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Importaciones chinas caen 13,2% y las exportaciones, 1,8% en el 2015

Importaciones chinas caen 13,2% y las exportaciones, 1,8% en el 2015

(El Mercurio) China registró una caída del 13,2% de sus importaciones en 2015, a 10,45 billones de yuanes (unos US$ 1,59 billones), anunció este miércoles (madrugada en Chile) el servicio de aduanas chino, una baja que refleja el estancamiento de la segunda economía del planeta.

Las exportaciones del país, en tanto, retrocedieron, 1,8%, a 14,14 billones de yuanes, según cifras oficiales develadas únicamente en la divisa china. El conjunto del comercio exterior se contrajo 7% y el excedente comercial chino aumentó el año pasado 56,7%, a 3,69 billones de yuanes (unos US$ 560 mil millones).

En tanto y a días de que China haga público el dato de crecimiento económico del cuarto trimestre, analistas estiman que este sería el más débil desde la crisis global financiera.

El crecimiento del PIB en el cuarto trimestre se habría desacelerado a 6,8% frente al mismo período del año pasado, y por debajo del 6,9% del tercer trimestre, lo que sería el ritmo de expansión más débil desde el primer trimestre de 2009, según un sondeo de Reuters.

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Gobierno chino aprecia al yuan y bolsa de Shanghai cae 5%

(El Mercurio) El gobierno chino decidió ayer apreciar su moneda, el yuan, en lo que los operadores calificaron como una agresiva intervención de Beijing. Según dieron cuenta las agencias de noticias locales, se trató de un avance de 0,36%. Esto, pese a que en lo que va del año el yuan se ha depreciado 1,5%.

La medida fue interpretada como una forma de hacer que la debilitada divisa recupere competitividad respecto del dólar.

La noticia del gobierno generó inquietud en un mercado que inició el año en un ambiente tenso. Shanghai, el principal indicador de la bolsa, perdió 5,3%, en la que fue su tercera jornada con pérdidas mayores al 5%. El Shenzhen, donde cotizan las tecnológicas, se derrumbó 6,6%, mientras que el CSI 300, que agrupa a 300 empresas, cayó 5,03%. En otros mercados la situación fue similar: el EuroStoxx50 cayó 0,20%, el Dax alemán 0,25%, el Cac francés 0,49%, mientras que el Ibex español retrocedió 0,26%.

Martes volátil

A primera hora de este martes (madrugada en Chile), los índices Shanghai y Shenzhen abrieron positivos, aunque marcados por la volatilidad. Al cierre de esta edición, anotaban caídas de 0,13% y 0,38%, respectivamente.

El gobierno agrava la vorágine china

(El Mercurio) Las convulsiones de la semana pasada en los mercados chinos de acciones y divisas dieron rienda suelta a los peores temores de los inversionistas: la segunda economía del mundo está en problemas, y las autoridades son incapaces de resolverlos.

La verdad es menos aterradora, pero la situación sigue siendo tensa. China trata de llevar el crecimiento económico por un sendero más pausado y seguro, menos dependiente del gasto de capital y el endeudamiento. Los tecnócratas saben que eso significa abrir más la economía a las fuerzas del mercado, pero la élite gobernante aún no está dispuesta a aceptar la pérdida de control.

La economía ya está lo suficientemente abierta como para que el Partido Comunista no pueda simplemente anunciar el resultado deseado y esperar que eso ocurra. Los inversionistas, tanto dentro como fuera de China, también tienen voz. El resultado es que conforme el crecimiento se desacelera, el gobierno intenta una y otra vez contener las turbulencias de los mercados, y a menudo las exacerba. La gran pregunta es si ese instinto intervencionista hará en última instancia descarrilar la transformación de la economía.

