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Nuevos criterios de despacho eléctrico impactarán en tarifas

Jul 8, 2010

Diario Financiero El alza que han mostrado los costos marginales, provocado por el cambio en el criterio de despacho del CDEC-SIC tras el terremoto impactará en cerca de US00 millones a los clientes del sector. Lo anterior, de acuerdo con un cálculo del economista Paul Fontaine, quien sostiene que esto se debe a que los […]

Diario Financiero El alza que han mostrado los costos marginales, provocado por el cambio en el criterio de despacho del CDEC-SIC tras el terremoto impactará en cerca de US00 millones a los clientes del sector.

Lo anterior, de acuerdo con un cálculo del economista Paul Fontaine, quien sostiene que esto se debe a que los CDEC establecieron cambios en los criterios de despacho, privilegiando la seguridad por sobre los precios tras el desastre.

«Los efectos de ello son motores y generadores diésel operando en todos los subsistemas, fijando mayores precios de la energía; los precios de los contratos de las distribuidoras ligados a los costos marginales hasta 2012 -son 15% mayores-; y los generadores excedentarios venden toda su energía no contratada a costo marginal», explica Fontaine.

Agrega que esto repercutirá en más utilidades por US00 millones para las generadoras, US$ 40 millones de ganancias por subtransmisión y mayor costo de combustibles por US$ 60 millones.

Para el socio de Electroconsultores, Francisco Aguirre, efectivamente existe un sobrecosto que deberán asumir los clientes, pero plantea que desde siempre los CDEC han debido priorizar la seguridad en el abastecimiento y, en segundo lugar, los costos, por lo que la causa de las alzas no está allí.

En su opinión, la explicación radica en el «error» de que los contratos se indexen a costos marginales, que a su vez están influenciados por la puesta en funcionamiento de unidades ineficientes que disparan estos costos.

«Muchos clientes industriales y mineros han sido forzados a ello por distorsiones de mercado, resultantes del racionamiento argentino del gas y su reemplazo por diésel y hoy por GNL a precios similares a los del diésel», plantea Aguirre.

«Si me pongo en los pantalones de los clientes, todo depende, pues si un cliente tiene un buen contrato no está siendo afectado y debiese estar feliz pues tiene electricidad segura. En cambio, aquel que negoció permitiendo incorporar el costo marginal no está contento, aunque, probablemente, ignora que podría correr riesgo mayor si el sistema se opera más barato», complementa.

Fuente / Diario Financiero

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