Camino a la transición energética, el hidrógeno verde (H2V) y la electromovilidad se perfilan como herramientas clave para el reemplazo progresivo de las fuentes de energía tradicionales.
Sin embargo, junto a ellos, el uso de amoníaco verde también se estima que puede influir de manera importante en la descarbonización, específicamente, de la producción de fertilizantes y otros sectores, así como combustible para el transporte o la producción de energía. Esto, ya sea a través de motores de combustión interna, calderas para generar vapor que alimentará turbinas, directamente en estas máquinas o bien mediante una celda de combustible.
El Programa Energías Renovables y Eficiencia Energética de GIZ desarrolló un estudio sobre la industria del amoníaco (NH3), abordando su estado actual y las oportunidades que ofrece para la transición energética, ya sea utilizándolo como combustible o como carrier (transportador) de hidrógeno.
El reporte describe los principales métodos de producción, los países importadores y exportadores y las tecnologías utilizadas para el transporte y almacenamiento de NH3, así como las medidas de seguridad para su manejo, la normativa y estándares aplicables a los diferentes elementos de su cadena de valor.
Además, el estudio analiza los principales desafíos de dicha industria, como las distancias a transitar para llevar el amoniaco verde a los centros de consumo, ya que los lugares en que se puede producir de forma rentable son aquellos en los que existen abundantes recursos de energía renovable, como en el norte y sur de Chile.
Con hidrógeno
Actualmente, se estima que el hidrógeno verde en Chile podría alcanzar uno de los costos nivelados de producción más competitivos del mundo a 2030. En efecto, diversos actores nacionales e internacionales se han fijado en Chile como un polo de desarrollo para sus proyectos, siendo la producción de amoníaco verde uno de los focos principales, ya que el elemento principal para su producción es el H2V.
Según las proyecciones y basado en las iniciativas de inversión anunciadas públicamente, para el año 2030 se calcula un potencial de producción de amoniaco verde de aproximadamente 8,9 millones de toneladas al año, lo que equivale al 48,3% del amoníaco que es comercializado a nivel mundial y al 5% de todo el amoníaco que se produjo en el mundo en 2020.
“El estudio da cuenta que a pesar de que los niveles de producción y exportación de amoníaco verde a futuro suenan prometedores para Chile, se debe avanzar rápidamente en un marco regulatorio específico en concordancia con las normativas de los países receptores del NH3, así como también identificar y mitigar los posibles impactos ambientales y sociales asociados a este tipo de proyectos a gran escala, hoy inexistentes en el país”.
Para revisar el estudio completo, ingresar desde aquí: Industria del Amoníaco: estado actual y oportunidades para la descarbonización – 4e Chile