El desplome del mercado la semana pasada ilustra la magnitud del desafío. Después de una serie de medidas para frenar el colapso de la burbuja bursátil a mediados del año pasado, el regulador de valores propuso establecer un sistema de suspensión automática de las operaciones de bolsa durante 15 minutos cuando el índice de acciones líderes cae o sube más de 5% y durante toda la jornada cuando el movimiento supera el 7%.

«Fue un intento sincero de los reguladores de contar con un mecanismo para prevenir el pánico», dice David Dollar, experto en China de la Brookings Institution, un centro de estudios en Washington.

Sin embargo, el collar resultó ser demasiado estrecho, lo que tal vez refleje una aversión irrealista a la alta volatilidad que es inherente a los mercados. Poco después de que el sistema de interrupciones entró en vigencia la semana pasada, el mismo se activó luego de que la divulgación de malas noticias económicas y un yuan en caída generaron una ola de ventas. Inversionistas temerosos se apresuraron a vender. Eso aceleró la caída e hizo que muchos dieran por sentado que las operaciones volverían a suspenderse. Las imprevistas interrupciones desataron una ansiedad que no tardó en propagarse a otros países.

Una tensión similar aqueja a la política cambiaria. China ha impuesto durante un largo tiempo estrictos controles sobre los flujos de capitales. Sin embargo, el gobierno los ha relajado paulatinamente con el fin de facilitar el acceso al yuan, que acaba de adquirir el estatus de moneda de reserva global.

Cuando la economía comenzó a perder bríos, el año pasado, y el Banco Popular de China recortó las tasas de interés, los inversionistas trataron de retirar capital del país. La respuesta del banco central fue devaluar el yuan a fines de agosto y describir la medida como orientada a permitir que el mercado tenga un mayor papel en su valuación.

Los líderes políticos tenían un motivo más apremiante: estimular las exportaciones y el crecimiento. Puesto que los inversionistas esperaban más de lo mismo, las salidas de capital se aceleraron y la cotización del yuan en los mercados offshore cayó por debajo del nivel de China continental. El Banco Popular de China intervino activamente. Entre julio y diciembre de 2025 sus reservas en moneda extranjera descendieron de US$ 3,65 billones a US$ 3,33 billones. La entidad también intervino en los mercados offshore.

Luego, a medida que el dólar se fortalecía ante otras monedas, incluido el yuan, el banco central reactivó su antigua promesa de manejar el nivel de la divisa contra una canasta de monedas, no sólo el dólar. Esta parece haber sido su justificación para volver a devaluar contra el dólar la semana pasada.

La desaceleración

Las acciones y el yuan se han visto afectados por el deterioro de los fundamentos de la economía, no sólo por la especulación. La economía se desacelera, y podría crecer menos que la meta de 6,5%. La desaceleración ha sido encabezada por los sectores de industria pesada y bienes raíces, que sufren de un exceso de capacidad e inventarios.

Los economistas de UBS estiman que si China se expandiera 4% este año, en lugar de la proyección del banco suizo de 6,2%, el crecimiento de Estados Unidos se reduciría en medio punto porcentual, el de Europa en 0,8 puntos porcentuales y el de Japón en 2,6 puntos porcentuales. Esa es la razón por la que los precios de las acciones y de las materias primas son tan sensibles a China.

Durante una conferencia sobre los temas económicos en diciembre, los líderes del Partido Comunista reconocieron que la desaceleración era inevitable cuando priorizaron la reducción del exceso de capacidad. También sugirieron que las políticas monetaria y fiscal serán utilizadas no para apuntalar sectores obsoletos, sino para estimular la demanda. La versión en internet de El Diario del Pueblo, el vocero del Partido Comunista, publicó las declaraciones de una fuente «con autoridad» que señala que «la turbulencia no puede ser eludida por completo, pero es una turbulencia que vale la pena».

