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Cooperación estratégica entre América Latina y la Unión Europea

El cambio climático es uno de los mayores desafíos que debemos enfrentar en nuestra época, y sin lugar a duda, el transporte es un sector crítico para abordar este reto. Tan solo en la Unión Europea, el transporte por carretera contribuye alrededor del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas emisiones deberán reducirse más de dos terceras partes si queremos alcanzar los acuerdos inscritos en el Marco sobre Clima y Energía 2030 de la Unión Europea.

Sin embargo, más allá de la meta regional, se vislumbra, cada vez con más claridad, la necesidad de un enfoque global que, a través de la colaboración y el apoyo entre naciones, nos lleve a soluciones integrales conjuntas.

En este año 2020, nos enfrentamos a una triple crisis, sanitaria, económica y climática lo cual nos brinda la oportunidad de abordarlas simultáneamente con el fin de acelerar el cambio sistémico hacia una economía verde, anclada en soluciones basadas en la naturaleza, cero emisiones, resiliente y orientada al bien público y a la creación de empleo. Las respuestas de los tomadores de decisiones deben estar guiadas por la ciencia, incluir una visión a largo plazo y no dejar a nadie atrás. De lo contrario, las condiciones que crearon la pandemia, la recesión económica y el cambio climático se podrán ver acentuadas y perpetuadas.

En un momento en el que el mundo se encuentra en un punto crítico, adentrándose en territorios inexplorados, Europa se ha comprometido a liderar los esfuerzos mundiales para intensificar la acción climática. Para ello, la Unión Europea ya está tomando medidas para conseguir que Europa sea carbono neutral para el 2050, siguiendo la senda marcada por el Pacto Verde Europeo.

El Pacto Verde Europeo es la estrategia de la UE para un crecimiento verde, por la cual el continente alcanzará cero emisiones netas de GEI para 2050, desvinculará el crecimiento económico del uso de los recursos, y no dejará atrás a ninguna persona o región. La UE también está aumentando su ambición climática a través de reformas políticas y estableciendo un objetivo de reducción de las emisiones de GEI del 50% para 2030. El Pacto Verde Europeo se centra en i) la descarbonización del sistema energético, haciendo hincapié en la eficiencia energética y en un sector energético basado en las energías renovables; ii) el establecimiento de un plan de acción basado en una economía circular para que las industrias reduzcan los desechos y promuevan los productos sostenibles; iii) la renovación de los edificios públicos y privados para aumentar el rendimiento energético; iv) la reorientación del transporte hacia una movilidad inteligente y sostenible; v) la elaboración de la estrategia “de la granja a la mesa” para crear un sistema alimentario más sostenible; vi) la elaboración de una estrategia de biodiversidad para proteger y restaurar los ecosistemas. Además, llevará a cabo iniciativas de financiación e inversiones ecológicas y elaborará mecanismos para garantizar una transición justa hacia la neutralidad de carbono.

El compromiso de Europa y la fuerza del Pacto Verde Europeo van más allá de nuestras fronteras e incluye a nuestros socios internacionales, con los que reforzaremos nuestros esfuerzos de diplomacia climática y construiremos alianzas regionales y mundiales para acelerar la transición hacia la descarbonización.

Lanzado en 2010, EUROCLIMA es el principal programa regional de cambio climático de la UE en América Latina. Proporciona cooperación financiera y técnica en la región. EUROCLIMA+ se centra principalmente en el apoyo a los países para que renueven y consigan alcanzar sus contribuciones determinadas a nivel nacional, es decir, sus compromisos de reducción de las emisiones en el marco del Acuerdo de París de la COP21.

El sector del transporte representa el 15% del total de las emisiones de GEI en América Latina, aunque con las políticas actuales se estima que las emisiones aumentarían un 50% para 2050. Adicionalmente, el transporte es responsable de aproximadamente la mitad de la contaminación local en las ciudades de la región. Garantizar una mejor calidad del aire mediante el cambio a la movilidad eléctrica puede mejorar significativamente la salud humana y evitar muertes. Por estos motivos, el sector transporte es un sector clave a ser descarbonizado si la región quiere cumplir con sus NDC colectivas.

A través de EUROCLIMA+, la Unión Europea ha contribuido, por ejemplo, al desarrollo de estrategias nacionales de movilidad eléctrica y está ayudando a los países a acceder a la financiación climática para la movilidad eléctrica.

