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Lubricantes de baja viscosidad mejoran productividad minera

Jun 25, 2015

La búsqueda de eficiencia por parte de las faenas mineras ha llevado a desarrollar equipos y maquinarias que requieren de una nueva generación de lubricantes.

(El Mercurio) La necesidad de mayor eficiencia en las faenas mineras ha llevado a la industria a buscar nuevas maneras para mejorar su productividad, recurriendo las grandes compañías extractoras de mineral a nuevas tecnologías en lubricantes para reducir el consumo de energía de sus maquinarias y, al mismo tiempo, garantizar la durabilidad de los componentes.

Para satisfacer esta necesidad mundial, las empresas que se dedican a la producción de lubricantes han focalizado sus esfuerzos en investigación y desarrollo para generar productos de baja viscosidad, que permitan reducir al máximo la fricción de los componentes en motores y maquinarias, dotándolos además de los aditivos necesarios para que la disminución de viscosidad del producto no perjudique la vida útil de las máquinas.

Para abordar esta necesidad se llevó a cabo, por primera vez en Chile, el Shell Technology Forum, una instancia organizada por Empresa Nacional de Energía Enex S.A, Macrodistribuidor de lubricantes Shell en Chile, donde expertos internacionales compartieron con actores clave de la industria nacional las más recientes tecnologías, destacando los principales desafíos de eficiencia energética para industrias como la minería y el transporte.

[El segundo tiempo de Enex en el negocio de los combustibles]

«Es de crucial importancia para la industria nacional tener la oportunidad de recibir la experiencia y los conocimientos técnicos del principal proveedor de lubricantes del mundo, por eso para nosotros fue un orgullo poder ser anfitriones de este emblemático foro», sostuvo, Justo Verdejo, subgerente de Ventas Industriales Lubricantes de ENEX. Actualmente, Shell lidera por séptimo año consecutivo el mercado internacional de lubricantes con un 12% de participación según el último informe de Kline & Company.

En este escenario, se planteó que los lubricantes tienen dos papeles cruciales. El primero es soportar todo el stress que provocan las nuevas tecnologías para equipos más eficientes. Esto se debe a que los componentes son cada vez más pequeños, pero con mayor potencia, con espacios cada vez más estrechos que le restan al lubricante el tiempo para reducir temperatura, sobrecarga donde solo puede rendir bien un producto extremadamente eficiente.

El otro papel es reducir el consumo de energía. Ya que su función principal es reducir la fricción de los elementos en funcionamiento, si la viscosidad es muy alta se necesita más energía para hacerlos funcionar. «El papel fundamental del lubricante para el futuro es ser más delgado, con la viscosidad más baja posible, evitando el contacto de metal con metal, para generar menos consumo de energía pero sin comprometer la durabilidad de los componentes», señaló Augusto Fernandes, Product Application Specialist de Mining Americas y uno de los expositores de este foro tecnológico.

Para llegar a estos bajos niveles de viscosidad sin reducir el rendimiento del lubricante, empresas internacionales como Shell invierten alrededor de US$ 1.200 millones al año para conseguir un producto ideal para las necesidades de la industria, donde los lubricantes sintéticos han demostrado su alta capacidad de rendimiento.

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