Q
El rayado de cancha del gobierno que sube la tensión en las eléctricas

El rayado de cancha del gobierno que sube la tensión en las eléctricas

(Pulso) Un verano intenso ha tenido el equipo técnico del Ministerio de Energía. En las últimas semanas la cartera ha sostenido reuniones de hasta tres horas con los gerentes de regulación de todas las distribuidoras eléctricas para avanzar en lo que será el mayor proyecto de ley que tramite el organismo que dirige Juan Carlos Jobet y que modernizará a un sector que hace 40 años no cambia su regulación.

Se trata de la llamada Ley Larga, normativa que quiere cambiar el mercado de la distribución de energía, segmento que cuenta con una ley cuyo objetivo inicial era desarrollar la infraestructura necesaria para aumentar la cobertura (electrificar) y luego, alcanzar una mejora en la calidad del servicio. Hoy el titular de la nueva normativa que el gobierno se comprometió a presentar al Congreso en los primeros días de marzo y que ya está en etapa de firmas, busca generar mayor competencia. Actualmente, en este mercado compiten cerca de 38 actores que en su mayoría son cooperativas eléctricas, pero cuatro son las empresas relevantes: Enel, CGE, Saesa y Chilquinta, firmas que pese al arduo trabajo que han mantenido con Energía, no conocen los detalles que contiene el borrador del proyecto de ley que durante estas últimas semanas ha estado circulando entre algunos personeros de gobierno.

A nivel de parlamentarios tampoco ha habido acercamientos. Esto, porque el compromiso tomado con Energía fue analizar el borrador en marzo y ese mismo mes comenzar la discusión, revela una fuente legislativa.

El resguardo se da porque la Ley Larga es la gran apuesta de Jobet para mejorar un mercado que a su juicio necesita con urgencia modernizarse, cuentan cercanos a la cartera. Es que de acuerdo con el titular de Energía -cuentan asistentes a las reuniones donde el ingeniero de la Universidad Católica ha manifestado su postura-, ninguna industria puede ser sostenible ni exitosa en el largo plazo si sus clientes no valoran lo que hacen. Y un claro ejemplo de ese malestar fue el incendio que afectó a la casa matriz de Enel, en avenida Santa Rosa, el pasado 18 de octubre, y los incendios de gran parte de las sucursales de CGE a lo largo del país.

Y su importancia también se refleja en el tiempo que el ministerio desea tomarse para su discusión. La meta es terminar el gobierno de Sebastián Piñera con una nueva ley de distribución. “Sabemos que esta ley es compleja, nos tomaremos el tiempo necesario”, afirma una fuente vinculada con la cartera. Tema no menor considerando que la agenda de Jobet ha sido intensa en los ocho meses que lleva en el cargo. Tramitó la ley de estabilización eléctrica en cuatro días y aprobó la Ley Corta con amplia mayoría. Además, logró diseñar la polémica normativa para los pequeños medios de generación (PMGD) y selló un acuerdo con El Campesino para evitar que el llamado “contrato fantasma” perjudicara al sistema eléctrico. Ahora quiere terminar con un cuerpo legal que está vigente hace cuatro décadas y que otros ministros han querido reformular, y no han sido exitosos. De hecho, en el gobierno anterior, tanto Máximo Pacheco como Andrés Rebolledo avanzaron en un trabajo prelegislativo relacionado con la distribución eléctrica y dejaron un borrador de un potencial proyecto de ley, documento que fue desechado por la anterior ministra Susana Jiménez.

Apertura del mercado

Hoy el nuevo cuerpo legal contendría algunos aspectos de ese borrador, cuentan conocedores del documento que se ha mantenido en un reducido círculo del gobierno. El sello relevante que Energía quiere poner en esta discusión es terminar con el monopolio natural de las distribuidoras en lo relacionado con la venta de la energía y abrir el mercado hacia los comercializadores eléctricos, intermediarios que no necesariamente están vinculados con el mundo eléctrico y que pueden ofrecer electricidad a los clientes finales. El modelo es usado en países como España o Estados Unidos donde incluso tiendas vinculadas al retail pueden ofrecer dentro de sus productos, la venta de energía.

