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La mirada del equipo de Piñera al rol de HidroAysén en su política energética

Feb 8, 2010

* Seguridad de suministro con un costo bajo y menores emisiones de CO2, transforman a la iniciativa de Colbún y Endesa en una de las más atractivas para el nuevo gobierno en materia de generación hidroeléctrica, un área que quieren impulsar. Pero existe una preocupación y ésta apunta más que al impacto de las represas, a la línea de transmisión que traería la energía al centro del país. Frente al impacto que ésta pudiera generar, la idea es definir mecanismos de compensación justos, pero rápidos.

(La Tercera) En las metas que se ha trazado el futuro gobierno, la generación eléctrica juega un rol crucial. Uno de los objetivos de más impacto en la población, generar un millón de empleos, requiere volver a crecer a tasas de 6% anual. Y, como señaló Cristián Larroulet, que integra el equipo que coordina el proceso de instalación de la nueva administración, para conseguirlo se necesita elevar la generación de la forma más eficiente posible -es decir, al mínimo costo- hasta duplicar la disponibilidad actual de energía al año 2020.

Para Chile, país pequeño y de vocación exportadora, «el costo de la energía es un tema gravitante», complementa Ricardo Raineri, coordinador de la comisión de energía de los grupos Tantauco. Por ende, agrega, el desafío es perfeccionar la matriz energética. Más aún considerando que «se ha ido cargando al carbón, lo que es indeseado para este nuevo gobierno» dada la tendencia mundial a castigar este tipo de energía, explican al interior del equipo económico de Piñera. Por eso, «tenemos que tener algo bueno, bonito, barato y limpio», resume Raineri.

¿Cómo lograrlo? Varios expertos que han participado en los debates reconocen que al interior del nuevo gobierno hay gran interés en el desarrollo de la hidroelectricidad. Proyectos como HidroAysén (de Endesa y Colbún) y Energía Austral (de Xstrata), en la Región de la Araucanía, «son el filete de la energía», confirma Raineri. No obstante, asegura tajantemente que ninguno tiene luz verde a priori y que deberán cumplir con todos los trámites medioambientales para asegurar su viabilidad.

De hecho, lo que a juicio del equipo del nuevo gobierno parece el escollo más difícil para estas megacentrales es la línea de transmisión, que llevaría la energía desde la Patagonia a la zona central y que aún no ha sido evaluada ambientalmente. La empresa canadiense Transelec se encargó de los estudios ingenieriles del tendido eléctrico, pero tras el fin del contrato, en diciembre, HidroAysén asumirá el desarrollo de éste.

«No se le puede dar un cheque en blanco al proyecto mientras no se sepa cómo y por dónde va a pasar la línea de transmisión de 2.300 kilómetros», afirma el senador por Aysén Antonio Horvath (RN).

Al respecto, un temor que existe al interior del equipo económico del nuevo gobierno, es que el desarollo de la línea de transmisión se judicialice debido a la oposición de quienes se consideren afectados. Frente a ello, señala un economista de Tantauco, la idea es que la Conama y el Ministerio de Medio Ambiente «establezcan mecanismos de compensación justos pero rápidos».

¿Cuál es la diferencia con lo ocurrido hasta ahora? La posición del conglomerado que asumirá el gobierno en marzo es permitir que su tramitación sea lo más expedita posible, para que el consorcio formado por Endesa y Colbún defina rápidamente si está dispuesto a seguir adelante con el proyecto en las condiciones que se le planteen. «Hoy estamos en el peor escenario, el proyecto no avanza y la matriz energética se sigue orientando al carbón, lo que en términos medioambientales es irracional», dice un economista del grupo Tantauco.

Barato y bajo en emisiones

La seguridad de suministro a menor precio y tener bajas emisiones de CO2, son las principales razones que hacen atractivo a HidroAysén, cuya tramitación ambiental está en proceso.

Además, «proyectos de esas características, si son ejecutados correctamente, tienden a contener alzas de precios en el sistema», explica el coordinador de la comisión de energía. Esto porque, en caso de entrar a operar, desincentiva a otros inversionistas que piensen en desarrollar tecnologías más caras. Chile opera con un centro de despacho económico de carga (Cdec) que privilegia a las generadoras más económicas.

En el equipo económico de Piñera agregan, en todo caso, que el tendido como se lo conoce hoy, presenta dos problemas: la cantidad de energía que se pierde en un trazado largo y el costo de la contaminación visual. Sin embargo, se cree que la empresa deberá considerar el valor de las pérdidas en sus cálculos y compensar el daño visual que genera. La idea en el caso de la línea de transmisión, que está hoy en etapa de diseño, es evitar cualquier impacto en zonas que tengan alto valor turístico.

«No puedes pasar con una línea cerca de glaciares. También hay variables geográficas, no sólo ambientales y turísticas», afirma Raineri. Por eso el grupo ha evaluado múltiples alternativas, incluida la opción de hundir parte del tendido eléctrico.

Algunas voces en el sector privado señalan que los impactos ambientales se pueden sortear haciendo la línea por Argentina, pero esta opción tiene una variable geopolítica relevante. «No hay que cerrarse a estudiar ninguna alternativa. Si se llega a la conclusión de que se debe traer esa energía por Argentina, habrá que ser muy creativos para encontrar los mecanismos que garanticen que va a llegar sin mayor interferencia a Chile», explica Raineri.

Plan B

En el escenario que HidroAysén no ingrese al sistema, «habrá que suplirlo con otras fuentes energéticas, ya sea renovables o combustibles fósiles. Y según los precios de éstos, el sistema puede quedar operando con costos más elevados», concluye Raineri.

Algo que también está en la mirada del Banco Central. Manuel Marfán, vicepresidente de la entidad, señala que han estimado que más de la mitad de la caída en la productividad en Chile se explica por fenómenos ocurridos en el sector de energía. «Toda esta discusión sobre las centrales en Aysén es tremendamente legítima y valiosa, pero nadie ha puesto la contrapartida del menor crecimiento que se obtiene por no hacer el proyecto», afirmó el economista en una entrevista reciente.

Fuente: La Tercera.

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