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Pemex: La insignia de México se enfrenta al fin del monopolio de hidrocarburos

Jul 20, 2015

Petróleos Mexicanos es la mayor empresa de México, la sexta productora de crudo en el mundo, el mayor contribuyente fiscal de ese país y una de las empresas más grandes de América Latina.

(Pulso) El monopolio del negocio de los hidrocarburos llegó a su fin en México. Luego de 77 años de monopolio de exploración y producción, la semana pasada el gobierno mexicano inició la entrega de las primeras licitaciones que había anunciado en 2014 en el marco de su reforma energética.

Con ello, Pemex, que era una empresa pública descentralizada y la única que podía explotar y producir crudo y gas en el país, pasa a ser una compañía productora, aunque todavía dependiente del Estado, pero con una mejor autonomía técnica, presupuestaria y administrativa.

Pemex es la sexta empresa productora de crudo del mundo, y la décima en producción de gas. Además es la compañía más grande de México, encontrándose en el lugar número 12 en capacidad de destilación primaria a nivel mundial.

La compañía opera a través de sus principales subsidiarias: Pemex Exploración y Producción (PEP), Pemex Refinación, Pemex Gas y Petroquímica Báscia (PGBP) y Pemex Petroquímica.

Sin embargo, con la reforma energética implementada por el presidente Enrique Peña Nieto, la empresa tendría una nueva estructura organizacional, con dos divisiones: Exploración y Producción, y Transformación Industrial.

Pese a haber sufrido una variación negativa en las ventas totales de 31,3% en el primer trimestre de 2015, en comparación al año anterior, la empresa tuvo ventas de US$18.400 millones a través de la explotación promedio de 9.507 pozos: 5.896 de crudo y 3.611 de gas natural.

Del total, un 94% de los pozos corresponden a exploración marina y un 6% a exploración terrestre.

“Es una empresa consentida del gobierno, es la insignia de México”, dice Orlando Jacomé, gerente y analista de FENIX Valor.

Según un informe realizado por Fabiola Ortiz, analista de Standard & Poors, Pemex tiene un negocio clasificado como “satisfactorio” en sus vastas reservas de petróleo y gas. Asimismo el informe califica el riesgo financiero de la empresa como “significativo”. Los riesgos financieros de la empresa son la debilidad después de las medidas de impuestos, una extensa e infundada obligación de pensiones, una sustancial entrega de ingresos al gobierno y un amplio acceso a los capitales de mercado nacional e internacional.

Pero, ¿cómo afecta la reforma energética a Pemex? Para Jacomé, la gran cantidad de campos y bloques en México “todavía está muy inexplorado, porque Pemex no da abasto, más allá de que México (Pemex) sea un gran productor a nivel global”.

Desde ese punto de vista, el experto estima que es mejor que el mercado mexicano se pueda abrir a las firmas internacionales, porque Pemex continuaría teniendo su cuota de mercado, “incluso podría incrementarla para efectos logísticos, y de paso el gobierno tendría una mayor tributación de ingresos por los costes que van asociados a todas las empresas que van a explorar en México”.

Para Alfredo Coutiño, director para Latinoamérica de Moody’s, la reforma le permite a Pemex atraer recursos. “La apertura va a mejorar la posición financiera de Pemex tanto al otorgarle recursos nuevos como al ahorrarle gastos en áreas inexploradas que va asignar a los inversionistas privados”, sostiene Coutiño.

Las licitaciones

Lo sucedido la semana pasada con las licitaciones de 14 bloques es la primera muestra y evaluación de la reforma energética propuesta por Peña Nieto. Para la mayoría de los analistas: un fracaso.

Para que la licitación se hubiese podido clasificar de exitosa, la llamada “Ronda Uno” debía colocar 8 a 10 de los 14 subastados. El gobierno tenía una expectativa mínima de 4 bloques. Sin embargo, el resultado final de las licitaciones indicó que sólo se adjudicaron 2 bloques.

“Esos bloques que se intentaron adjudicar fueron un fracaso, porque aunque las costas de México tienen un potencial enorme en términos de explotación, la carga impositiva que todavía tiene el gobierno mexicano sigue siendo muy alta”, consigna Jacomé. De cada US$100 que se generen en ingresos, en México cerca del 75-85% de esos ingresos se los lleva el Estado. Únicamente entre un 15-25% le queda a la empresa que gana la licitación.

Según el experto de FENIX Valor, las desventajas competitivas y financieras para petroleras internacionales siguen siendo muy altas en comparación a otros estándares del mundo.

“Como México era un monopolio, y está apenas iniciando una apertura de mercado, todavía la parte administrativa de cómo se están entregando esos bloques dice que sigue existiendo monopolio”, sostiene Jacomé.

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