Uno de los requisitos para abrir el mercado es conocer el perfil de consumo de los clientes. Por eso dentro de la nueva normativa se propondrá licitar el rol de un administrador de esa información, la que sería clave para saber tanto los consumos como el perfil de pago de los potenciales clientes y, así, los nuevos comercializadores puedan ofrecer un producto a la medida del cliente que quieran capturar. “Es necesario que el administrador de esa información sea un ente tercero independiente, porque tiene que velar para que esos datos sean confidenciales. Es información sensible y que solo se pondría a disposición de este ente en los casos que los clientes quieran que otros actores les ofrezcan servicios”, señala un conocedor del proyecto de ley.

Añade que en Energía se ha conversado bastante el tema y se planteó inicialmente que este rol lo cumpliera el Coordinador Eléctrico, pero la propuesta no ha prosperado dado el nivel de carga que tiene hoy ese organismo. “La discusión, en todo caso, no está cerrada”, cuenta la fuente consultada.

La apertura de este mercado encendió las alertas del sector privado y será uno de los puntos que las distribuidoras más defenderán en la discusión que se dará en Valparaíso. La posición de la industria será aprobar la apertura, pero harán un llamado a que la propuesta no contenga vicios de irrealidad. Esto, por un elemento que las distribuidoras indican como prioritaro: la calidad del servicio. Un ejemplo de un ejecutivo del sector es qué pasará cuando haya interrupción del suministro. “¿A quién acudirá el cliente, a la empresa de retail que le ofreció la energía, pero que no maneja las redes, o al distribuidor? ¿El comercializador tendrá brigadas también para responder a las emergencias? Ese es un tema que no está resuelto”, enfatiza.

Otro punto que estará en la mesa será el factor de riesgo, pues el nuevo actor deberá contar con garantías para asegurar el suministro, además de cumplir con otras restricciones orientadas a la protección de los clientes, cuentan fuentes vinculadas con Energía.

En todo caso, aseguran conocedores del anteproyecto, esta apertura del mercado será gradual, lo que quedará muy claro en el proyecto de ley. “Habrá un proceso de transición muy gradual hacia la comercialización, lo que se logrará con una reducción de las barreras de entrada a la oferta, la ampliación de la demanda a partir del incremento de la demanda libre, la educación de los consumidores y el establecimiento de medidas para su protección, en función de las condiciones de competencia que se observan en el mercado y monitoreando la necesidad de reponer señales de largo plazo en el sistema”, se detalla en uno de los informes técnicos que usó el ministerio para el diseño de la nueva normativa y a la que tuvo acceso Pulso Domingo.

La idea del gobierno es respetar los contratos que ya están firmados, lo que es relevante como señal hacia el inversionista. “Necesitamos que el sector siga invirtiendo, por eso este será un tema que se va a destacar en la discusión”, asegura un asesor de Energía.

Pero el ministerio también quiere hacerse cargo de la calidad del servicio y para ello quiere incorporar dentro de la ley larga, una modernización del mecanismo de compensación para los clientes, medida que será distinta al proyecto que en paralelo se quiere discutir, relacionado con un fortalecimiento de la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC), un viejo anhelo del sector y que también ingresaría en marzo al Congreso.

Guiño al sector

Un punto que la industria está esperando conocer en detalle se enfoca en los cambios que se producirán en la “empresa modelo”, elemento esencial para la fijación de la tarifa y a lo que históricamente la industria ha pedido modificaciones. Es que la regulación actual no reconoce tarifariamente las inversiones reales, como se hace en muchos países, sino que más bien las inversiones de una empresa modelo, que es más eficiente que la real y que al partir de cero cada cuatro años, no considera en su construcción los antecedentes históricos que llevaron al actual diseño de la red.

En el proyecto de ley, las distribuidoras mantendrían su calidad de monopolio en lo relacionado con la planificación, operación y mantenimiento de la red de distribución. Por lo tanto, “serán remuneradas de acuerdo a una metodología de valorización por empresa modelo eficiente perfeccionada”, destaca el informe técnico.