Entre otras iniciativas, EUROCLIMA+ seguirá apostando por el trabajo conjunto y la multilateralidad para acelerar las soluciones de movilidad urbana sostenible que fomenten la innovación y promuevan nuevos negocios y la creación de empleo, mejorando al mismo tiempo la salud pública. Enfocándose en la promoción del diálogo político y la cooperación regional de alto nivel interministerial, energía, transporte y medio ambiente, con el fin de promover los marcos legales, regulatorios y de políticas públicas necesarios para el despliegue de la movilidad eléctrica en la región.

Con el fin de fomentar esta transversalidad, se ha potenciado la cooperación estratégica birregional entre América Latina y la Unión Europea en el ámbito de, por ejemplo, la estandarización y la interoperabilidad de la infraestructura eléctrica y de recarga para vehículos eléctricos. Todo esto, con el objetivo de generar e intercambiar conocimiento, y construir capacidades que coadyuven a consolidar las decisiones regionales, interinstitucionales e intersectoriales a través de los distintos territorios.

Como parte de los esfuerzos de la Unión Europea para apoyar la acción climática en la región, y en nombre de la Comisión Europea, me complace que el programa EUROCLIMA+ pueda presentar esta importante publicación, que hace un balance de la movilidad eléctrica en la región de América Latina, además de aportar recomendaciones que contribuyen a la electrificación del sector transporte, de una manera coherente con las metas de descarbonización en América Latina. Asimismo, el documento presenta modelos de negocio actualmente funcionando en la región; hace un recapitulativo de los instrumentos de políticas públicas y leyes puestos en marcha por los diferentes países; y nos muestra las distintas alternativas educativas y formativas que están surgiendo, así como la implicación por parte de asociaciones ciudadanas, actores clave en el recabo de información para este informe.

Por ello, el informe, se presenta como una herramienta muy útil para conocer el abanico de políticas posibles para llevar a cabo la electrificación del transporte, sobre todo de carretera, así como para encontrar historias de éxito en este sentido y aprender de las experiencias de otros países.

Cooperación estratégica entre América Latina y la Unión Europea

Cooperación estratégica entre América Latina y la Unión Europea

El cambio climático es uno de los mayores desafíos que debemos enfrentar en nuestra época, y sin lugar a duda, el transporte es un sector crítico para abordar este reto. Tan solo en la Unión Europea, el transporte por carretera contribuye alrededor del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas emisiones deberán reducirse más de dos terceras partes si queremos alcanzar los acuerdos inscritos en el Marco sobre Clima y Energía 2030 de la Unión Europea.

Sin embargo, más allá de la meta regional, se vislumbra, cada vez con más claridad, la necesidad de un enfoque global que, a través de la colaboración y el apoyo entre naciones, nos lleve a soluciones integrales conjuntas.

En este año 2020, nos enfrentamos a una triple crisis, sanitaria, económica y climática lo cual nos brinda la oportunidad de abordarlas simultáneamente con el fin de acelerar el cambio sistémico hacia una economía verde, anclada en soluciones basadas en la naturaleza, cero emisiones, resiliente y orientada al bien público y a la creación de empleo. Las respuestas de los tomadores de decisiones deben estar guiadas por la ciencia, incluir una visión a largo plazo y no dejar a nadie atrás. De lo contrario, las condiciones que crearon la pandemia, la recesión económica y el cambio climático se podrán ver acentuadas y perpetuadas.

En un momento en el que el mundo se encuentra en un punto crítico, adentrándose en territorios inexplorados, Europa se ha comprometido a liderar los esfuerzos mundiales para intensificar la acción climática. Para ello, la Unión Europea ya está tomando medidas para conseguir que Europa sea carbono neutral para el 2050, siguiendo la senda marcada por el Pacto Verde Europeo.

