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Pepe Baltá, el colegial español que descubrió la crisis de Abengoa antes que todos

Dic 15, 2015

Con solo 17 años, el estudiante realizó un trabajo para su clase de Economía en el que notó que los informes financieros de la empresa hispana eran sospechosos. 

(El Mercurio) Meses antes de que la española Abengoa se encaminara al mayor concurso de acreedores de la Historia de España, un colegial de 17 años vio venir el escándalo. Se trata de Pepe Baltá, hoy estudiante de medicina de 18 años, pero hace unos meses un simple estudiante de colegio que realizaba un trabajo para su profesor de Economía, en el que fue capaz de darse cuenta de la crítica situación financiera por la que atravesaba la compañía especializada en energía y medio ambiente.

Se trataba de un trabajo de análisis de los estados financieros de la empresa que más le gustara y que él tituló «Informe analítico de Abengoa, años 2012 y 2013» y que tenía 18 páginas. En él se pueden leer algunas conclusiones, dignas de un experto: «El análisis patrimonial nos lleva a pensar que si no se actúa pronto, Abengoa tiene un fuerte riesgo de entrar en suspensión de pagos»(…) «El análisis financiero muestra que la mayoría de indicadores estudiados están lejos de sus valores óptimos», publica El Mundo.

En entrevista con el diario español, Baltá reveló que prefiere no imaginarse en la piel de uno de los ejecutivos de Deloitte, firma que ingresó 20 millones de euros en los tres últimos años por auditar las cuentas de Abengoa y que no fue capaz de hacer el trabajo que él sí hizo y por el que, evidentemente, no recibió ni un peso.

«Yo tenía algunos conocimientos de ratio y contabilidad. Pocos de ellos cuadraban con lo que vi en Abengoa, así que me llamó la atención, pero no le di importancia: pensé que si una empresa tan grande estaba así de mal en 2012 y 2013, sería por su manera de trabajar», explicó el joven a El Mundo.

En la misma entrevista comentó que eligió a Abengoa porque fue una de las empresas propuestas por su profesor. No la conocía hasta entonces, sin embargo se percató de que sus cuentas eran accesibles desde su página web. Le pareció suficiente la información que ofrecía la compañía sobre sí misma, y empezó a revisar datos. Así, recordó que la primera sorpresa llegó en la contabilidad, ya que aparecía un beneficio negativo que después se convertía en positivo. «No entendía cómo eso podía hacerse», dijo a El Mundo.

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