La posición del gobierno es realizar “algunos ajustes” al esquema con el objetivo de que los riesgos estén bien reflejados, cuenta un conocedor del proyecto de ley. Una materia que el Ejecutivo quiere plantear en la discusión es el sistema de obsolescencia, con el fin de que las nuevas inversiones sean reconocidas en la tarifa.

Este punto no es menor, ya que todas las inversiones que las compañías han realizado para mejorar las redes desde el terremoto o por problemas climáticos que han afectado el suministro eléctrico los últimos años, no han sido reconocidas y son calificadas como “pérdidas” por las empresas.

Y es más relevante aún porque el sector está en pleno desarrollo de un millonario plan de inversiones -de unos US$ 6.000 millones, cifra similar a toda la inversión que ha hecho la industria en redes desde la década del ochenta- para cumplir con la norma técnica de calidad de servicio que se aprobó en 2017 y que aborda principalmente las interrupciones de suministro eléctrico y mejora la calidad de la información que dichas compañías entregan a los clientes.

Equipos a la cancha

La industria sabe que las conversaciones con el gobierno no serán fáciles, sobre todo porque el diálogo entre las partes quedó resentido luego de la aprobación de la Ley Corta donde se rebajó la tasa de rentabilidad de las empresas distribuidoras y donde el sector no tuvo mucho espacio para hacer valer su postura, acusa un ejecutivo de la industria.

Por eso para el diseño de la Ley Larga, Energía armó un equipo potente donde además de contar con la experiencia de Hugh Rudnick, académico de la Universidad Católica y reconocido experto del sector, la cartera que lidera Jobet también fichó al exgerente general de CGE, Pablo Guarda. Su vínculo con Jobet es antiguo. Ambos se conocieron hace una década, cuando fue el terremoto del 27F. Guarda, en CGE, y Jobet, en ese tiempo, jefe de gabinete del entonces ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter, se coordinaron para restablecer el servicio eléctrico. “Ellos han trabajado juntos. Tienen cosas en común: ambos son francos y directos”, recalca una fuente de Energía.

El ministerio también reclutó a Gustavo Riveros, quien tuvo una larga trayectoria en Saesa. “Era necesario tener gente que conociera a las empresas por dentro”, indica la fuente.

La asociación de empresas distribuidoras, en tanto, está trabajando con Rodrigo Moreno, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Chile e investigador del ISCI (Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería).

Cerro Dominador da inicio a hito de fusión de sales producidas por SQM

Cerro Dominador da inicio a hito de fusión de sales producidas por SQM

Aproximadamente 45.000 toneladas de sales provenientes del desierto de Atacama empezaron a ser fundidas en el proyecto Cerro Dominador, primera planta termosolar de Latinoamérica.

Las sales provenientes de la minera SQM tienen la capacidad de, al ser usadas en el sistema de almacenamiento, conservar la energía captada en el día por la planta y mantenerla para proveer electricidad en todo horario, permitiendo a la planta alta flexibilidad.

Estas sales se funden y se mantienen a altísimas temperaturas: 540 grados Celsius en el caso de los tanques calientes y 290 en el caso del tanque de sales frías.

[LEA TAMBIÉN:Centrales de generación en construcción suman inversión cercana a US$10.000 millones]

Tanto Cerro Dominador como SQM creen que Chile puede ser potencia en esta tecnología llegando a ser clave en la transición energética del país.

«Sin duda es un trabajo en equipo muy potente, porque además tenemos la ventaja de ser vecinos, es decir el sol y las sales en el mismo lugar» dijo Fernando González, CEO de Cerro Dominador.

«SQM es líder en producción de sales solares en el mundo, pero sin duda es muy relevante poder hacerlo en nuestro país y región» explicó José Miguel Berguño, vicepresidente de Operaciones Nitratos Yodo de SQM.

Efecto sequía: generación hídrica anota su menor aporte en verano desde que existe registro

Efecto sequía: generación hídrica anota su menor aporte en verano desde que existe registro

(Pulso) La sequía también ha golpeado al sector energético. Así lo dejan ver las cifras del Coordinador Eléctrico, que arrojan que en los meses de verano de este año (diciembre, enero y hasta el 15 de febrero, para el caso de 2020), la generación hidroeléctrica está teniendo una fuerte baja en comparación al mismo periodo de los años anteriores.