El Pacto Verde Europeo es la estrategia de la UE para un crecimiento verde, por la cual el continente alcanzará cero emisiones netas de GEI para 2050, desvinculará el crecimiento económico del uso de los recursos, y no dejará atrás a ninguna persona o región. La UE también está aumentando su ambición climática a través de reformas políticas y estableciendo un objetivo de reducción de las emisiones de GEI del 50% para 2030. El Pacto Verde Europeo se centra en i) la descarbonización del sistema energético, haciendo hincapié en la eficiencia energética y en un sector energético basado en las energías renovables; ii) el establecimiento de un plan de acción basado en una economía circular para que las industrias reduzcan los desechos y promuevan los productos sostenibles; iii) la renovación de los edificios públicos y privados para aumentar el rendimiento energético; iv) la reorientación del transporte hacia una movilidad inteligente y sostenible; v) la elaboración de la estrategia “de la granja a la mesa” para crear un sistema alimentario más sostenible; vi) la elaboración de una estrategia de biodiversidad para proteger y restaurar los ecosistemas. Además, llevará a cabo iniciativas de financiación e inversiones ecológicas y elaborará mecanismos para garantizar una transición justa hacia la neutralidad de carbono.

El compromiso de Europa y la fuerza del Pacto Verde Europeo van más allá de nuestras fronteras e incluye a nuestros socios internacionales, con los que reforzaremos nuestros esfuerzos de diplomacia climática y construiremos alianzas regionales y mundiales para acelerar la transición hacia la descarbonización.

Lanzado en 2010, EUROCLIMA es el principal programa regional de cambio climático de la UE en América Latina. Proporciona cooperación financiera y técnica en la región. EUROCLIMA+ se centra principalmente en el apoyo a los países para que renueven y consigan alcanzar sus contribuciones determinadas a nivel nacional, es decir, sus compromisos de reducción de las emisiones en el marco del Acuerdo de París de la COP21.

El sector del transporte representa el 15% del total de las emisiones de GEI en América Latina, aunque con las políticas actuales se estima que las emisiones aumentarían un 50% para 2050. Adicionalmente, el transporte es responsable de aproximadamente la mitad de la contaminación local en las ciudades de la región. Garantizar una mejor calidad del aire mediante el cambio a la movilidad eléctrica puede mejorar significativamente la salud humana y evitar muertes. Por estos motivos, el sector transporte es un sector clave a ser descarbonizado si la región quiere cumplir con sus NDC colectivas.

A través de EUROCLIMA+, la Unión Europea ha contribuido, por ejemplo, al desarrollo de estrategias nacionales de movilidad eléctrica y está ayudando a los países a acceder a la financiación climática para la movilidad eléctrica.

Entre otras iniciativas, EUROCLIMA+ seguirá apostando por el trabajo conjunto y la multilateralidad para acelerar las soluciones de movilidad urbana sostenible que fomenten la innovación y promuevan nuevos negocios y la creación de empleo, mejorando al mismo tiempo la salud pública. Enfocándose en la promoción del diálogo político y la cooperación regional de alto nivel interministerial, energía, transporte y medio ambiente, con el fin de promover los marcos legales, regulatorios y de políticas públicas necesarios para el despliegue de la movilidad eléctrica en la región.

Con el fin de fomentar esta transversalidad, se ha potenciado la cooperación estratégica birregional entre América Latina y la Unión Europea en el ámbito de, por ejemplo, la estandarización y la interoperabilidad de la infraestructura eléctrica y de recarga para vehículos eléctricos. Todo esto, con el objetivo de generar e intercambiar conocimiento, y construir capacidades que coadyuven a consolidar las decisiones regionales, interinstitucionales e intersectoriales a través de los distintos territorios.

Como parte de los esfuerzos de la Unión Europea para apoyar la acción climática en la región, y en nombre de la Comisión Europea, me complace que el programa EUROCLIMA+ pueda presentar esta importante publicación, que hace un balance de la movilidad eléctrica en la región de América Latina, además de aportar recomendaciones que contribuyen a la electrificación del sector transporte, de una manera coherente con las metas de descarbonización en América Latina. Asimismo, el documento presenta modelos de negocio actualmente funcionando en la región; hace un recapitulativo de los instrumentos de políticas públicas y leyes puestos en marcha por los diferentes países; y nos muestra las distintas alternativas educativas y formativas que están surgiendo, así como la implicación por parte de asociaciones ciudadanas, actores clave en el recabo de información para este informe.

Por ello, el informe, se presenta como una herramienta muy útil para conocer el abanico de políticas posibles para llevar a cabo la electrificación del transporte, sobre todo de carretera, así como para encontrar historias de éxito en este sentido y aprender de las experiencias de otros países.

