesora -un grupo transversal donde participó Jovino Novoa y Jaime Estévez, entre otros integrantes-, será enriquecido y se profundizarán algunas materias en marzo, cuando se discuta en el Congreso, indica Jorge Pizarro Cristi, vicepresidente ejecutivo del Comité de Inversiones Extranjeras (CIE).
Añade que la Agencia, que reemplazará al CIE, «será la contraparte natural de un inversionista extranjero» y lo asesorará en todo tipo de materias, desde la entrega de datos sobre Chile hasta en ayudar a contactar a actores públicos y privados claves en un determinado negocio.
Matías Mori, ex vicepresidente ejecutivo del CIE, considera positiva la creación de la Agencia, y destaca que el director de dicha entidad será elegido por el Sistema de Alta Dirección Pública.
Sin embargo, plantea discrepancias sobre el proyecto. Un ejemplo es la modificación al acceso que tienen los inversionistas al mercado cambiario formal para liquidar sus pesos, comprar dólares y llevarse su capital de vuelta al extranjero: «Se revoca indirectamente esto al señalar que el acceso al mercado cambiario formal va a estar sujeto al Banco Central».
Pizarro indica que este punto fue recomendado abrumadoramente por la Comisión Asesora y que el espíritu de este y otros puntos del proyecto es asegurar la no discriminación de los inversionistas extranjeros. En definitiva, que se rijan por las mismas reglas que los chilenos, supeditados al Banco Central.
Un cuestionamiento desde la industria minera es qué ocurrirá con el royalty o impuesto específico a la minería después de 2020. Mori explica que hoy el royalty se mantiene invariable por 15 años para proyectos desde US$ 50 millones y que incluye el mantenimiento de la fórmula de cálculo para el cobro de las patentes de las concesiones de exploración y explotación. Agrega que el proyecto del Gobierno abre la puerta para cambios en estos puntos.
Pizarro retruca que el proyecto reconoce las condiciones acordadas por inversionistas extranjeros para contratos suscritos antes del 1 de enero de 2016 -como lo señala el artículo primero transitorio del proyecto-, y que da un plazo de cuatro años más para seguir firmando estos contratos. ¿Qué pasará después de 2020? «Será materia del próximo gobierno», responde.