Se trata de un cambio de escenario respecto a los años anteriores, pues historicamente es en verano donde, producto de los deshielos, la producción hidroeléctrica sube. En lo que va del trimestre diciembre-febrero de la presente temporada la hidroelectricidad representa el 27,9% del total de producción eléctrica, mientras que el año pasado fue el 32,5%. Analizando los años anteriores, el aporte siempre fue más alto que lo visto hasta esta temporada, según lo muestran números históricos publicados por la Consultora Systep. De acuerdo con estos datos, en varios años el agua reprsentó más del 40% del total de la generación de la matriz.

Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurría en el pasado, el auge de las energías renovables -principalmente eólica y solar- y la caída de sus costos ha permitido que esta menor producción hídrica no signifique alzas en los costos de la electricidad.

Lo que explica estos números es principalmente la falta de agua que ha habido en los últimos años en la zona central, lo que se agudizó en 2019. El año pasado se finalizó con una relevante escasez de lluvia en todas las cuencas del sistema, donde destacaron las del río Rapel y Maule, que tuvieron un déficit de 79% y 68% respecto a un año normal, mientras que en las cuencas del Laja y Biobío se llegó a un 35%.

“Esto provocó una débil acumulación de recursos en los principales embalses de generación. El volumen de recursos hídricos acumulado al 31 de diciembre de 2019 en los embalses más relevantes del sistema totalizaba 3.425 Hm3, lo que representa un 43% menos que el volumen habitualmente almacenado en esa fecha”, sostuvo Rodrigo Solís, director de estudios y contenidos de Generadoras de Chile.

Otro factor que afecta a la menor generación hidro es que no se han construido nuevas centrales de esa tecnología en los últimos años. A esto se le suma la fuerte entrada de energías renovables al sistema.

La situación no pareciera que mejorará en los próximos años, según los pronósticos de expertos. El Coordinador Eléctrico proyectó para este año -al igual que el pasado- con una hidrología seca. Sin embargo, la entidad espera que la participación de la generación hidroeléctrica este año aumente, representando el 29% del total de la energía de la matriz, con 22.983 GWh.

Soluciones

Para la industria el fenómeno de menor aporte hidroeléctrico al sistema es preocupante, pero en el que se ven soluciones, principalmente en la generación de energías renovables.

Al respecto, el director de estudio de Acera, Darío Morales, sostuvo que lo primero que se debe hacer es tomar conciencia de la crisis climática que se enfrenta y acelerar lo más posible la transición energética. “Eso significa abrir espacio a las nuevas tecnologías renovables que no han podido lograr un alto desarrollo en Chile (como CSP o geotermia), impulsar el ingreso del almacenamiento de energía como complemento de las energías variables y abrir espacio a los pequeños medios de generación distribuida”, señaló el ejecutivo.

Para la gerenta de la consultora Energética, María Isabel González, “no es un tema preocupante como lo fue hace 20 años con la sequía del 98-99, en que nuestra matriz de generación era 70% hidro. En la actualidad tenemos una matriz mucho más diversificada gracias a la baja de precios de la tecnología solar y eólica”.

En lo que va del verano, el carbón es el principal aportante a la matriz, explicando el 34,9% de la producción total del sistema. La energía solar, en tanto, representa el 10,3% y la eólica, 6,7%.

Así son las bicicletas eléctricas de Uber que debutaron en Chile

Desde esta semana ya es posible ver por las calles de Las Condes las bicicletas rojas de Jump, el nuevo servicio que Uber está ofreciendo en Chile.

Se trata de 1.200 bicicletas disponibles para los usuarios, las cuales inicialmente estarán repartidas en distintos puntos de esta comuna.