Acera plantea necesidad de reducir los tiempos de ejecución de obras de transmisión con nuevas tecnologías

Acera plantea necesidad de reducir los tiempos de ejecución de obras de transmisión con nuevas tecnologías

El director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera A.G.), Carlos Finat, planteó la necesidad de agilizar los tiempos de construcción de las líneas de transmisión en el sistema eléctrico local, además de aprovechar las condiciones de expansión que ofrecen las nuevas tecnologías.

El ejecutivo participó en la conferencia online «¿Es posible lograr la descarbonización con la infraestructura eléctrica actual?», organizado por ISA Interchile, donde se abordó este tema, junto al seremi de Energía de la Región de Coquimbo, Álvaro Herrera; Humberto Verdejo, director del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago; Daniel Mas, presidente de la Corporación Industrial de Desarrollo Región de Coquimbo, y Alejandro Cascante, gerente de Proyectos de Interchile.

Según Finat, un tema pendiente en el segmento de transmisión es el inicio de los estudios de franja, correspondiente a las nuevas obras e instalaciones contempladas en el estudio de expansión en la zona norte del país. «Tenemos que aprovechar las posibilidades de expansión del sistema», aseguró.

[LEA TAMBIÉN: Pobreza energética aumentó su visibilidad con la crisis sanitaria del Covid-19]

Esto fue compartido por Alejandro Cascante, quien señaló la necesidad de reducir los tiempos de transmisión con tecnologías que permitan trabajar sobre las líneas de transmisión existentes para incrementar la conexión de nuevos proyectos de generación renovable, de modo de disminuir también el impacto en las comunidades.

«Estamos invitando a las autoridades a que entremos en el uso de tecnologías que nos permitan ser una economía más verde y descarbonizada», dijo el ejecutivo.

Por su lado, Humberto Verdejo, indicó que el potenciamiento de las líneas de transmisión nacional en la zona del norte chico, también requiere aplicarse en la transmisión zonal, por lo que resaltó la idea de las empresas transmisoras de fortalecer la capacidad de la infraestructura existente, con el fin de reducir los tiempos de construcción, añadiendo que la tecnología de la electrónica de potencia se puede adaptar a las líneas existentes.

Investigador del AC3E obtiene grado Senior Member del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos

El investigador el Centro Avanzando de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, AC3E, de la Universidad Santa María, y profesor asistente de la Universidad de Los Andes, Sebastián Rivera, alcanzó la categoría «Senior Member» en el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), prestigiosa asociación internacional que reúne a más de 400 mil profesionales alrededor del mundo.

El investigador y académico fue designado por un panel de expertos, tras cumplir con requisitos como más de 10 años de experiencia profesional, participación activa al interior de la institución y haber demostrado un desempeño significativo en los últimos años.

«Recibir este status es un tremendo honor, ya que reafirma que la constancia, dedicación y meticulosidad del trabajo realizado tienen mayor una recompensa mayor, a solo priorizar cifras y números. Más importante, es una motivación para seguir mejorando y continuar por el mismo camino», destacó Rivera.

El investigador forma parte de la línea Energía Renovable y Conversión de Potencia del AC3E, en donde trabaja de la mano de los científicos Samir Kouro y José Rodríguez, específicamente en convertidores multinivel, sistemas de conversión de energías renovables y sistemas de carga rápida de vehículos eléctricos, entre otros. Además, Sebastián Rivera es investigador adjunto del Solar Energy Research Center, SERC Chile.

«A pesar de tratarse de un logro individual, para mí es el resultado de las ganas y esfuerzo personales, sumado a la participación en centros de investigación de excelencia con ambientes colaborativos donde prima el sentido de comunidad, como son el AC3E y SERC», destacó el académico.

Informe ONU: la electromovilidad ayudará a la recuperación postpandemia

La transición hacia la electromovilidad puede ayudar a los países de América Latina y el Caribe a reducir las emisiones contaminantes y cumplir los compromisos del Acuerdo de París sobre cambio climático, mientras se crean nuevos empleos verdes como parte de los planes de recuperación pos-COVID-19.

Así lo señala el reciente informe «Movilidad Eléctrica: Avances en América Latina y el Caribe y oportunidades para la colaboración regional 2019», del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el cual analiza los más recientes avances en 20 países de la región y destaca el creciente liderazgo de municipalidades, empresas y asociaciones civiles en impulsar la aplicación de nuevas tecnologías.