Esta clase de retórica no es nueva. Un año después de haber asumido como líder del Partido Comunista, en 2012, Xi Jinping prometió concederles a los mercados un papel «decisivo» en la economía. No obstante, la realidad ha sido diferente. Una reforma de empresas estatales dada a conocer en septiembre sugirió que los burócratas tratarían de fusionar empresas que sufren de un exceso de capacidad, en lugar de permitir su quiebra.

Esto podría ocasionar menos trastornos a corto plazo, tanto en lo económico como en lo político, al evitar cesaciones de pagos y minimizar los despidos. Sin embargo, Haibin Zhu, de J.P. Morgan, subraya que la estrategia también implica un alza de la deuda, un descenso de la productividad y el crecimiento y el refinanciamiento de préstamos a empresas maltrechas.

A largo plazo, podría ser mejor para China y el mundo que el país sufra ahora el impacto de las fuerzas del mercado.

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El banco central de China, el yuan y los mercados: anatomía de una crisis

(El Mercurio) A fines de noviembre, cuando el Fondo Monetario Internacional admitió el yuan en el exclusivo club de monedas de reserva mundial, los funcionarios del banco central chino se felicitaron por un trabajo bien hecho. «Había una sensación de misión cumplida», reconoce uno de ellos.

El sello de aprobación del FMI puso la moneda china en la misma categoría que el dólar, el yen y la libra esterlina, un objetivo largamente buscado por China y acorde con su estatus como segunda economía del mundo.

Beijing también consideró que esto les daba luz verde para cambiar sus prioridades desde fortalecer el yuan a depreciarlo para estimular la economía, de acuerdo con entrevistas de The Wall Street Journal con más de una decena de funcionarios y asesores del Banco Popular de China.

Las autoridades se internaron en el peligroso camino de tratar de debilitar gradualmente al yuan para abaratar las exportaciones chinas, dicen las fuentes. Los planes para facilitar las transacciones con la divisa china fueron archivados.

El enorme riesgo de esa estrategia se hizo dolorosamente evidente esta semana, golpeando a los mercados globales, desde las acciones a las materias primas. El intento del banco central de orquestar una devaluación ordenada del yuan fue abortado por los inversionistas, que salieron a vender yuanes en masa y se entreveraron en una batalla titánica con el banco central por el control de la magnitud y la celeridad de la caída.

Después de haber llevado el yuan a su nivel más bajo frente al dólar en cinco años este jueves, el banco central se vio obligado a salir a comprar de nuevo para impedir que el descenso se convirtiera en una estampida de los operadores globales, muchos de los cuales están instalados en los rascacielos de Hong Kong.

Las sacudidas del Banco Popular de China dejaron atónitos a los operadores, que vieron cómo apuestas de hasta US$ 50 millones hechas por fondos de cobertura que transan yuanes fuera de China eran puestas en riesgo, dijeron fuentes del mercado. «Es casi imposible que alguien tenga confianza y tome una posición porque en apenas cinco minutos uno podría quedar completamente descolocado», dice Ashley Perrott, director de renta fija asiática de UBS Global Asset Management en Singapur.

Las consecuencias en otros mercados también fueron severas. Los inversionistas interpretaron las medidas del banco central de dos maneras: como una señal de que la economía china se está desacelerando más rápido de lo que muchos esperaban y como una indicación de que el gobierno no sabe cómo abordar la situación, una preocupación recurrente desde mediados del año pasado.

El jueves, menos de media hora después de la apertura, una rápida caída de 7% activó una regla de interrupción de operaciones, resultando en la jornada más breve en 25 años. Fue la segunda vez que ello ocurre en la primera semana del actual sistema. Más tarde, el regulador de valores suspendió el mecanismo.

Mientras tanto, las bolsas de todo el mundo cayeron y los precios del petróleo se vinieron abajo. El volumen de transacciones de yuanes fue bajo el jueves debido al desconcierto del mercado sobre el próximo paso del Banco Popular de China, que resultó ser una diatriba contra los inversionistas.

