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Máximo Pacheco:»Nos hizo daño descansar en que si la Presidenta era candidata, todo se arreglaba»

Ago 22, 2016

"Eso inhibió la discusión política y transformó la discusión programática, que no fue suficientemente amplia y abierta", admite.

(El Mercurio) Aunque todo parta de la energía, no hablamos de turbinas o megawatts , solo de política, en la semana en que, cual rockstar , Máximo Pacheco Matte recibió elogios de moros y cristianos. Y es que consiguió sacar lustre a una cartera por la que pasaron cinco ministros en el gobierno pasado sin lograr bajar el costo de la energía, que en Chile es uno de los más altos del continente.

¿La receta de Pacheco? «Tener agenda de energía, construir equipos y cambiar el marco institucional para crear competencia». Y le resultó, porque en un sector cuyo 75% está en manos de 3 empresas, esta semana cerró con 84 ofertas -38 fueron el año pasado- una licitación que bajará un 20% las cuentas de luz a 2021. Ya han caído en 63%, desde los US$ 129 MWh que recibió, a los US$ 47 en que están hoy. Es el único ministro que «sobrecumplió» su meta, fijada en 25%. «Bachelet finalmente tiene una política exitosa de que presumir», dijo la influyente agencia Bloomberg.

Pacheco está gozando del » shock positivo» que vive el sector. «Nadie esperaba los precios que conseguimos» recalca, mientras disfruta a concho su momento de gloria. «El servicio público, en general, es duro e ingrato», admite. Se lo dijo a su mujer hace pocos días cuando celebraron 40 años de matrimonio y en una gran fiesta le agradeció públicamente su apoyo en estos dos años y medio. No ha sido un tiempo fácil para los Pacheco Flanagan: dos de sus cuatro hijas están casadas con Sebastián y Jorge Pizarro Cristi, los hijos del senador DC que son investigados por irregularidades tributarias en el caso SQM. El primero será formalizado a fin de mes.

-¿Qué ha significado para usted como autoridad y para su familia?

-Ha sido muy mediático y eso hace doblemente dolorosa una situación que de por sí es difícil. Me siento muy tranquilo de que en mi rol de padre mi primera responsabilidad ha sido contener los afectos y cuidar la unidad de la familia.

Lo dice serio, con dejo triste. En una situación muy diferente, hace años, él vivió también la presión mediática cuando el «davilazo» frenó de golpe su primera incursión pública en el exitoso dream team -así lo llamó este mismo diario en esa época- de Codelco, durante el gobierno de Aylwin. Todavía recuerda los 40 minutos diarios que los noticiarios le dedicaban al caso.

Entonces, Pacheco decidió volver a sus cuarteles privados, donde había trabajado hasta 1990. Su plan inicial había sido otro. Militante MAPU, estudió Economía en la U. de Chile -en la generación de Manuel Marfán, Felipe Montt y Sebastián Edwards- pensando en trabajar en la Corfo, en el Banco Central. Lo cambió, tras el golpe militar, por el Banco Español, el Banco de Talca y luego el Leasing Andino en el Chile de los 80.

Su segunda incursión privada, a mediados de los 90, tendría sello internacional. Luego de 45 días de cesantía post «davilazo», la forestal International Paper lo nombró su hombre en la disputa que su filial Carter Holt sostenía con Copec. El ejecutivo se plantó frente al team comandado por el poderoso Anacleto Angelini. «Todo terminó bien para los dos grupos», dice hoy, conciliador, sobre el encendido conflicto societario que terminó en arbitraje.

De ahí fue escalando en las ligas mayores de la principal forestal del mundo. Vivió en Brasil y en Bruselas. Pero el apetito público seguía ahí. «Mi bisabuelo fue Presidente de Chile dos veces; mi tío abuelo, también; mi padre fue ministro, senador», enumera sin falsa modestia. Todos ellos se ven en una densa galería en el escritorio de su acogedora casa en El Golf, junto a fotos de Salvador Allende (autografiada por Tencha Bussi), de Ricardo Lagos y una anterior, en el colegio de Moscú, donde estuvo tres años cuando su padre fue embajador. «Tengo la política muy cerca y me ha acompañado siempre», dice de esas dos décadas que le dieron puentes y redes en el mundo privado. Sus jefes se lo preguntaban siempre: «¿dónde iba a terminar: en el sector privado o en la política?». La respuesta se las dio en 2014, cuando dejó Bruselas y su alto puesto ejecutivo, para ser ministro del segundo gobierno de Bachelet.