[LEA EL INFORME COMPLETO AQUÍ]

Chile y su ejemplo en el transporte público

El transporte público es el segmento que se está electrificando a mayor velocidad en la región, aunque aún en una fase incipiente de despliegue, indica el estudio, que es financiado por la Comisión Europea a través del Programa EUROCLIMA+, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la empresa de energías renovables Acciona.

Chile destaca por poseer la mayor mayor flota de buses eléctricos en la región, con más de 400 unidades, mientras se espera que Colombia incorpore casi 500 buses eléctricos en la capital, Bogotá. Otras ciudades colombianas, como Cali y Medellín, se han unido a Guayaquil, en Ecuador, y Sao Paulo, en Brazil, y han introducido buses eléctricos en sus flotas urbanas.

El aumento en la eficiencia de los buses eléctricos, la reducción en sus costos de operación y mantenimiento, así como la creciente preocupación por los impactos de las emisiones en la salud y el medio ambiente, son los principales impulsores de esta transición, según el estudio.

El transporte es responsable de 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero en América Latina y el Caribe y es uno de los principales motores detrás de la mala calidad del aire en las ciudades que causa más de 300.000 muertes prematuras al año en el continente americano, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

“En meses recientes hemos visto una reducción en la contaminación atmosférica de nuestras ciudades a causa de los confinamientos para prevenir la propagación de la COVID-19. Pero estas mejoras son sólo temporales. Debemos emprender un cambio estructural para que nuestros sistemas de transporte contribuyan definitivamente a la sostenibilidad de nuestras ciudades”, dijo Leo Heileman, director regional del PNUMA en América Latina y el Caribe.

Estrategias para el futuro

El informe llama a los tomadores de decisiones a priorizar la electrificación del transporte público en el futuro, especialmente a la hora de actualizar las viejas flotas de autobuses que recorren las grandes ciudades de la región. El estudio advierte del peligro de un “bloqueo tecnológico” en los próximos 7 a 15 años si las autoridades optan por renovar las antiguas flotas con nuevos vehículos de combustión interna que seguirán contaminando el aire de las ciudades y causado daños a la salud.

Algunos países ya están preparando el camino para garantizar una transición hacia el transporte sostenible. Chile, Colombia, Costa Rica y Panamá han trazado ya estrategias o planes nacionales sobre la materia, mientras Argentina, México, Paraguay y República Dominicana están formulando los suyos, según el informe.
Más de 6.000 nuevos vehículos eléctricos livianos se registraron entre enero de 2016 y septiembre de 2019 en América Latina y el Caribe, de acuerdo con el informe.

La necesidad de aumentar los puntos de recarga ha generado nuevas ideas de negocio o servicios. Por ejemplo, los “electrocorredores” que ya pueden encontrarse en Brasil, Chile, México y Uruguay permiten a los usuarios extender la autonomía de sus vehículos gracias a las redes de puntos de recarga rápida.

Movilidad compartida

Los negocios de movilidad compartida de bicicletas y scooters eléctricos también se están desarrollando en al menos nueve países de la región.

El desarrollo de la infraestructura para la carga de los vehículos eléctricos tiene el potencial de fomentar nuevas inversiones y empleos, los cuales son clave para los esfuerzos pos-COVID-19.

Políticas públicas

En la publicación se llama a los gobiernos a desarrollar una hoja de ruta clara a mediano y largo plazo que ofrezca certidumbre legal a la inversión privada y considere la movilidad sostenible en los planes de ampliación de la red eléctrica, en línea con los compromisos climáticos suscritos bajo el Acuerdo de París.

El Acuerdo de 2015, firmado hasta la fecha por casi 200 países, tiene como objetivo mantener el aumento de la temperatura global muy por debajo de los 2 ˚C por encima de los niveles preindustriales para fines de siglo y proseguir con los esfuerzos para limitar aún más el aumento de la temperatura a 1,5 ˚C.

El informe fue elaborado con los insumos de organizaciones de la sociedad civil agrupadas en la Asociación Latinoamericana de Movilidad Sostenible (ALAMOS) y con la contribución del Centro para la Sostenibilidad Urbana en Costa Rica.