«Algunas fuerzas especulativas están tratando de obtener ganancias (…) del renminbi» (el nombre oficial del yuan), dijo el comunicado del banco central. Tales actividades «no tienen nada que ver con la economía real (de China)» y solo han causado «fluctuaciones anormales» en la moneda, sentenció el organismo.

El comunicado trató de aplacar los nervios al indicar que la entidad «tiene la capacidad de mantener la estabilidad del renminbi en un equilibrio razonable» y que los fundamentos económicos no son compatibles con la depreciación a largo plazo de la divisa.

De todos modos, el tono combativo dejó en evidencia que el esfuerzo por controlar los mercados se ha convertido en un costoso callejón sin salida para Beijing. Desde mediados de agosto, cuando realizó una devaluación sorpresiva, el banco central ha recurrido a sus reservas de divisas para dar batalla a quienes apuestan contra el yuan.

Fuerte caída

Las reservas chinas cayeron US$ 108 mil millones en diciembre, respecto del mes anterior, una cifra récord, para quedar en US$ 3,33 billones, según datos divulgados del jueves. La cifra casi quintuplicó las estimaciones de los analistas.

«China está pagando el precio de su falta de entusiasmo hacia la liberalización del mercado y su incapacidad para cortar el cordón del control estatal de mano dura de los mercados y la economía», afirma Eswar Prasad, profesor de la Universidad de Cornell y ex responsable de China del FMI. El experto añadió que un claro compromiso con las reformas es la única opción que China tiene a su disposición para estabilizar los mercados.

Beijing ha tratado de hacer una pausa en la liberalización de la economía desde mediados de 2015, cuando las oscilaciones en los mercados de acciones y divisas fueron más violentas de lo esperado por las autoridades y pusieron a prueba su capacidad para manejar la situación. En lugar de proseguir con las reformas, el gobierno ha tomado medidas para impedir la salida de dinero de China. El banco central, por ejemplo, suspendió las operaciones de divisas de algunos bancos extranjeros para hacer más difícil a los inversionistas extranjeros apostar contra el yuan.

«El aumento de los costos asociados con las apuestas de divisas va en contra de la meta de la internacionalización del renminbi», dice Zhong Zhengsheng, director de investigaciones económicas de Hua Chuang Securities, una firma estatal de corretaje. «Esto demuestra que ese objetivo está tomando un segundo plano ante la necesidad de estabilizar el tipo de cambio».

La decisión del FMI el 30 de noviembre de declarar el yuan una moneda de reserva oficial eliminó un incentivo para que el banco central siguiera apuntalando su valor. El objetivo actual parece ser dejar que el yuan se deprecie gradualmente para hacerlo subir un poco durante el segundo semestre, según asesores del Banco Popular de China. Es entonces cuando Beijing será sede de la cumbre del Grupo de los 20 mayores países industrializados y en desarrollo, ansioso por mostrar el poderío económico de China.

La estrategia, sin embargo, está llena de riesgos. El principal de ellos, dicen los analistas, es la dificultad de revertir las expectativas del mercado de una mayor devaluación. En Hong Kong, donde el yuan puede comprarse y venderse libremente, se negocia con un gran descuento respecto de China, donde su valor se cotiza dentro de una banda dictada por el gobierno.

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Devaluación del yuan genera cierre de bolsas chinas al sufrir pérdidas sobre el 7%

(El Mercurio) China aceleró hoy jueves (madrugada en Chile) la devaluación del yuan, provocando que las monedas de la región asiática tambalearan y los mercados bursátiles locales se hundieran, porque los inversores ahora temen que el gigante oriental esté comenzando una guerra comercial contra sus competidores.

El Banco Popular de China sorprendió de nuevo a los mercados al fijar el punto medio de su tasa cambiaria en 6,5646 yuanes por dólar, el nivel más bajo desde marzo de 2011. La cotización cayó un 0,5% frente al día anterior y fue la mayor baja diaria desde agosto, cuando un abrupto descenso de un 2% sacudió también las bolsas.