-¿Por qué? Su vida en Bruselas suena a pura calidad.

-Siempre tuve una preocupación por la política, milité en el MAPU con 18 años, llevo 15 en el PS. Llevaba 10 años fuera de Chile y me di cuenta de que teníamos que desdoblarnos para vivir nuestra condición de abuelos. Es muy difícil expatriarse, pero también repatriarse… lo vi con tantos amigos exiliados. Pensé que era importante volver con suficiente energía, en plena actividad, para reinsertarme y vivir esta etapa con proyectos. En eso me llamó la Presidenta Bachelet el mismo día que nombró su gabinete, y acepté en menos de 5 segundos.

-Se dijo que su nombre lo sugirieron los empresarios, que era su candidato para energía.

-Primera vez que lo oigo. La Presidenta me dijo que en su campaña los empresarios le manifestaban que su mayor preocupación era el alto costo de la energía, porque resta competitividad, desindustrializa, inhibe nuevos proyectos. ‘Tú conoces muy bien el mundo empresarial, y este es un desafío estratégico’, me dijo.

«Al volver, la Presidenta tomó una decisión patriótica»

Se entusiasmó Pacheco, aunque experiencia en el sector energético no tenía más que la relación con sus primos Matte, de Colbún -a quienes enojó al rechazar su megaproyecto Hidroaysén-, aunque cinco ministros habían desfilado en el anterior gobierno marcado por el caso Barrancones y -¿por qué no decirlo?- aunque no tenía el glamour del gabinete político o de Hacienda, donde algunos lo vieron en su momento.

«Había sido un fuerte partidario de que la Presidenta volviera a Chile, que liderara la coalición para poder ganar la elección», dice, a modo de explicación.

-¿Volvería a serlo hoy, cuando su gobierno es el peor evaluado desde el regreso de la democracia, según la encuesta CEP?

-Absolutamente. La Presidenta tomó una decisión patriótica, pensando en el país; era mucho más cómodo quedarse. Lo que estamos viviendo como sociedad no tiene que ver con la caída de popularidad de la Presidenta, es producto de la pérdida de confianza de la ciudadanía en la política y en los liderazgos empresariales, religiosos, deportivos, sociales. La sociedad moderna vive en un estado de desconfianza muy profundo. Menos mal que esta crisis de confianza y legitimidad nos tocó con una Presidenta que tenía 60% de apoyo; cualquier otro gobierno habría tenido una crisis mucho mayor.

-Más que desconfianza, ¿no hay en ese rechazo una crítica tremenda a la gestión de su gobierno?

-Le está haciendo la pregunta a la persona equivocada. El caso de energía es una transformación económica profunda, una reforma radical para el funcionamiento de la economía y la sociedad. Lo dice Bloomberg, no yo. Estoy convencido de que esta reforma energética va a ser parte muy importante del legado de la Presidenta Bachelet. Me parece equivocado poner todo el foco en las cosas que el Gobierno puede haber hecho mal y no ver que se ha centrado en temas fundamentales para la sociedad chilena, como recaudación fiscal, educación, sistema binominal, vida en pareja. La Presidenta Bachelet percibió a tiempo los cambios que estaban ocurriendo en la sociedad chilena y la necesidad de transformaciones.

-Pero la mayoría de los chilenos rechaza la forma en que su gobierno quiere hacerlas.

-A este gobierno le tocó gobernar en una época de transformaciones profundas y en un período donde se introdujo la desconfianza en la política. Lo que sucedió con el caso Penta, SQM, con el financiamiento de la política, le ha hecho un daño profundo a la relación de la sociedad con la política. Va a costar recuperarlo y se corre el riesgo de que el próximo gobierno tenga un entorno muy similar.

«El problema es que nuestra élite, y me incluyo, no ha sido capaz de interpretar adecuadamente la profundidad de los cambios ocurridos. Yo me junto con Brunner, leo a Mayol, a Mansuy, a Herrera, al autor de Cisne negro y Antifrágil (Nassim Nicholas Taleb), que pone toda la tensión en que el desorden es el comienzo de todas las cosas, que el tiempo las va ordenando».