[VEA TAMBIÉN: Informe Deloitte: en tres años se venderán más de 130 millones de bicicletas eléctricas]

Las bicicletas Jump, reconocibles por su color rojo y además por tener el logo de Uber en un costado de su canasto, son eléctricas y cuentan con pedaleado asistido: mientras más fuerte pedaleas, más rápido te trasladas, llegando a alcanzar una velocidad de 25 km/h.

Además están equipadas con una batería que les otorga una autonomía de 40 kilómetros, junto con luces delanteras y traseras.

Los viajes en Jump by Uber tienen un costo de $150 por minuto recorrido y, de acuerdo a la compañía, el plan es extender la disponibilidad de las bicicletas a otros sectores de Santiago y otras regiones de Chile.

Trayectos más rápidos y cómodos

Las características técnicas de estas bicicletas buscan facilitar su utilización, aspecto que es destacado por Rodrigo Bastidas, quien ya tuvo la oportunidad de utilizar el servicio de Jump y que diariamente se traslada en bicicleta por Santiago para llegar a su trabajo.

A partir de la experiencia que posee, como especialista en la práctica del ciclismo por más de 25 años, señala que las bicicletas «son distintas, hacen que los traslados sean mucho más rápidos, a un menor gasto de energía por parte del usuario, dado que tiene una tecnología de pedaleo asistido. Por cada pedaleada que el usuario da, el motor de la bicicleta entrega la misma cantidad de fuerza. Una persona que no esté en muy buenas condiciones físicas puede llegar mucho más fresco en un trayecto de cinco kilómetros, que en una bicicleta tradicional».

Bastidas agrega que «el andar de la bicicleta hace que la experiencia del que se sube sea más cómoda, porque se cansa menos”, resaltando el hecho que la velocidad promedio del ciclista urbano es de 16-17 km/h, mientras que con Jump es posible llegar a 25 km/h, lo que implica una reducción en los tiempos de traslado.

Así son las bicicletas eléctricas de Uber que debutaron en Chile

Así son las bicicletas eléctricas de Uber que debutaron en Chile

Desde esta semana ya es posible ver por las calles de Las Condes las bicicletas rojas de Jump, el nuevo servicio que Uber está ofreciendo en Chile.

Se trata de 1.200 bicicletas disponibles para los usuarios, las cuales inicialmente estarán repartidas en distintos puntos de esta comuna.

[VEA TAMBIÉN: Informe Deloitte: en tres años se venderán más de 130 millones de bicicletas eléctricas]

Las bicicletas Jump, reconocibles por su color rojo y además por tener el logo de Uber en un costado de su canasto, son eléctricas y cuentan con pedaleado asistido: mientras más fuerte pedaleas, más rápido te trasladas, llegando a alcanzar una velocidad de 25 km/h.

Además están equipadas con una batería que les otorga una autonomía de 40 kilómetros, junto con luces delanteras y traseras.

Los viajes en Jump by Uber tienen un costo de $150 por minuto recorrido y, de acuerdo a la compañía, el plan es extender la disponibilidad de las bicicletas a otros sectores de Santiago y otras regiones de Chile.

Trayectos más rápidos y cómodos

Las características técnicas de estas bicicletas buscan facilitar su utilización, aspecto que es destacado por Rodrigo Bastidas, quien ya tuvo la oportunidad de utilizar el servicio de Jump y que diariamente se traslada en bicicleta por Santiago para llegar a su trabajo.

A partir de la experiencia que posee, como especialista en la práctica del ciclismo por más de 25 años, señala que las bicicletas «son distintas, hacen que los traslados sean mucho más rápidos, a un menor gasto de energía por parte del usuario, dado que tiene una tecnología de pedaleo asistido. Por cada pedaleada que el usuario da, el motor de la bicicleta entrega la misma cantidad de fuerza. Una persona que no esté en muy buenas condiciones físicas puede llegar mucho más fresco en un trayecto de cinco kilómetros, que en una bicicleta tradicional».

Bastidas agrega que «el andar de la bicicleta hace que la experiencia del que se sube sea más cómoda, porque se cansa menos”, resaltando el hecho que la velocidad promedio del ciclista urbano es de 16-17 km/h, mientras que con Jump es posible llegar a 25 km/h, lo que implica una reducción en los tiempos de traslado.