Esta medida puso aún más volátil la negociación de acciones en las bolsas de Shanghai y Shenzhen, que cerraron prematuramente por segunda vez en su historia, en la que ha sido su jornada más breve, al registrar pérdidas sobre 7%.

Al igual como ocurrió por primera vez el pasado lunes, el primer día de aplicación de los nuevos mecanismos de freno, las bolsas, que empezaron el día cayendo en 1,94% Shanghai y otro 2,57% Shenzhen, fueron paralizadas 15 minutos y al reabrirse se volvieron a hundir.

Así, el Shanghai cerró con un desplome de 7,32% hasta los 3.115,89 puntos, y el Shenzhen, con pérdidas de 8,35% en 10.745,47 puntos.

Los parqués chinos son especialmente volátiles, ya que tres cuartas partes de su actividad están en manos de inversores individuales con escasos conocimientos financieros.

Debido a los desplomes del verano pasado, el regulador obligó a los grandes accionistas (con el 5% o más de los títulos de una firma) a no vender ni uno de sus títulos en seis meses que se cumple mañana.

Impacto en el Asia Pacífico

El impacto se sintió inmediatamente en las monedas de la región de Asia Pacífico, como el dólar australiano, que cayó medio centavo de dólar estadounidense en pocos minutos.

Al cierre de esta edición, el Nikkei en Japón perdía un 1,8%, ya que una depreciación continua del yuan pone presión para que otras economías asiáticas devalúen sus monedas y así seguir siendo competitivas.

Además, hace que las materias primas, entre ellas el petróleo (ver recuadro) y el cobre, que cotizan en dólares, sean más caras para los compradores chinos, lo que debilita su demanda.

 Petróleo cae 6% y alcanza menor nivel en 12 años

El descenso en los precios del petróleo ha sido vertiginoso. Desde el último trimestre del 2014 hasta la fecha, el crudo ha perdido 63,76% en el caso del Brent y 62,7%, en el WTI.

Luego del cierre del 2015, el petróleo acumuló su tercer año consecutivo de pérdidas, lo que no había ocurrido nunca al menos desde 1988, en que Bloomberg mantiene registros.

Asimismo, este 2016 no solo se inició con la misma tónica con la que cerró el 2015, sino que hasta el momento viene cayendo más de 7%.

Ayer miércoles, el desplome del petróleo se agudizó. El crudo tipo Brent retrocedió 6,01% y cotizó a US$ 34,23 el barril, tocando mínimos de 12 años (US$ 33,11 el 29 de junio de 2004). En el caso del WTI, la jornada fue también negativa. Descendió 5,56% y operó a US$ 33,97 el barril. Actualmente, está en mínimos de diciembre de 2008, cuando cotizaba en US$ 33,87.

El desempeño del precio del petróleo sorprendió, sobre todo porque al darse a conocer el conflicto diplomático entre Arabia Saudita e Irán, el mercado preveía que los precios comenzarían a subir, ya que un diferendo de esta naturaleza podría reducir la producción.

Sin embargo, el foco cambió y esta situación de tensión derivó en que llegar a un acuerdo entre ambas partes para reducir la producción, con relaciones diplomáticas cortadas, será más complicado.

Estas nuevas caídas sumadas a los débiles datos del PMI de China arrastraron a las principales bolsas del mundo. Ayer miércoles, en Wall Street, el Dow Jones cayó 1,47%, mientras que el S&P500 descendió 1,31%. El Nasdaq perdió 1,14%. En Europa, el Ibex español cedió 1,48%, el Dax alemán 0,93%, mientras que el EuroStoxx 50 retrocedió 1,22%.

El mercado que algo se había recuperado fue el chino, donde el Shanghai de la bolsa china avanzó 2,25% y el Shenzen, 2,61%, avances que se perdieron durante la apertura de hoy jueves.