«Perdimos el valor de la gradualidad en política»

-¿No crece la desconfianza cuando se siembran expectativas y las malas soluciones terminan agravando los problemas?

-Nos hizo mucho daño descansar en que si la Presidenta era candidata, todo se arreglaba. Eso inhibió la discusión política y transformó la discusión programática, que no fue suficientemente amplia y abierta.

-¿También que su popularidad arrastrara una mayoría parlamentaria que hizo innecesarios los acuerdos, que cambió la forma de hacer política?

-Perdimos el valor de la gradualidad en política; le asigno una importancia y responsabilidad al Presidente Piñera en esto. No se me olvida cuando declaró que en 20 días había hecho más que en 20 años. Fue ridículo, un contrasentido.

-¿Y qué responsabilidad le asigna al espíritu con que asumió la Nueva Mayoría, retroexcavadora en mano?

-Todavía estamos a tientas, no entendemos bien los cambios ocurridos en la sociedad. Este discurso de que la política no es necesaria le ha hecho un profundo daño a Chile. Debilita a los partidos políticos, a la actividad política y minimiza su rol.

«Me defino como un ministro político. La energía no es solo construir turbinas y torres, hay una articulación política muy profunda. Es un servicio público básico que todo el mundo necesita y quiere, pero limpio y barato, y todos debemos dar algo para eso».

-¿Así logró este cambio regulatorio que involucra 7 proyectos de ley aprobados en el Congreso?

-Este ministerio requiere mucha política, porque no puede haber desarrollo energético sin legitimidad social y sin el apoyo político que la Presidenta nos ha dado, aunque no dé rédito político en su gobierno. En un gobierno de 4 años, ella ha tenido visión de futuro. Me ha honrado delegándome mucho poder y dándome mucho respaldo frente a las tensiones económicas y sociales propias de un sector extraordinariamente intensivo en capital, donde cualquier coma que se mueva significa millones de dólares.

«Estos proyectos han sido construidos con diálogo y consenso. La transmisión eléctrica toca el nervio del sistema y se aprobó con 90 votos a favor y dos en contra en la Cámara, y ningún voto en contra en el Senado».

«Circunscribir esto al Gobierno es una mirada simplificada»

-¿Qué diría que fue lo clave para no generar resistencia, como ocurrió antes con otros proyectos tramitados incluso en situaciones críticas de restricción energética?

-Lo primero fue la agenda de energía que me pidió la Presidenta nada más asumir. Fue muy bueno, porque la construimos con todos los actores: empresas, profesores, expertos, ambientalistas, y nos dimos cuenta de que el diagnóstico estaba, que solo faltaba construir acuerdos sobre las prioridades.

-¿Cómo se pone de acuerdo a un ambientalista y a un empresario eléctrico?

-Haciendo política. Aquí hay un tremendo trabajo de un equipo profesional talentoso y comprometido con el servicio público, que no ha sido capturado por los intereses corporativos. De los 12 jefes de división, reemplacé a 9, porque en forma muy leal el ministro anterior me aconsejó que, después de 5 ministros en 4 años, reforzara el equipo. Entrevisté a 80 personas en febrero de 2014. También agradezco el respaldo de mi «jefe» (como cabeza del gabinete económico), el ministro Valdés, y del ministro Nicolás Eyzaguirre. La Segpres ha sido fundamental.

«Tenemos en Chile un Estado capaz de hacer buenas políticas públicas, buenas reformas».

-¿Por qué se ha fracasado en otras reformas tan sentidas para el Gobierno como la educacional, la tributaria?

-No me corresponde a mí contestar esa pregunta; mi padre me enseñó que todas las comparaciones son odiosas. Permítame una reflexión más amplia: ¿a cuántas reuniones vamos todos los días donde la gente tuitea o mira mensajes? Nos subimos al metro y van todos de audífonos.

-¿Le ha faltado al Gobierno capacidad de escuchar?

-Circunscribir esto al Gobierno es una mirada simplificada; a toda la sociedad le falta escuchar y conversar. Echo de menos esos foros, encuentros y conversaciones de antes; los hemos reemplazado por grupos de WhatsApp.

