Hay empresas como McDonald’s que tienen la capacidad de absorber el aumento del precio de los combustibles. Pero hay industrias afectadas directamente.
Ford, la segunda automotriz estadounidense, dio ayer la señal de alerta. “El aumento de precio de la gasolina está provocando un tremendo impacto en nuestras ventas, en nuestras operaciones y nuestra rentabilidad”, admitió el director ejecutivo, Alan Mulally. La automotriz recortará trimestralmente en un 20% la fabricación de vehículos para lo que queda del año. El ejecutivo tuvo que renunciar además a su anhelada meta de volver a generar ganancias anuales en 2009, para conformarse con un logro más modesto de “prácticamente volver a equilibrio” en el balance el próximo año.
Revuelo en la industria
En el caso de las aerolíneas el panorama es incluso más desalentador. Después que el petróleo pareciera ubicarse decididamente por sobre la barrera de US$ 130 por barril, las principales aerolíneas del mundo han comenzado hablar de una reestructuración de la industria.
Air France-KLM, la principal aerolínea del mundo por ingresos, advirtió que el aumento de precio del petróleo le restará hasta un 30% de sus ganancias respecto a las obtenidas el año pasado.
Jean-Cyril Spinetta, presidente ejecutivo de AirFrance-KLM, dijo que la firma espera un aumento de 1.100 millones de euros en sus costos operacionales. La noticia hizo que la cotización de la firma cayera un 10% ayer.
“La industria como está constituida hoy, no está hecha para sobrevivir con un petróleo de US$ 125 o US$ 130 por barril”, alertó el presidente de American Airlines, Gerard Arpey. El principal operador aéreo estadounidense anunció el recorte de vuelos y cargos extra por equipaje. Sus principales competidores, como United Airlines, ahora están analizando la posibilidad de imitar la medida.
Previendo que el impacto del precio del petróleo será mayor, la agencia Standard & Poor’s puso en revisión a la baja la calificación de las aerolíneas estadounidenses, incluyendo American, Continental y United Airlines. Y la subida del petróleo elevó el riesgo de default en la industria ayer a un récord.
Fuente: Diario Financiero