(El Mercurio) Complejo escenario se vive en el lago Laja, Región del Biobío, ya que el cuerpo de agua se encuentra en el 10% de su utilidad histórica. Como consecuencia, alrededor de 30 mil hectáreas ayer sufrieron la disminución de su riego entre un 60% y 40% luego que Endesa cerrara las compuertas del lago para proteger el recurso.
«En la madrugada el lago alcanzó el colchón de seguridad. Esto es una catástrofe», declaró Juan Carlos Villagra, presidente de la Junta de Vigilancia Laja-Diguillín, y subrayó: «Es importante que DOH y Endesa firmen un acuerdo de flexibilización que nos saque del problema».
El presidente de la Asociación de Canalistas del Laja, Patricio Guzmán, enfatizó en la necesidad de modificar el convenio firmado en 1958 entre la entidad estatal y la empresa eléctrica que se sustenta en la disponibilidad de agua. «Este acuerdo ayuda solo a que se seque el lago», dijo. Son cinco las comunas afectadas: Bulnes, Yungay, Pemuco, El Carmen y San Ignacio. Cerca de 2.400 agricultores sufren con la medida, en especial los que sembraron remolacha y achicoria.
Líderes del agro y el senador Víctor Pérez Varela, pidieron la semana pasada al Gobierno que se decrete emergencia agrícola en la provincia de Ñuble.