-¿Está superada la desconfianza que generaron en los inversionistas casos como Barrancones o el rechazo a Hidroaysén?

-Separemos los casos. El frenazo de las inversiones en el sector energético se inicia con Barrancones y la decisión de Hidroaysén puede haber sido justo lo contrario. Cuando el Gobierno decide que no va a autorizar la construcción, es una enorme cantidad de nuevos actores y nuevos proyectos los que ven una oportunidad.

-Se perdieron mucho tiempo y recursos…

-Lo dejó avanzar el gobierno de Piñera, que durante 4 años no tomó una decisión. Antes de 90 días de gobierno, nosotros decidimos un rayado de cancha muy claro: la gente entendió que el comité de ministros puede acoger o rechazar.

«Estoy feliz como ministro de Energía»

-¿Puede replicarse su experiencia exitosa a otros ámbitos? Por ejemplo, el político, donde los partidos de la Nueva Mayoría acusan el mayor déficit.

-Absolutamente. La Presidenta siempre nos pregunta qué podemos compartir de experiencia; es responsabilidad de cualquier gobierno o empresa aprender de experiencias exitosas.

-¿Pondría el capital que ganó al servicio del equipo político? Se dice que con esta licitación y las leyes aprobadas cierra una etapa y estaría mirando a La Moneda.

-Me siento comprometido y haciendo mi aporte. Sería un profundo error pensar que el desarrollo de nuestro proyecto energético está listo; está comenzando, estoy muy lejos de pensar que he llegado al final.

«Me quiero hacer cargo de lo segundo, porque yo también lo escucho y se lo digo con todas sus letras: estoy feliz como ministro de Energía, tengo un contrato con la Presidenta y estoy convencido de que puedo seguir contribuyendo al éxito de este gobierno desde la cartera donde estoy».

» El frenazo de las inversiones en el sector energético se inicia con Barrancones, y la decisión de HidroAysén puede haber sido justo lo contrario». Con esas palabras, el ministro critica al gobierno de Sebastián Piñera y a la vez defiende la resolución de esta administración que echó abajo el proyecto de centrales en la zona austral.

 «Espero que el Presidente Lagos tome su decisión lo antes posible»

«La política exige mucha paciencia, mucha conversación y las orejas muy abiertas», dice el ministro Pacheco sobre la fórmula para que los proyectos de ley de su reforma energética -queda uno por aprobar- avanzaran en el Congreso.

-Eso suena más a tiempos de Concertación que de Nueva Mayoría. ¿Dónde se ubica usted en ese debate que vive la coalición?

-Soy ministro de Estado de la Presidenta Bachelet, cuya coalición es la Nueva Mayoría.

-¿Y cuánta vida le da? Otros ex compañeros suyos de gabinete le pusieron fecha de muerte.

-Espero que se prolongue más allá de este gobierno. No me molesta el debate; considero muy importante que se esté hablando de política. ¿Qué tipo de programa, de coalición, queremos? Es valioso y le hace muy bien al país; las declaraciones de Jorge Burgos tienen un valor muy importante.

-¿No teme que se sinceren posiciones que después no puedan conciliarse?

-Hemos aprendido muchas cosas, como el valor de la gradualidad; las cosas no se hacen en 4 años, no importa el plazo mientras avancemos en la dirección correcta. Mi experiencia es que cuando tenemos esa discusión y se respetan los tiempos que requiere, Chile tiene un enorme espacio para acuerdos que avancen en los cambios que se necesitan.

«Me junté hace unos días con el presidente del PC, Guillermo Teillier, y después con Carolina Goic, de la DC, y con la presidenta de mi partido. Hay conciencia de que debemos enfrentar temas muy complejos y que necesitamos que la ciudadanía recupere la confianza en la política.

-¿De la mano de Lagos? ¿Es su candidato para 2017?

-Soy muy, muy, muy cercano al Presidente Lagos. Le tengo un profundo aprecio y cariño. Es una decisión difícil para él porque estamos viendo un país chúcaro, hay que hacer mucho trabajo para reforzar y fortalecer la coalición. Espero que el Presidente Lagos tome su decisión lo antes posible.

 

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